La versión descartada de 'Casper' que nos hubiera roto el corazón

Casper se erigió como uno de los clásicos del cine familiar de los 90. Apadrinada por Steven Spielberg, fue una historia que se grabó en la memoria de muchos de los que crecieron en esta década gracias a sus dosis de diversión, su espeluznante apartado artístico, el fuerte corazón de su relato o la revolución tecnológica de sus efectos especiales, siendo uno de los títulos pioneros en el uso de técnicas digitales en el séptimo arte. Sin embargo, la cinta, protagonizada por Christina Ricci, Bill Pullman o Devon Sawa, pudo ser un producto muy diferente a lo que recordamos.

Fue el director Brad Silberling, responsable de otros clásicos familiares y romances fantásticos como Una serie de eventos desafortunados o Un ángel enamorado, quien se hizo cargo de Casper en 1995, pero lo cierto es que el proyecto inicialmente estaba ligado a Álex Proyas, el cineasta a quien debemos películas como El cuervo de Brandon Lee, la distópica Ciudad en tinieblas, Yo robot de Will Smith o Presagio con Nicolas Cage. Su idea no se salía del molde de hacer una película para niños, pero su enfoque era radicalmente diferente a la de la cinta familiar y cómica que nos llegó a los cines.

Según contó Proyas en una entrevista con Comic Book Resources en 2008, su intención era hacer una película más deconstructiva que explorara el concepto de la infancia desde una visión más oscura y dramática. Cuando descubrió los cómics originales de Casper y su historia sobre un fantasma que prefiere hacer amigos a asustar, vio una oportunidad de oro para acercar las vivencias y sentimientos más profundos de esta etapa de la vida a los niños, apostando por la resonancia emocional y no tanto por la comedia ligera para todos los públicos.

Además, el director citaba El Mago de Oz, el clásico de 1939 de Judy Garland, como una de las cintas que más tuvo en mente para desarrollar esta versión inicial de Casper. Señalaba que es una de sus películas favoritas de todos los tiempos, que soñaba con replicar su magia y que le parece el ejemplo perfecto de una cinta familiar y amable que no renunciaba a explorar temas más profundos, como bien ocurría con los miedos y carencias de sus personajes. Sin embargo, la productora, Universal Pictures, no vio nada claro este rumbo.

Proyas explicaba que llegó a escribirse un guion con su idea, pero el estudio empezó a exigir cambios hasta el punto de que el proyecto terminó siendo totalmente ajeno a lo que él quería. Y como consecuencia, su motivación se vino abajo y decidió abandonar Casper a solo una semana de que diera comienzo la producción.

“En retrospectiva, fue un gran error. El hecho de que no haya terminado la película deja claro que así fue”, afirmaba el director entre risas. “Me encantaba la idea de hacer una fantasía infantil. Una de mis películas favoritas de todos los tiempos es El Mago de Oz y me gustaría hacer algo así algún día. Casper parecía ser una oportunidad para hacer una película infantil realmente genial con una resonancia emocional realmente sólida, pero desafortunadamente, en algún momento comenzó a alejarse de su potencial y esa es la razón por la que cortésmente me retiré”.

El director no entró en detalles específicos sobre cómo hubiera sido su película descartada, pero, valorando la ya de por sí emotividad que tenía la Casper de 1995 con la preciosa relación entre el fantasma y el personaje de Christina Ricci, casi podemos dar por seguro que su mayor profundidad sentimental, sus reminiscencias a un clásico como El mago de Oz o su deconstrucción de los lugares más oscuros de la infancia, nos hubiera roto el corazón hasta el punto de tenernos llorando a lágrima viva. Desde luego, hubiera sido un riesgo comercial para una película que buscaba acercarse a todos los públicos sin asustar ni espantar a nadie, pero no hay duda de que era una idea tentadora que podría haber sido muy beneficiosa para Casper.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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