Carrie Fisher fue el amuleto secreto de Adam Sandler en su salto al estrellato
Con más de 80 películas en su filmografía y más de 5 mil millones de dólares amasados en la taquilla mundial, no me extraña que la industria haya celebrado a Adam Sandler por todo lo alto. El actor de 56 años fue reconocido el pasado domingo con el premio Mark Twain al Humor Estadounidense que el Kennedy Center entrega desde hace 24 años. Y lo hizo rodeado de todos sus amigos famosos. Conan O'Brien, Judd Apatow, Chris Rock, Steve Buscemi, Jennifer Aniston y, por supuesto, su colaboradora y amiga, Drew Barrymore. Nadie quiso perderse la oportunidad de celebrar su carerra irradiando risas y genialidad cómica como actor, productor y guionista a lo largo de tres décadas. Sin embargo, merece la pena destacar a otra persona que ayudó a catapultarlo hacia el estrellato: Carrie Fisher.
Si bien resulta contradictorio que los trabajos más aclamados de Adam Sandler sean sus brillantes incursiones en el drama (todavía no me creo que no lo hayan nominado al Oscar por Uncut Gems), evidentemente su éxito global reside en la comedia. Así empezó su carrera, como actor cómico y fichaje acertado de Saturday Night Live en 1990, para abrirse camino en el mundo del cine en poco tiempo. Going overboard (1989) fue su debut cinematográfico -aunque pocos la recuerdan- mientras Billy Madison (1995) y Happy Gilmore (1998) sirvieron como puente infalible hacia el público amante del género. Sin embargo, no fueron grandes éxitos de taquilla (recaudaron $25 millones y $41 millones respectivamente -Fuente: The Numbers), sino producciones que lograron alcanzar notoriedad a través del boca a boca y el VHS, llegando a convertirse en clásicos modernos gracias al paso del tiempo. En realidad, fue otra película la que consiguió encumbrarlo. La primera que hizo con Drew Barrymore y sentenció ante la industria que tenía madera de protagonista en una comedia romántica: La mejor de mis bodas (The wedding singer, 1998).
Dirigida por Frank Coraci, en esta película que se enfrentó a Titanic en la cartelera global -y no le fue nada mal con $123 millones recaudados- Adam Sandler interpretaba a Robbie Hart, un cantante de bodas al que su novia (Angela Featherstone) dejaba plantado en el altar. Por ese motivo, el sarcasmo se apoderaba de él, dejando de creer en el amor mientras su trabajo lo llevaba a celebrarlo de fiesta en fiesta. Pero entonces conoce a Julia Sullivan (Barrymore), una camarera que trabaja en una de esas bodas. Enseguida se hacen amigos, sin embargo, la dinámica platónica que comparten pronto se transforma en algo más, a pesar de que Julia está comprometida. El carisma de los dos intérpretes, la cercanía y química que transmiten hacen de la pelicula un deleite para el género de la comedia romántica con una secuencia final iconica y una canción (Grow old wih you, que Drew Barrymore no quiso escuchar hasta el momento del rodaje para que su reaccion fuera espontánea), un cameo de Billy Idol y un avión a punto de despegar.
The Wedding Singer is 25 years old today.
Carrie Fisher worked uncredited on the script. When she was asked what her secret was, she said, 'Make the women smarter - and the love scenes better.' And whoever added Billy Idol to the mix is a genius. It's a brilliant touch. pic.twitter.com/ib59mjyDNf— The Sting (@TSting18) February 13, 2023
Drew Barrymore dijo en varias ocasiones que Adan Sandler es su alma gemela cinematográfica (Huffington Post).Que lo supo incluso antes de conocerlo en persona. Y en ese momento, cuando La mejor de mis bodas llegó a sus vidas, ella se encontraba reconstruyendo su carrera. Había pasado toda su adolescencia bajo la imagen de estrella infantil descarrillada y su breve aparición en Scream había ayudado a resucitar su imagen. Drew tenía 22 años. Sandler había cumplido los 30. Y nadie se imaginaba que esa primera colaboración sería un éxito. Que llenaría los cines de EE. UU. y bañaría a sus protagonistas de la popularidad que los acompaña desde entonces. Sin embargo, sin Carrie Fisher y la función que cumplió lejos de los focos de Hollywood probablemente no hubiera sucedido.
