Descubre si la forma en que discutes te está perjudicando

¿No sabes por qué tus discusiones terminan siempre mal y sin resolver la cuestión que las generó? Estos son los indicadores de que tu forma de discutir te está perjudicando.

Hay formas más perjudiciales de discutir, y que traen peores resultados Foto: fizkes / Getty Images
Hay formas más perjudiciales de discutir, y que traen peores resultados Foto: fizkes / Getty Images
  • Elevas el tono de voz

Es perfectamente comprensible que si el tema que estás discutiendo está relacionado con algo que te interesa profundamente, las emociones te superen.

Especialmente, si la persona con la que estás discutiendo es alguien por quien tienes sentimientos o con quien has vivido muchas experiencias. Sin embargo, el enemigo número 1 de las discusiones “sanas” es ese: dejar que tus emociones te tomen por completo y te hagan elevar el tono de voz, mencionan varios expertos como la psicóloga Susan Krauss Whitbourne en Psychology Today.

Enojarse, gritar y mostrarte fuera de control, no solamente te hará ver como alguien irracional y debilitará tus argumentos, sino que además, hará que la otra persona esté menos interesada en lo que tienes para decir y se enoje aún más. La situación escalará y entonces tu argumento quedará enterrado en la discusión.

Muéstrate calmo en todo momento. Así, la otra persona te verá como alguien con autocontrol, con más racionalidad y quizás, se disponga a escucharte.

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  • Comienzas a exponer tu “caso” antes de que la otra persona te explique lo que quiere decir

Si no puedes resistirte a salir en tu defensa apenas sientes que la otra persona te está atacando, probablemente te perjudiques, se señala en la revista Entrepreneur.

Antes de decir algo, debes saber exactamente qué quiere decirte tu “oponente” para poder responderle algo acorde. Además, él se sentirá más calmo si se puede expresar completamente sin interrupciones. A la larga, eso te favorecerá porque querrá escuchar lo que tú tienes para decir.

Si pierdes la calma dañarás tu argumento ante la otra persona. Foto: skynesher / Getty Images
Si pierdes la calma dañarás tu argumento ante la otra persona. Foto: skynesher / Getty Images
  • No tomas lo que dice el otro para responderle

Un error muy común en las discusiones es simplemente exponer el caso propio y no hacer referencia a nada de lo que ha dicho el otro. Así, la conversación se convierte en un monólogo en lugar de un diálogo.

Incluye algunos de los argumentos expuestos por la otra persona, aunque sea en forma de pregunta. Parafraséala. Di algo como: “¿Entonces sugieres que lo mejor es que procedamos de esta forma?”. Así, quien esté del otro lado se sentirá escuchado, valorado y, en consecuencia, tenderá a escuchar y valorar lo que dices.

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  • Haces afirmaciones absolutas

Es importante que ante un “oponente” argumental, debas suavizar un poco tus afirmaciones. En lugar de decir que “Esto es así”, sonará mejor si lo expones como “¿No será, quizás, que esto que dices pueda ser de tal o cual forma?”. Al contrario de lo que te imaginas, esta forma de exponer tus pensamientos es más efectiva que afirmarlos rotundamente.