Cupping: la técnica milenaria que promete beneficios más allá de lo físico

Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow, Justin Bieber y Victoria Beckham son solo algunos de los muchos famosos que han lucido unos rosetones color café o rosa oscuro en su piel. En 2016 vimos a Michael Phelps contemplando la pantalla de resultados con sus círculos perfectos marcados en los hombros y otras áreas de su inmensa humanidad. Y es que el cupping, o terapia de ventosas, no es un tratamiento nuevo, para nada, de hecho es milenario y son muchas las civilizaciones que recurrieron a él para brindar bienestar al cuerpo y a la mente.

(Getty Creative)
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Algunos dicen que proviene de la antigua Mesopotamia, otros que fueron los egipcios quienes la popularizaron y otros, la mayoría, segura que proviene de China y que está vinculada a los principios de la acupuntura. De hecho, si hay una escena fascinante en la cultura pop que ilustra en qué consiste esta terapia, es en “The Karate Kid” (2010), cuando el misterioso Mr. Han (Jackie Chan) aplica la técnica para aliviar al jovencísimo y lloroso Dre (Jaden Smith).

Aunque se ha hecho presente por muchos años en salas de spa y clínicas de belleza, el cupping vuelve al centro de atención porque Madonna lució recientemente las marcas de su terapia, como prueba de su recuperación tras haber tenido que cancelar su gira por problemas de salud.

“La reina del pop”, de quien es conocido su interés por las terapias alternativas, las mostró con entusiasmo y nosotros nos animamos a refrescar el conocimiento y averiguar de qué trata la terapia de ventosas, pero sobre todo, si de verdad funciona

Energía: lo que nos mueve

La doctora Karolina Landaeta, médico cirujano especialista en medicina estética especializada en España, nos cuenta la verdad sin anestesia. “El cupping es una pseudoterapia porque no está comprobado científicamente que funcione como tal, sin embargo, se trata de una técnica que viene de la medicina tradicional china, con miles de años de historia y que fue utilizada también por otras culturas todas con el mismo fin: brindar tratamiento a las energías, lo que denominan Chi”.

(Getty Creative)
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Según explica la doctora, el tratamiento de estas líneas imaginarias que definen todos nuestros movimientos, sentimientos y bienestar, mejora la microcirculación y activando puntos en el sistema linfático. “Con esa mejoría, se dice que fluye de una mejor manera la hemoglobina hacia el torrente sanguíneo y provee de mayor oxígeno a los tejidos.

No es de extrañar que sea la energía, su limpieza y tratamiento, el foco principal del cupping, porque en eso se basan los principios de la medicina china. No van enfocados tanto hacia lo físico, sino a esas líneas o pasajes de energía. "Muchos de los estudios que hemos revisado hablan de que las ventosas lo que hacen es producir en la piel un enrojecimiento motivado por la succión que genera la ventosa, y el calor que proporciona su activación -con un algodón con alcohol encendido- y en consecuencia, aumenta el flujo sanguíneo a esas zonas específicas del cuerpo. Al mejorar la circulación, hay mayor oxigenación en los tejidos, y por eso se le adjudican a este tratamiento efectos antiinflamatorios para tratar la rigidez muscular”, aclara Landaeta.

Michael Phelps (Photo credit should read MARTIN BUREAU/AFP via Getty Images)
Michael Phelps (Photo credit should read MARTIN BUREAU/AFP via Getty Images)

Es por eso que es una terapia muy utilizada por atletas y por quienes sufren de fuertes contracturas en la zona de la espalda, pues también se le atribuyen propiedades analgésicas y relajantes. “Hay que destacar que todo lo que produzca calor en nuestra piel mejora el colágeno, la elastina y, por supuesto, favorece a la mejor oxigenación de los tejidos. Por eso es que otros aparatos que producen calor, como los de radiofrecuencia, o el láser, estimulan y aceleran la microcirculación y por ende habrá mayor entrada y salida de oxígeno. Esto es lo que ocasiona un efecto analgésico y antiinflamatorio más allá de la succión y compresión”.

Ventajas y desventajas

Entre las ventajas hay que decir que es un tratamiento por lo general indoloro, rápido y que puede aplicarse en cualquier parte del cuerpo, incluso una o dos veces por semana, porque si bien, no está comprobado científicamente su funcionamiento, las tradiciones antiguas lo mantienen como eficiente en materia de bienestar físico y emocional.

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Entre los efectos secundarios que tiene, además de las manchas, está que pueden aparecer ampollas, que duran bastante tiempo, según Landaeta, y podrían ocurrir quemaduras.

Sin embargo la especialista hace un guiño y advierte que no descarta la medicina alternativa, que en ocasiones puede incluso combinarse con tratamientos científicos para ofrecer resultados más integrales. “Todo tiene una razón de ser, no somos solo entes físicos por solo caminar o respirar, nos mueven otras cosas, así que podría estar abierta a estas alternativas”.

Aunque realmente no se ha comprobado que la terapia de las ventosas tenga un efecto positivo, ha funcionado por muchos años como placebo que, según las antiguas tradiciones, podría proporcionar bienestar energético e incluso emocional, pues podría ser una puerta para el tratamiento de dolencias como la ansiedad y la depresión.

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