Cronología de una caída: Marius, el hijo de la princesa Mette-Marit de Noruega, escándalo a escándalo
Marius Borg Høiby, el hijo mayor de la princesa Mette-Marit, de Noruega, de 27 años, parece no tener freno. Cada día, los noruegos amanecen con un nuevo y escandaloso titular protagonizado por el joven: su asistencia a fiestas salvajes, la presunta posesión y consumo de substancias ilegales, las denuncias por malos tratos, la flagrante violación de una orden de alejamiento, la utilización de tarjetas de crédito pertenecientes a la Corona noruega y un largo y triste etcétera que tiene devastada a la princesa Mette-Marit y profundamente preocupado al heredero al trono, el príncipe Haakon quien, desde que Marius tenía cuatro años, ha estado a su lado.
Sin embargo, tanto Haakon como Mette-Marit, futuros Reyes de su país, están tratando de vivir la situación de la manera más calmada posible, por lo menos de cara al resto del mundo. Como botón de muestra, durante los pasados Juegos Olímpicos, celebrados en París, la situación de Marius estaba en un punto de no retorno: el 4 de agosto había sido detenido por primera vez tras ser acusado de lesionar a una joven de 20 años con la que mantenía una relación sentimental. A pesar de la tormenta mediática, Haakon y Mette-Marit decidieron acudir a la cita olímpica. Apoyaron a los deportistas noruegos y mantuvieron la sonrisa y el tipo a lo largo de la visita, pero la procesión, probablemente, iba por dentro.
Recientemente, durante una visita a cuatro municipios de la región de Trondelag, no pudieron evitar las preguntas formuladas por miembros de la prensa local. Cuando les interrogaron sobre la preocupación policial por la posible vinculación de Marius con grupos criminales, esquivaron la pregunta: “Pensamos que no es natural ni correcto que entremos en el asunto. Por eso no vamos a decir nada más sobre las preguntas que usted menciona”, contestó el Príncipe. Por su parte, Mette-Marit, quien tuvo a Marius en su juventud tras su tormentosa relación con Morten Borg –un exempresario con antecedentes penales y un pasado turbio–, respondió: “Por el bien de todos los involucrados en este caso, no deseamos comentar al respecto en este momento. Espero que entiendan eso. No se dice que no lo haremos más adelante, pero tal como está la situación actual, por el bien de todos los involucrados y de nosotros como familia, no queremos hacer comentarios en este momento”.
CRONOLOGÍA DE UNA CAÍDA
Remontémonos al año 2001. Haakon había dejado bien claro que el amor de su vida era Mette-Marit. La opinión pública estaba espantada porque se habían hecho públicos algunos episodios del pasado de Mette-Marit –entre ellos el haber participado en un “reality show” para encontrar pareja–, pero el heredero a la Corona noruega no quería renunciar al amor y hasta pensó en renunciar a sus derechos dinásticos. Sin embargo, poco antes de la boda, celebrada en la catedral de Oslo el 25 de agosto de 2001, Mette-Marit se enfrentó a una rueda de prensa en la que entonó el “mea culpa” por sus excesos del pasado. Sincera y con lágrimas en los ojos, pronunció algunas frases que calaron en el corazón de sus conciudadanos: “He vivido libertinamente y lo he pagado caro […] Espero que ahora pueda evitar hablar más de mi pasado y que la prensa respete este deseo”. Haakon y Mette-Marit lograron su objetivo: en nombre del amor que se profesaban, los noruegos confiaron en ellos y la Princesa, trabajadora, tenaz ymuy discreta, logró ganarse el cariño de todos.
Los noruegos se acostumbraron a la presencia continua de Marius, un niño muy rubio y con mirada curiosa, al que Haakon y los Reyes de Suecia, Harald y Sonia, dieron una cordial bienvenida a su familia. De hecho, el Rey Harald convirtió a Marius en miembro oficial de la Familia Real, aunque Marius conservó siempre suapellido. Morten Borg, su padre, siempre estuvo presente en la vida de su hijo. Por eso, Haakon no adoptó a Marius, ni este recibió un título oficial ni un lugar en la línea de sucesión al trono, pero tanto el príncipe Haakon como Mette-Marit estuvieron muy pendientes de que Marius se sintiera uno más de la familia, especialmente cuando nacieron sus dos hermanos, los príncipes Ingrid Alexandra y Sverre Magnus.
