Yahoo Estilo Charlize Theron arrastró un calvario por el cambio físico que la llevó a ganar el Óscar
Tuvo que enfrentarse a quienes destacaban su trabajo meramente por el cambio físico
Monster: Asesina en serie, el drama dirigido por Patty Jenkins en 2003, condujo a Charlize Theron a uno de los picos de su carrera. La cinta no solo se erigió como una de las más aclamadas del año, también consolidó a su protagonista en Hollywood gracias a una amplia recepción de galardones, entre los que se encontró el reconocimiento en festivales de prestigio como el de Berlín y nada más y nada menos que el Oscar a Mejor Actriz. Pero esta experiencia no fue del todo idílica para la intérprete sudafricana, puesto que la promoción de la película estuvo empañada por críticas y comentarios fuera de lugar.
Monster adaptó al cine la historia real de Aileen Wuornos, una mujer cuya vida trágica de pobreza y prostitución la envolvió en una espiral criminal de asesinatos. La cinta, además de poner el foco en su faceta de asesina en serie, trató de indagar en su psicología y sentimientos a través de una pasional historia de amor lésbica con una joven, interpretada por Christina Ricci, cuyos padres no aceptan su orientación sexual.
Obviamente, un personaje de estas características requería de una tarea titánica de preparación física y psicológica al alcance de muy pocos, pero Theron dio lo mejor de sí misma para introducirse en el papel y conseguir la que fue galardonada como la mejor interpretación de aquel año. Sin embargo, en una industria donde reina la superficialidad, hubo a quien le llamó la atención que alguien como ella, a quien muchos no veían más allá del perfil de mujer bella y explosiva, se lanzara a romper sus estereotipos con esta película.
“Charlize Theron sacrifica su gran apariencia por un gran papel en Monster”, publicaban medios como Vancouver Sun (a través de BuzzFeed) durante el estreno de la película, mostrándose críticos con que la actriz restase importancia a su “mayor activo”, en referencia a su belleza, para “convertirse en una prostituta lesbiana sin hogar y en una asesina en serie”. Estos comentarios se repitieron en toda la promoción de Monster, con entrevistadores obsesionados con el cambio físico que, aunque admiraran el trabajo interpretativo, no agradaron a Theron al considerar que restaban importancia a su actuación real.
De hecho, en una entrevista con The New Yorker, la actriz, que usó prótesis dental, maquillaje y aumentó su peso para interpretar a Aileen Wuornos, señaló que estas afirmaciones se dieron incluso antes de iniciar el rodaje, con personas presionando a la directora Patty Jenkins para que resaltara su belleza y no apostara por el cambio físico. Además, debido a las experiencias traumáticas de su adolescencia, cuando vio a su madre matar a su padre en defensa propia, destacó lo importante que fue para ella entrar en un personaje como Wuornos, detalle de su interpretación que estaba pasando desapercibido por las cuestiones banales que la prensa se empeñaba en destacar.
“Creo que una de las razones por las que Patty conectó conmigo y yo con ella es que ambas crecimos solas y rápido”, afirmaba sobre su conexión a Monster y su confianza en la directora de la película. “¡Pobre Patty! La gente decía: '¡Será mejor que no pongas fea a Charlize Theron!' A la mierda eso. No trabajé con Aileen de afuera hacia adentro. Después de leer lo que ella escribió en la cárcel, estaba en mi cuerpo y yo en el de ella”, resaltaba una Theron molesta por la reacción inicial a su interpretación.
Con la campaña al Oscar al frente, la actriz trató de reconducir la narrativa. Ya no solo por lo despectivo de que se redujera su figura a la mera presencia física, también por lo incorrecto que consideraba que muchos hablaran de “valentía” por un cambio estético, sobre todo porque relacionaban cuestiones como el ganar peso con el concepto de fealdad o el parecer pobre.
Afortunadamente, su introspección en Aileen Wuornos alcanzó tal magnitud que no fue complicado desviar la atención a su trabajo interpretativo, ganar el mayor galardón y alcanzar la cima de Hollywood con su caché disparado por encima de los 10 millones de dólares por película. Sin embargo, no se puede negar que una experiencia como esta, con la conversación mediática reduciendo un trabajo titánico a los detalles más superficiales y tratando de encasillarla poniendo el foco en su físico, debió de ser un calvario para Charlize Theron.
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