Todo lo que debes saber para hacer un buen cambio de armario sin complicarte

Desde hace un par de días vemos cómo las bajas temperaturas y las lluvias se asientan en la ciudad, un hecho que hace que nos replanteemos si es el momento de lucir looks que nos protejan de los primeros fríos y ponernos manos a la obra con el famoso cambio de armario. Y sí, ya te confirmamos que así es, porque el otoño está a la vuelta de la esquina, por lo tanto ya nos despedimos de los vestidos de lino hasta dentro de un par de temporadas, a no ser que tengas planeado algún viaje al Caribe que los necesites. Sabemos que esta tarea no es de tus favoritas y que puede dar más de un quebradero de cabeza, pero no te preocupes, porque aquí estamos para resolver todas esas dudas y darte los mejores trucos de experto para hacer una buena mudanza sin echarte las manos y el tiempo a la cabeza.

¿Cuándo hacerlo?

Antes de comenzar con las conocidas y virales directrices de la experta Marie Kondo, lo primero que debes haceres buscar un día, por ejemplo, este fin de semana puede ser el indicado. Te dedicarás a esta tarea durante varias horas, así que pospón tus compromisos hasta el último momento. Si aún no lo tenías en mente, te recomendamos que lo apuntes en tus lista de cosas pendientes, porque cuando antes lo hagas, antes sabrás con qué ropa puedes contar y así ahorrarte dinero e incertidumbres frente al vestidor. Y lo mejor según los expertos es que lo hagas del tirón, no poco a poco, porque así te estresarás menos y mantendrás el orden en la habitación, y tu mejor compañía será una buena lista de música para motivarte.

La importancia de la clasificación

Minutos antes de poner la cama y los rincones de la habitación patas arriba con capas y capas de ropa, te aconsejamos que utilices tres cajas (también pueden ser bolsas o simplemente montones) para que así puedas clasificar todo lo que tienes más fácilmente. Primero comienza desalojando las prendas de verano, guarda los trajes de baño en bolsas especiales y las sandalias en su guardapolvos correspondientes (en su defecto en otra zona del zapatero). Y a partir de aquí, ve seleccionando aquellas que vas a seguir llevando la próxima temporada, las que son para donar o vender en plataformas de segunda mano, y también las que directamente van al contenedor por estar desgastadas o rotas.

Pruébate la ropa, te ahorrá tiempo y disgustos

Una vez realizado este sabio y sencillo procedimiento, haz lo mismo con la colección de otoño e invierno, porque así podrás desechar aquella que ocupará espacio sin necesidad alguna. Y lo más sensato antes de colgarla en las perchas, es probarte cada pieza que tienes, por si has cambiado de talla o ya no encaja con tu estilo. Sabemos que no es la tarea más divertida del mundo, pero te prometemos que tu 'yo' del futuro lo agradecerá infinitamente, y quizás tu hermana o alguna amiga se dé una alegría al conocer que tienen una adquisición a la que darle nuevas vidas y combinaciones.

Piezas atemporales

¿Qué piezas debemos dejar en el vestidor? Seguramente en alguna ocasión te ha surgido esta duda a la hora de decidir qué ropa se va a la caja de invierno, ¿no? Y he aquí la respuesta: todas aquellas que sean atemporales y puedes lucir cualquier época del año. Es el caso de los vaqueros blancos, aunque algunos sean de un tejido más liviano, nunca está de más tenerlo a mano por lo que pueda surgir. Lo mismo ocurre con un traje de baño y vestido de tirantes, el uniforme favorito de las estilistas para los días de calor que siempre hay que tener a mano por si surge un viaje al mar.

Y las perchas...

Como ya sabrás, es muy importante no solo mantener el orden dentro del armario, también encajar cada una de los diseños correctamente para que no se deformen y pierdan su esencia. El siguiente paso es colgarlas en perchas, y si son todas iguales y con la misma dirección, ¡mucho mejor! Aunque también te recordamos que las de madera o un material similar o resistente, funcionan fenomenal para aquellas piezas con mayor pesoy estructura, como una chaqueta o un vestido largo de invitada. En cambio para las blusas, camisas y pantalones fluidos que son ligeros, opta por unas más finas, planas y antideslizantes para que así ocupen el menor espacio posible y poder acceder a la ropa con más facilidad.

¿Cómo ordenarlo?

Una vez dada por finalizada la tarea de ver con que sí nos quedamos estos próximos meses, es el momento de colocar toda la ropa sobre las baldas. Haz como las prescriptoras de estilo y ordénalas por tipo de prenda, por ejemplo: vestidos cortos, vestidos largos, pantalones, faldas largas, minifaldas, tops, camisas, jerséis, chaquetas...  Y después cuando lo hayas colocado, lo ideal es hacerlo por colores (de los más claritos a los oscuros) para que sea todo más visual y sencillo de localizar cuando quieras construir un buen look.

El truco para diseños especiales

Si tienes la gran suerte de disponer de bastante espacio en la estancia, la idea para conservar en el mejor estado posible prendas especiales en las que has invertido y que quieres seguir llevando pasen los años que pasen, como podría ser un vestido de invitada o un bolso de lujo, es reservarle un lugar específico en el armario. No solo para mantenerlo intacto, también para localizarlo en el menor tiempo posible. Y recuerda que cuanto menos expuesto esté de la luz del sol, ¡mucho mejor!

Los 'por si acaso'

Y a esas prendas que las bautizamos como 'los por si acaso', aquellas compramos de manera impulsiva y que incluso aún tiene la etiqueta puesta, debemos ponerles una fecha límite. No siempre nos va a surgir ese fiestón del siglo o aquel viaje soñado al paraíso, así que si en el plazo (lógico) que marcamos no les hemos dado la oportunidad de estrenarlos, directamente debemos devolverlo si aún estás a tiempo, venderlo en plataformas de segunda mano, donarlo o regalárselo a alguna amiga.