Marius pasó una adolescencia tranquila. Estudió Finanzas en California y Diseño en Milán. Curiosamente, comenzó su vida profesional como editor de tendencias de una revista londinense, “Tempus Magazine”, pero la publicación cerró y el joven regresó a Oslo, donde vivió unos años de aparente calma. Siempre se le veía entodas las reuniones familiares, como cuando el 5 de septiembre de 2020 acudió ala Confirmación de su hermano Sverre Magnus junto a Juliane Snekkestad, una joven con la que mantuvo una relación de más de dos años. Después, se supo que salía con otra joven, Rebecca Helberg.
A partir de ese momento, comenzaron ciertas señales de alarma. Marius, un amante del mundo del motor, especialmente de las motos, fue detenido por saltarse todos los límites de velocidad. El año pasado sorprendió que el joven no acudiera a la fiesta de cincuenta cumpleaños de los príncipes Haakon y Mette-Marit. Su ausencia parecía hablar de un obvio distanciamiento con su madre que, con los meses, parece haberse confirmado.
LAS PALABRAS DE MARIUS
Llegamos de esta manera al pasado 4 de agosto, fecha en la que Marius fue encarcelado durante treinta horas en una celda de una comisaría de Oslo tras. presuntamente agredir, física y mentalmente, a una mujer, que fue hospitalizada por una conmoción cerebral. El gabinete de prensa de la Casa Real noruega informó de que la princesa Mette-Marit acudió a visitar a la víctima de su hijo, un hecho sin precedentes que se interpretó como un esfuerzo denodado de la esposa de Haakon de Noruega por evitar el impacto negativo que estas informaciones tendrían sobre la Familia Real. Para más inri, otras dos mujeres denunciaron aMarius por malos tratos en el pasado: Juliane Snekkestad y Nora Haukland.
Días después del gesto de su madre, el propio Marius emitió un comunicado reconociendo los hechos y pidiendo disculpas: "El fin de semana pasado sucedió algo que nunca debería haber sucedido. Cometí lesiones corporales y destruí objetos en un apartamento en estado de ebriedad tras haber consumido alcohol y cocaína después de una discusión. Tengo varios trastornos mentales, lo que significa que a lo largo de mi infancia y de mi vida adulta he tenido y sigo teniendo varios desafíos. He luchado contra el abuso de sustancias durante mucho tiempo, algo por lo que he estado en tratamiento en el pasado. Ahora retomaré este tratamiento y lo tomaré muy en serio". Y añadía: "El consumo de drogas y mis diagnósticos no excusan lo que pasó en el apartamento de Frogner la noche del domingo del fin de semana pasado. Quiero ser responsable de lo que he hecho y daré explicaciones sinceras a la policía […] También quiero pedir disculpas a mi familia. Sé que mis acciones os han afectado en gran medida”.
No obstante, el arrepentimiento duró poco. La policía de Oslo confirmó que Marius volvió a ser detenido y liberado más tarde, después de que se confirmara que el pasado 10 de septiembre contactó, con un teléfono de número oculto, con una de las supuestas víctimas. Esto fue una clara violación de una orden de alejamiento y volvió a situar a Marius en el ojo del huracán.
El último capítulo de esta triste historia ha sucedido estos días. Un medio noruego, “Se og Hor”, ha revelado que Marius invitó a fiestas en la residencia real de Skaugum a personas “con antecedentes importantes”. Al parecer, y según este medio, estas “amistades peligrosas” hurtaron objetos de Palacio. Estos hechos han provocado que el director de comunicación de la Casa Real Noruega, Guri Ofstad Varpe, se precipite a asegurar que “la seguridad de la familia del Príncipe Heredero está garantizada. No queremos entrar en medidas específicas o situaciones individuales relacionadas con la seguridad de las propiedades reales”.
Cada día que pasa surgen nuevas y preocupantes informaciones en torno a la salud mental de Marius. La imagen de un coche abollado en los jardines de la residencia familiar indica que el joven se dirige a demasiada velocidad hacia el lado oscuro. Un momento complicadísimo, sin duda, para la Familia Real noruega, y un gran reto para el propio Marius Borg, quien asume que tiene un problema muy serio, aunque aún no ha logrado retomar las riendas de su vida.