Chabelo y la histórica película en la que actuó con Cantinflas y le dio una cachetada
Chabelo y Cantinflas son dos de los comediantes mexicanos más reconocidos de cualquier época. Aunque tuvieron su apogeo en épocas diferentes, ambos íconos llegaron a participar juntos en la pantalla grande. Xavier López, que alcanzó su rol estelar en el programa En Familia con Chabelo, debutó en el cine en la película Viaje a la Luna de 1958, además de sumar participaciones en películas como Chistelandia, Nueva Chistelandia y Vuelve Chistelandia.
Pero en 1962 le llegó la oportunidad de actuar junto a Mario Moreno, en un cruce generacional que, vista la carrera de ambos histriones, puede considerarse un patrimonio de la cinematografía mexicana. En la película El Extra, Cantinflas interpretó a Rogaciano, un empleado de una productora de cine que intenta vehementemente obtener mejores puestos en películas, pues su rol se reduce al de un extra.
En una secuencia, se puede ver cómo la coprotagonista, Rosita (Alma Delía Fuentes), está dialogando con sus hermanos, cuando uno de ellos comenta que Panchito (Xavier López) ha amenazado a Chevo (Valentín Trujillo Gazcón) con golpearlo por haberle arruinado su bicicleta. En ese momento, todos idean un plan para emboscar a Panchito y golpearlo primero antes de que él pueda atacar a Chevo. En ese momento, Rogaciano (Cantinflas) entra a la casa y es atacado por accidente por los hermanos.
Rápidamente se da cuenta de su error y le explican lo sucedido, a lo que Rogaciano adopta una actitud paternal y dice que él los protegerá de Panchito. Después de conversar con la familia, Rogaciano espera la entrada de Panchito, que en la película es un adolescente de 15 años (en ese momento Xavier López tenía ya 26 años). Puede verse que Chabelo ya portaba los elementos que lo caracterizarían durante toda su carrera: pantalones cortos, actitud infantil y, sobre todo, el típico tono de voz que hacía cada vez que estaba dentro del personaje.
También aplicó en aquella escena ese estilo de llorar mientras habla que tantas veces repitió en el futuro, pues le explica a Rogaciano cuál es el motivo de su enojo y tristeza. "No llore, no llore. Esto se va a arreglar", le dice el personaje de Cantinflas al de Chabelo. De momento, y en un cambio no esperado por cómo se estaba desarrollando la interacción entre los dos personajes, Panchito le pregunta a Rogaciano que quién es él porque no lo conoce y puede estar metiendo en algo que no le importa.
Rogaciano le dice que él le va a pagar los gastos. Cuando Panchito quería llorar de nuevo, recibe una cachetada por parte de Rogaciano, que le dice: "No llore, sea hombrecito". Panchito se sorprende y se enoja, por lo que reacciona en el mismo tenor: la de una cachetada a Cantinflas y le responde: "sí soy hombrecito". Después de dimes y diretes, Rogaciano llega a un acuerdo y le paga el dinero para que pueda arreglar su bicicleta.
Al terminar el pago, Panchito se marcha y así llega su final la escena compartida dos leyendas que no volvieron a compartir pantalla. En una conferencia de 2012, Chabelo contó que todo lo sucedido en esa escena fue improvisado, incluyendo las cachetadas, las cuales ameritaron un ligero reproche del directo Miguel Delgado. "Me dijo que no lo tocara (a Cantinflas). Él escuchó y le dijo: "Déjalo que me toque"", recordó Xavier López con tono irónico.
Chabelo empezaría su explosión televisiva en esa misma década con sus participaciones al lado del Tío Gamboín y sobre todo con su programa, En Familia, que estuvo al aire por medio siglo. Por su parte, Cantinflas vivía el auge de una trayectoria colosal, a la que todavía le faltaban muchos momentos más de gloria con las películas que grabó en el resto de esa década, en los 70 y todavía en los 80, con El Barrendero (1981), la cinta que marcó su adiós de la pantalla grande. Dos leyendas únicas en una sola película, un tesoro bien valorado por la riqueza del cine mexicano en su máximo esplendor.