Comprendiendo a Taylor Momsen, la solitaria estrella roquera de 'Gossip Girl'
Escuchar a Taylor Momsen hablar de su pasado como estrella infantil abre los ojos a cualquiera. Porque mientras el mundo la juzgaba por derrumbar la imagen de niña adorable que había construido con El Grinch y Gossip Girl, criticando su cambio estético hacia una imagen roquera y sexualizada con 16 años, señalándola de rebelde mientras los tabloides se ensañaban en desmembrar su cambio con lupa, por detrás había una realidad distinta. La de una jovencita solitaria, que había sufrido bullying, cumpliendo con una profesión que no le llenaba.
Así lo contó ella misma durante su reencuentro con Penn Badgley, la estrella de You que interpretó a su hermano de la ficción en Gossip Girl durante cuatro temporadas. Ella tenía 12 años cuando grabó el primer episodio, él unos 21. Y de eso ya pasaron más de 15. La reunión en cuestión tuvo lugar en un episodio de Podcrushed, el podcast que presenta para SiriusXM, siendo la primera vez que se veían las caras desde el final de la serie en 2012.
A lo largo de una hora recordaron su tiempo juntos en la exitosa serie adolescente, sin embargo, resulta inevitable no quedarse prendado a la cara oculta que vivía Taylor detrás del éxito mundial de El Grinch y, más tarde, Gossip Girl. Porque resulta que ella no quería vivir la vida de estrella infantil que fueron forzando en su camino. No quería dejar a sus amigos de la escuela, pero “la convencieron” de que lo hiciera, derivando en una niñez marcada por el bullying y tristemente solitaria.
Y es que si bien ahora celebra la importancia que El Grinch tuvo en su vida, también recuerda cómo los otros niños se burlaban de ella. "En primer lugar, El Grinch cambió mi vida de muchas maneras, una de ellas fue que se burlaban de mí sin descanso", explicó en el podcast. "Cada vez que empezaba en una nueva escuela o iba a otro lugar, ni siquiera creo que los niños supieran mi nombre. Solo era la Chica Grinch". Tampoco la llamaban por el nombre de su personaje -Cindy Lou Who- sino que directamente la señalaban como la niña Grinch. "Me acostumbré, pero era alienante", sentencia.
Los padres de Taylor la apuntaron a la agencia de modelos Ford cuando tenía solo 2 años. “Ningún niño de 2 años quiere estar trabajando, pero no tuve alternativa”, dijo a la revista Revolver en 2010 (vía Moco 360). “Mi vida entera la pasé entrando y saliendo de escuelas. No tenía amigos. Estaba trabajando constantemente y no tenía una vida real”. Hizo varios comerciales y participó en su primera película con 6 años en 1999.
Poco después llegó El Grinch, una película que se convirtió en todo un éxito en las navidades del año 2000, coronándose instantáneamente como uno de los clásicos festivos gracias a la popularidad del libro de Dr. Seuss y Jim Carrey como la criatura que odia la Navidad. Así, la popularidad llegó a la vida de Taylor de la noche a la mañana, llegando a ser una de las tres favoritas para el papel de Hannah Montana (que terminó siendo para Miley Cyrus). Poco a poco su carrera siguió ascendiendo hasta que Gossip Girl la redescubrió como estrella adolescente.
"Poderes más grandes que yo vinieron y dijeron: 'Esta es una gran oportunidad'", explicó en el podcast. Y fue entonces, mientras grababa la serie, que descubrió su refugio en la música. “Ahí es donde la música se convirtió en un gran consuelo para mí. Si analizo mi vida, fue en ese lugar donde podía simplemente estar: escribiendo canciones, expresando cómo me sentía. Estaba mucho tiempo sola. No tenía mi propio grupo”.
Y es que Taylor era la más joven de todo el reparto de Gossip Girl. Mientras los protagonistas iban vestidos de diseñador, luciendo sus mejores galas e interpretando argumentos de tono adulto (haciendo negocios, drogas, muertes, compitiendo por popularidad…), Momsen daba vida a la figura más inocente de la historia. Al menos, al principio. "No encajaba con ustedes”, dijo a Penn Badgley. “No encajaba con los amigos de Connor (el actor que dio vida al hermano de Blake Lively que se acercaba más a su edad); era más joven que ellos", añadió. “Yo era la chica nueva. Era la chica 'Grinch'. Siempre estuve en este tipo de mundo extraño y aislado, probablemente en parte creado por mí misma”.
