Muñequita Milly y la trágica muerte por una liposucción que pone el foco en los riesgos de las cirugías estéticas
Como tantas mujeres en el mundo, la cantante peruana Flor Sheiza Quispe Sucapuca, conocida como "Muñequita Milly", quiso afinar detalles en su cuerpo a través de cirugías estéticas. Quizás para encajar en los estereotipos de belleza o por sentirse mejor consigo misma, es difícil saber las razones exactas por las cuales las personas se someten a intervenciones: el hecho es que ninguna quiere que el proceso se complique, sino salir adelante con su nueva apariencia y vivir la vida.
Muñequita Milly perdió la vida el pasado 3 de abril con tan solo 23 años tras someterse a una liposucción. Habían pasado varios días desde que se le hizo la operación estética, que es mucho más delicada de lo que se piensa, pero la joven no se sentía bien. Según han revelado los medios, presentaba dolores abdominales insoportables, los cuales fueron calificados como normales por el médico que hizo la intervención. Pero no, la joven volvió a quirófano para ser intervenida nuevamente, y no regresó. Quedó inconsciente y murió al sufrir un choque séptico.
Según se indica en el portal de la Clínica Mayo, un choque séptico es la consecuencia de una septicemia, es decir, una afección grave con la cual los órganos comienzan a funcionar incorrectamente ante una infección. Esto puede dañar los pulmones, los riñones, el hígado y causar la muerte.
Algunos medios han reseñado que, en efecto, la cantante presentaba una infección abdominal, que pudo haber sido causada por una perforación del intestino, lo cual es una complicación de este tipo de intervenciones, y es que, en realidad, son muchos los factores que pueden intervenir en un desenlace fatal como el de la cantante Muñequita Milly.
La doctora Karolina Landaeta, médico especialista en medicina estética explica que, por un lado, los pacientes deben ser muy cuidadosos al tomar la decisión de someterse a una intervención de este tipo, y por otro, los médicos deben ser realmente conscientes de sus capacidades y preparación.
Factores para minimizar riesgos
Por supuesto que nadie quiere arriesgarse a sufrir de una mala praxis, y ningún profesional de la medicina quiere hacerle daño a sus pacientes, pero por muchas razones, las cosas pueden pasar, de manera que nos toca como pacientes poner atención a todos los factores que sí podamos controlar.
Muchas veces, por correr a hacerse la lipo, un aumento de glúteos o la operación que esté de moda, pasamos por alto factores que son esenciales para el éxito de la intervención, con lo cual, la doctora Landaeta recomienda que, en primer lugar, nos informemos acerca del médico. Todo lo que lo rodea es importante. Si está en la sociedad médica de cirugía plástica del país que corresponda; hay que saber si tiene suficiente experiencia. Además, hay que ir más allá de las redes sociales, porque que un médico tenga muchos seguidores, no quiere decir que sea el mejor o que esté calificado para hacer determinados procedimientos.
También hay que conocer si el centro de salud donde se hará la intervención cuenta con las condiciones adecuadas para la operación. En este punto, la médico resalta que las liposucciones y otros procedimientos de este tipo no deben hacerse en consultorios, sino en el quirófano, pues allí es donde se puede disponer de todas las medidas preventivas adecuadas. Asimismo, es ideal que el centro de salud también disponga de una unidad de cuidados intensivos por cualquier anormalidad que se presente.
Salud y amor propio
La doctora Landaeta destaca que muchas veces, los mismos médicos pasan por alto elementos que son muy delicados y que rozan el tema de la ética profesional. Por ejemplo, en el caso de operaciones como la liposucción, el paciente no debería tener sobrepeso, porque esta no es una operación para adelgazar sino para moldear.
“Los médicos deben ser muy especializados, no improvisados. Un médico con ética debe asegurarse de la salud de su paciente tanto física como mental, para poder ofrecer un proceso adecuado que no solamente consta de lo que él va a hacer sino de muchos otros factores”.
