No es coronavirus; es un tipo distinto de celulitis poco conocida
Un corte, una herida o las picaduras pueden ser el puerto de entrada de esta infección común de la piel que afecta a las capas superiores causando irritación e inflamación. Pese a su aparente similitud, esta dolencia no tiene nada que ver con la celulitis común. Y aunque es más frecuente en niños, también afecta a los adultos
La historia que os traigo hoy es curiosa porque aunque el nombre en cuestión os resultará familiar, celulitis, la patología que hay detrás y las causas que lo originan no lo son tanto. El otro día me contaron que una madre llevó a su hijo a urgencias porque le dolía tanto el pie (la parte del empeine) que estaba teniendo un ataque de ansiedad. Asustada por la posibilidad de que fuera un síntoma de Covid-19; pediatras y dermatólogos advirtieron de que el coronavirus podía afectar a la piel y provocar hinchazón e inflamación en extremidades y otras partes del cuerpo.
Su asombro fue mayúsculo cuando los médicos le dijeron, tras darle un calmante a su hijo y hacerle una radiografía) que era 'celulitis', una infección de la piel causada por algunas bacterias. La infección puede aparecer repentinamente y se propaga desde la superficie de la piel para después ir profundizando hacia el interior.
En qué consiste
La celulitis es una infección bacteriana común de las capas más profundas de la piel que generalmente se puede tratar con antibióticos. Sin embargo, en raras ocasiones, puede poner en peligro la vida, especialmente si no se trata o si las complicaciones no se reconocen y tratan.
Suele producirse a menudo en niños porque los estreptococos y estafilococos -las bacterias más comunes con las que se infectan- ingresan en la piel a través de arañazos o pequeñas heridas. También si el niño se ha clavado una 'astilla' o cualquier otro objeto. Sin embargo, es posible que no se vea el lugar de entrada de las bacterias, lo que complica las cosas al no detectar ninguna anomalía o señal externa que puede advertirnos del peligro.
“Los microorganismos más frecuentemente implicados son S. pyogenes (estreptococo del grupo A) y S. aureus, aunque en ciertas circunstancias neumococo, Salmonella o enterobacterias también pueden producirla. La celulitis que se origina en el pie tras punción a través del zapato es típicamente originada por P. aeruginosa”, nos aclaran desde la Asociación Española de Pediatria (AEPED).
En caso de mordedura o si la celulitis se relaciona con inmersión en agua, “Pasteurella y anaerobios podrían estar implicados en el primer caso, y Aeromonas (agua dulce) o Vibrio (agua salada) podrían ser agentes responsables en el segundo caso”, recoge este informe sobre las infecciones bacterianas de la piel realizado por la sección de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.
Quién es más propenso
La celulitis es más común en niños y en adultos mayores, pero puede ocurrir en cualquier grupo de edad y sexo. Un estudio de 2006 concluyó que uno de cada 400 personas desarrollará celulitis cada año.
Tener un sistema inmunológico débil, diabetes o obesidad favorece su aparición. La infección puede darse en cualquier parte del cuerpo, aunque las áreas más comunes son brazos, piernas y cara. Se detecta porque al tocar la zona inflamada duele, y está roja y caliente.
“La ubicación más común de la celulitis es la parte inferior de las piernas, pero puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, incluida la cara. Además, suele afectar a un lado del cuerpo, por lo que, por ejemplo, es muy raro que la celulitis afecte a ambas piernas ", apuntan desde la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD). También puede afectar el área alrededor de los ojos (celulitis periorbitaria o preseptal) o detrás de los ojos (celulitis orbitaria), señalan.
Además de los traumatismos y heridas existen otra serie de factores precipitantes que muchas veces pasan desapercibidos como infecciones preexistentes en piel (impétigo, forúnculo), picaduras, mordeduras, quemaduras, caries y varicela.
Otras afecciones de la piel, como el eccema o el pie de atleta, pueden causar pequeñas lesiones en la piel y provocar celulitis. También es frecuente en las personas que habitualmente tienen hinchazón en las piernas y padecen afecciones como estasis venosa o linfedema (suele aparecer después de una cirugía de cáncer de mama), venas varicosas, o aquellos a quienes se les han extraído injertos de venas, ya que no pueden eliminar las bacterias con la misma rapidez, permitiendo que estas sobrevivan, se dividan y causen infecciones.
La obesidad y la diabetes son otros factores de riesgo que pueden propiciar la aparición de este tipo de celulitis. Los controles de los pies, realizados por un médico, son importantes en las personas con neuropatía diabética para asegurarse de que no tengan ningún daño en la piel, úlceras o heridas que no pueden ver por sí mismos.
Podría desaparecer por sí sola
Pero si la infección progresa, pueden aparecer otras señales alarmantes como una especie de 'culebrilla' que sube por la pierna y que se vislumbra a la luz. De ahí que sea importante acudir al médico para tratar la infección bacteriana, normalmente con antibiótico oral recetado, ya que de lo contrario se puede seguir propagando hacia los músculos y las articulaciones, y volverse grave.
A veces, el médico puede dibujar un círculo alrededor de los bordes de la celulitis. Si esta se extiende, se apreciará al sobresalir por los bordes marcados. Si prescribe antibióticos, a los tres días es probable que el enrojecimiento, la hinchazón y la sensibilidad comiencen a disminuir. Pero es importante completar el ciclo total de tratamiento, que durará entre 7 y 10 días.
No es contagiosa
Pero si alguien tiene un herida o una enfermedad de la piel como dermatitis, y entra en contacto directo con el sitio afectado por la celulitis, existe un riesgo más elevado de que la bacteria penetre la piel y cause celulitis infecciosa.
Posibles complicaciones
La celulitis puede afectar al sistema linfático (linfangitis) o el torrente sanguíneo (bacteriemia) del niño. Asimismo, la celulitis puede producirse por contigüidad por otro tipo de infección, como impétigo, o como consecuencia de una bacteriemia. Puede producir múltiples complicaciones como artritis, osteomielitis, tromboflebitis, bacteriemia o fascitis necrotizante.
Cuando la evolución es favorable, 10 días de antibiótico suele ser suficiente, aunque se han obtenido buenas tasas de curación en celulitis no complicadas con 5 días de tratamiento. Algunos especialistas recomiendan el uso inicial de corticoides sistémicos.
Signos que no hay que ignorar
Si un área afectada de la piel está hinchada, dolorida, enrojecida, escamosa, caliente y sensible o aumenta de tamaño. Otros síntomas que pueden indicar la presencia de celulitis son:
Rigidez de las articulaciones por hinchazón del tejido sobre una articulación afectada.
Dolor de cabeza acompañado de fiebre que dura más de 2 horas.
Una llaga o sarpullido en la piel que aparece repentinamente y empeora rápidamente dentro de las primeras 24 horas.
Aspecto somnoliento.
Vómitos.
Dificultad para caminar o debilidad en brazos y piernas.
Para prevenir la ‘celulitis infecciosa o bacteriana’, los dermatólogos aconsejan mantener la piel cuidada e hidratada y curar cuanto antes las heridas, por pequeñas e insignificantes que parezcan. Lava la zona con agua y jabón, y si es necesario, aplica una pomada antibiótica y cubre la herida con un vendaje. No olvides limpiar y cambiar el apósito todos los días (o con la frecuencia que recomiende tu médico) hasta que la herida sane.
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