Momsen había formado una banda de música con compañeros de la escuela, pero se había tenido que mudar a Nueva York debido a sus compromisos con la serie a partir de 2007. Dos años después fundaba The Pretty Reckless, la banda de rock que todavía lidera.
“Fue una cosa de la infancia en la que me metieron cuando tenía dos años. Entonces no estaba tomando mis propias decisiones”, dijo sobre su etapa como actriz. “Literalmente, tan pronto como llegué a una edad en la que podía tomar mis propias decisiones, fue como un clic... Me desperté una mañana y dije: 'Espera un segundo'. ¿No tengo que hacer esto? ¿No tengo que hacer este otro trabajo? ¿Puedo simplemente tocar en mi banda, hacer giras y escribir canciones? ¿Puedo hacer eso?’ Por supuesto, es un poco más complicado salir de un programa de televisión que eso, pero la respuesta fue sí”.
Y así planteó sus necesidades a los productores de la serie que fueron retirando a su personaje de la historia para que pudiera irse de gira. “Realmente me permitieron seguir mi sueño y les estaré eternamente agradecida por eso”, compartió. Es decir, que cualquier rumor o historia que circulara en torno a su salida de la serie, que habló de rebeldía, de despido o de que fuera una actriz difícil, estaba equivocada. Taylor simplemente estaba siguiendo sus instintos.
Como recordarán muchos, y otros habrán descubierto en los últimos años gracias a la disponibilidad de Gossip Girl en Netflix y HBO Max, Momsen comenzó a desaparecer de la trama en la cuarta temporada cuando mudaron a su personaje a Londres, volviendo solo para el final de la quinta y última en 2012. Sin embargo, durante ese tiempo surgieron historias que señalaban la sexualización de su imagen roquera, se criticó su cambio estético dejando de lado la imagen angelical de El Grinch por los corsés y la exposición física siendo adolescente. Surgieron historias de drogas y abismo emocional que marcaron un antes y un después en la percepción que el mundo tenía de su imagen pública.
En mi opinión, este juicio mediático fue consecuencia de dos factores importantes. Por un lado, que se trataba de una actriz culturalmente asociada a la inocencia navideña, forzada sobre el papel de ‘role model’ tierno e infantil a raíz de un personaje popular, y que estaba obligando al crítico ojo social a aceptarla de otra manera. Sin embargo, al tratarse de una figura adolescente exponiendo una transición hacia una imagen musical sexualizada -como sucedió con Britney Spears, Christina Aguilera y tantas estrellas más-, en un ambiente punk, vendiendo una imagen comercial más adulta, el choque y golpe mediático, así como la curiosidad, fue inevitable.
Si a esto le sumamos que ella misma expuso una visión adulta como ‘rock star’ en sus redes sociales, conciertos y entrevistas, terminamos teniendo la percepción juiciosa que se vivió. Por ejemplo, Taylor reconoció en 2010 a la revista Spin (vía Music-News) cuando todavía estaba en la serie y con 17 años, que algunas de sus canciones estaban inspiradas “en malas experiencias, ya sea por sexo o drogas o algo más, fueron experiencias adultas que volarían la cabeza de cualquiera”. “No soy una drogadicta, una maldita psicópata loca que terminará en la alcantarilla la próxima semana, ni una rebelde”, sentenciaba. “Estoy descubriendo quién soy y qué quiero hacer”.
Y así, con o sin razón, pero sin conocer todos los motivos que nos ayudaran a comprender su necesidad personal y profesional detrás de la exploración que estaba viviendo, el mundo la juzgó. Tanto cuando era una niña lidiando con los celos de compañeros de escuela, como en la soledad de una serie con compañeros adultos o haciendo una profesión que forzaron sobre ella.
En 2017 le tocó vivir la muerte por suicidio de su amigo Chris Cornell, líder de la banda Soundgarden y, un año después, el fallecimiento de su mejor amigo y productor musical Kato Khandwala en un accidente en motocicleta. Ambas noticias le hicieron tocar fondo. “Caí en un agujero muy oscuro de depresión y abuso de sustancias, y todo lo que conlleva la muerte, la pérdida y el trauma”, dijo en el podcast. “Básicamente lo dejé todo. Dejé de hacer música”, explica para luego revelar que finalmente encontró la salida gracias a su pasión y con la motivación de querer rendir homenaje a su amigo.
“Tuve que tomar una decisión muy consciente en algún momento: o moría o seguía adelante. Elegí seguir adelante”.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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