Cantinflas, el gran ignorado de los Oscar en su intento por conquistar Hollywood
En 1957 se llevó a cabo la edición número 29 de los premios Oscar. Pudieron ser históricos para México pero no fue así, pues a La Academia no le pareció considerable de nominación el trabajo de Cantinflas en La vuelta al mundo en 80 días (Michael Anderson, 1956), filme que, irónicamente, se llevó la estatuilla como Mejor película.
Previo a que se dieran a conocer los nombres de actores nominados, se daba por hecho que Cantinflas iba a aparecer en la lista. Su interpretación como Passepartout en la adaptación de Julio Verne fue muy comentada y bien recibida por la crítica cinematográfica de aquel entonces que vio en el comediante al motor de la película.
La atención depositada en el actor tenía motivos. El principal de todos fue su incursión en Hollywood. A nivel mundial era famoso y tenía fans en distintos países, incluido Estados Unidos, nación familiarizada con estrellas del cine mexicano como Dolores del Río, Emilio ‘Indio’ Fernández y Pedro Armendáriz, pero faltaba comprobar si en verdad era cierto que Cantinflas era tan bueno como se decía.
Otra de las razones que generó expectativa en él es que dentro del star system hollywoodense se sabía que Charles Chaplin sentía admiración por Mario Moreno y su personaje emblemático, el del peladito ‘Cantinflas’. Mayor fue la inquietud cuando se supo que Chaplin lo llegó a calificar como “el mejor comediante del mundo”.
La opinión y admiración de Chaplin por el mexicano pesó tanto en el productor Michael Todd que viajó a nuestro país para buscarlo con el propósito de ofrecerle el rol de Passpartout. Dejó de contemplar otras opciones para concentrarse únicamente en él. Sin embargo, convencerlo no fue fácil.
Todd se “encerró” con Mario Moreno día, tarde y noche durante una semana para insistirle en aceptar el papel y negociar. El actor se negó al ofrecimiento porque no le interesaba hacer cine fuera de México, tampoco hablaba el idioma inglés y estaba acostumbrado a ser la estrella, no un elemento de reparto.
La terquedad de Todd, sumado al reconocimiento que Chaplin tenía por su talento, surtieron efecto con Cantinflas. Dio el visto bueno a su participación con la petición de que no hubiera muchos diálogos o líneas que lo pusieran en más aprietos con el idioma. Sobre la influencia de Chaplin, la película Cantinflas (Sebastián del Amo, 2014) hace la referencia con la salvedad de que coloca a la leyenda del cine mudo como consejero directo del mimo mexicano para que acepte ser Passpartout.
Moreno hizo La vuelta al mundo en 80 días sin imaginar el éxito que tendría. Fue un trancazo en taquilla, recibió nominaciones en distintas premiaciones y posicionó al comediante como una de las máximas figuras del humor en el planeta. La sorpresa mayúscula para propios y extraños vino en la edición 14 de los Globos de Oro en 1957.
El favorito para ganar el premio en la categoría de Mejor actor de Comedia o Musical era Marlon Brando por su rol de Sakini en La casa del té de la luna de agosto. El otro candidato ideal era Yul Brynner por su interpretación del rey Mongkut en El rey y yo. Contra todos los pronósticos, el ganador fue Cantinflas.
Que Cantinflas haya sido nominado y resultado vencedor, además de dejar a Brando sin galardón, marcó la pauta para que recibiera el mismo trato en los premios Oscar, lo cual no sucedió. La Academia ignoró el aspecto actoral de la película, a la que sí nominó en categorías como banda sonora (ganó), fotografía (ganó), montaje (ganó) y dirección (perdió).
Yul Brynner, que había perdido en los Globos de Oro, fue nominado a Mejor actor y se llevó la estatuilla. En cambio, Cantinflas, que era claro contendiente en la categoría de Mejor actor de reparto, no fue incluido.
De haberlo nominado, México hubiera tenido dos actores disputándose el Oscar en el mismo apartado, pues Anthony Quinn compitió por personificar a Paul Gauguin en El loco del pelo rojo (Vincent Minnelli y George Cukor, 1956). Pudo ser un hecho que sentara precedentes en cuestión actoral para nuestro país con relación a los premios de La Academia.
Así, lo que para un sector de prensa y público era un Oscar cantado para Cantinflas por su Passpartout, se quedó en la memoria de México y su relación con el Oscar el desprecio al comediante.