Coraci y Tim Herlihy -guionistas de Madison y Gilmore- eran amigos de Adam Sandler desde sus años juntos en la Universidad de Nueva York. Sabían que el cómico tenía una idea sobre un cantante de bodas al que dejaban plantado en el altar. Herlihy tenía pensado hacer algo que transcurriera en los 80s. Y así unieron ambas ideas en una y escribieron el guion. Pero lo que empezó como una comedia pronto fue encontrando su tono romántico, enfrentando a los escritores contra una pared (E! News). Porque a la hora de incorporar los elementos románticos se quedaron estancados. "No sabíamos cómo seguir" admitió Herlihy a Yahoo! hace poco.
Fue entonces cuando llamaron a Carrie Fisher. Porque la legendaria actriz cumplía una segunda profesión detrás de la corona de la princesa Leia: era una reconocida y solicitada 'doctora de guiones'. Es decir, retocaba, pulía y daba forma a guiones que no terminaban de funcionar del todo. Sin ir más lejos, sirvió sus servicios en los guiones de Hook, el regreso del Capitán Garfio (1991), Cambio de hábito (1992), Arma mortal 3 (1992) y Epidemia (1995).
Carrie Fisher arropó al director y coguionista en su propia casa y trabajaron en el guion de La mejor de mis bodas durante seis meses. Segun recordó Coraci a Yahoo!, solía estar rodeado de gente famosa que iba y venía en el hogar de la hija de Debbie Reynolds. "Ya sea Richard Dreyfus o Bernardo Bertolucci, Dave Stewart de The Eurythmics. La gente aparecía en su casa... Y yo jugaba con Billie Lourd, que era pequeña por entonces" recordaba sorprendido sobre su primera experiencia en Hollywood instalado en la casa de la princesa de Star Wars.
Lo que hizo Carrie Fisher fue darle forma a los personajes femeninos, ayudando a resolver el arco narrativo de la pareja protagonista. Vieron comedias románticas clásicas como Roman Holiday y Breakfast at Tiffany's como fuente de inspiración y, mientras tanto, la actriz daba forma a los obstáculos principales que se enfrentaría la pareja en la historia: es decir, las idas y venidas que tienen Robbie y Julia. Por ejemplo, cuando Robbie finalmente se decide a confesar sus sentimientos, solo para ver a Julia admirando su vestido de novia por la ventana. O Julia encontrarse a la exnovia de Robbie llevando solo una camiseta al abrir la puerta.
Durante esos seis meses de trabajo, Carrie Fisher ayudó a darle "corazón, fuerza y dimensión" al personaje de Drew Barrymore. Después de todo, su secreto como 'doctora de guiones', como dijo en una ocasión antes de morir en 2016, era "hacer a las mujeres más fuertes y las escenas de amor mejores".
Y así lo hizo dando como resultado un guion con corazón romántico, con un personaje femenino carismático y creíble, aportando al libreto la voz femenina y dramática que le faltaba. Al recibir el guion de Fisher terminado, Coraci, Herlihy y Sandler se pusieron manos a la obra para devolverle el tono cómico que tenía en sus orígenes (segun Herlihy, Fisher lo había cambiado por completo, dándole su voz a la historia, quitando la de Sandler). "Pero ella hizo esas cosas estructurales que realmente nos salvaron en el segundo acto" admitió Herlihy.
El resultado fue una de las mejores comedias románticas de los 90s y de la filmografía de Adam Sandler. El tono equilibrado de la historia, sin ser otra comedia inmadura de Adam Sandler o una rom-com del montón, ayudó a que La mejor de las bodas conquistara al público en general y encontrara su lugar en la taquilla global cuando Titanic estaba arrasando.
Y lo demás es historia. La mejor de mis bodas supuso la primera colaboración entre Drew Barrymore y Adam Sandler, formando una amistad que perdura en el tiempo y que plasmaron de nuevo en la gran pantalla a través de Como si fuera la primera vez (2004) y Luna de miel en familia (2014).
En resumen, y segun contó Sandler en el programa de su amiga, La mejor de mis bodas es la película que pondría en una cápsula del tiempo como el gran ejemplo de su filmografía.
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