Cuidado con lo que lees… algunos estudios sobre alimentos son patrocinados por marcas internacionales
La próxima vez que leas sobre algún estudio científico, asegúrate de comprobar quién lo financió. Desde hace algunas décadas, diversas empresas multinacionales han tenido injerencia en varias de esas investigaciones.
Marion Nestle, profesora en Nutrición de la Universidad de Nueva York, ha monitoreado diversas investigaciones financiadas por compañías de alimentos y bebidas. Tan solo en 2015 dio a conocer que, de 168 estudios analizados, 156 mostraron resultados sesgados en favor de la firma patrocinadora.
“La investigación nutricional patrocinada por la industria, al igual que financiada por empresas de tabaco, química y farmacéutica, casi invariablemente producen resultados que confirman los beneficios o la falta de daño de los productos del patrocinador, incluso cuando la investigación independiente llega a conclusiones opuestas”, señaló la profesora en un artículo publicado por JAMA Internal Medicine.
Algunos ejemplos
La realización de estudios científicos patrocinados por grandes corporaciones es algo que se ha documentado desde el siglo pasado. En la década de 1960, según reportó la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés), la industria azucarera financió investigaciones para dar a conocer que la grasa saturada, y no el azúcar, serían la causa de las enfermedades del corazón.
En cuanto a los jugos, por ejemplo, uno de los casos más recordados es el de POM Wonderful. La compañía de bebidas reconoció haber pagado 35 millones de dólares por publicar estudios que demostraran que el consumo de sus productos podría tratar, prevenir o reducir el riesgo de enfermedades del corazón, el cáncer de próstata e incluso la disfunción eréctil, recopiló una nota publicada por The Guardian.
La Suprema Corte de los Estados Unidos tuvo que intervenir luego de que las declaraciones de propiedades saludables en los anuncios de estas bebidas engañaban a los consumidores. Contenían frases como ‘Sorprende a tu cardiólogo’ o ‘El superpoderoso antioxidante’. En mayo de 2016, la Suprema Corte de Estados Unidos declinó la apelación de la compañía, informó Los Angeles Times.
Algo similar ocurrió con la firma de biotecnología Monsanto. Según dio a conocer The New York Times en 2015, la firma había reclutado a diversos académicos para defender públicamente la seguridad de los herbicidas utilizados en cultivos genéticamente modificados. El diario aseguró que encontraron decenas de artículos firmados por científicos respetados, algunos de los cuales habían sido redactados por consultores de relaciones públicas.
En 2011, PepsiCo patrocinó un estudio para demostrar si la harina de avena caliente Quaker Oats (de la cual es dueña) y sus cereales fríos Cuaker Oatmeal Squares eran más abundantes que Honey Nut Cheerios, su rival comercial. Como los resultados solo favorecían a su cereal caliente, eligieron publicar únicamente esos datos, según dio a conocer la agencia AP.
La respuesta corporativa
En 2015, según reportó The New York Times, se dio a conocer que Coca-Cola sufragó investigaciones científicas mediante su organización Global Energy Balance Network (desaparecida ese mismo año), que promovía el ejercicio por encima de la alimentación saludable.
Tras la polémica, autoridades de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado se vieron obligadas a devolver 1 millón de dólares que habían recibido por parte de la firma para realizar un estudio que restaba importancia a la relación entre los refrescos y la obesidad.
Según detalló The New York Times, la compañía de bebidas reconoció haber gastado casi 120 millones de dólares desde 2010 en investigación en salud y para organizaciones médicas, como la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) y la Academia de Nutrición y Dietética (AND, por sus siglas en inglés), entre otras.
¿Qué te parece? ¿Qué estudios recuerdas que hayan llamado tu atención? ¿Qué opinas de que las marcas de consumo patrocinen estas investigaciones? Envíanos tus comentarios.
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