En este sentido, la doctora señala que el médico debe indicar al paciente la práctica de perfiles y exámenes preoperatorios adecuados; y sobre todo saber que el paciente está en condiciones óptimas para pasar por la intervención.
Lo recomendable es ir de menos a más. En lugar de tratar de eliminar el sobrepeso con una lipo, Landaeta recomienda que los pacientes intenten primero ajustar sus hábitos de alimentación para tener una vida más saludable, hacer ejercicios con frecuencia, y recurrir a tratamientos no invasivos, porque estas operaciones no solamente son muy agresivas sino que con el tiempo, la mayoría de los pacientes las pierden.
“Si un paciente no tiene hábitos alimenticios y no se ejercita, va a perder la operación. Pero además, cuando se arrancan las células adiposas de un solo golpe con una intervención como esta, tiende a acumularse grasa en otras áreas del organismo, con lo cual se causa a posterior una deformación corporal y los resultados nunca son los deseados”, dice.
“Lamentablemente cuando ocurren estos casos, como el de la cantante, es que nos damos cuenta de que no tiene sentido no aceptarnos como somos y poner nuestra salud en riesgo por tratar de tomar el camino más rápido para alcanzar el tipo de cuerpo que está de moda por determinado estándar de belleza”, finaliza Landaeta.
Belleza mortal
Puede ser difícil de aceptar, porque los medios, la publicidad, las redes sociales, tal vez hacen ver que es muy sencillo obtener grandiosos resultados con operaciones estéticas. Después de todo, cada día vemos a cientos de famosas con cuerpos “perfectos”, pieles lozanas, y muchos otros atributos dotados por la medicina estética –o por lo menos eso parece–, solamente hay que tener dinero. Pero no, hay que tener autoconsciencia para reconocer si realmente necesitamos estas intervenciones, qué consecuencias van a tener en nuestra vida y, sobre todo entender que son tan riesgosas como cualquier otra operación que implique la visita al quirófano.
Lamentablemente, no es extraño un desenlace como el de “Muñequita Milly”. Según los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades, es común que ocurran infecciones después de las cirugías estéticas, pero rara vez se notifican las muertes por esta causa.
Ejemplo de ello es el resultado de un reporte publicado en enero de 2024 que indica que el número de muertes después de una cirugía estética entre ciudadanos estadounidenses en la República Dominicana “aumentó de una media de 4,1 por año durante 2009-2018 a una media de 13,0 durante 2019-2022 con un pico de 17 en 2020”. Además, la revisión de las muertes arrojó que una alta proporción de los pacientes que murieron tenían factores de riesgo de embolia y también influyó la realización de múltiples procedimientos durante la misma operación.
Por otra parte, las intervenciones realizadas en corto tiempo, así como los ambientes inadecuados para trabajar también son factores que influyen en los desenlaces fatales en estas intervenciones. Así lo confirma una investigación publicada en Aesthetic Surgery Journal que analizó por qué la cirugía de levantamiento de glúteos brasileño (BBL) tiene la tasa de mortalidad más alta en cuanto a procedimientos quirúrgicos estéticos, enfocándose en el sur de Florida, en Estados Unidos.
Aunque no hay cifras claras acerca de las muertes por cirugías estéticas en Latinoamérica, puede concluirse que el panorama no es el mejor. Según una publicación de El País de España, el último informe del Instituto Médico Legal y Ciencias Forenses en Colombia, uno de los países con mayor mercado para estas intervenciones, indicaba que las muertes por cirugía estética han aumentado en 130% tomando como base el año 2015: se habían pasado de 13 muertes ese año a 30 en 2017.
Finalmente, hay que decir que, según un reporte de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, la liposucción, la operación que se hizo “Muñequita Milly”, es el procedimiento quirúrgico estético más común, seguido por el aumento de pecho, la cirugía de párpados y la rinoplastia.
Flor Sheiza Quispe Sucapuca, quien estaba casada con Wilfredo Quispe Gaspar, deja un bebé de un año de edad.
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