Eduard Fernández habla por primera vez de sus problemas de adicción: 'Estuve tres meses ingresado en un centro'
Un día después de ganar su cuarto Goya, Eduard Fernández habló públicamente de sus problemas de adicción en Lo de Évole, el programa de Jordi Évole en laSexta. "Es una enfermedad, pero sigue estando muy estigmatizada", dijo el actor catalán, de 60 años. "Lo más importante en la adicción es que llegue un día en el que te des cuenta que no puedes tu solo con eso y que necesitas ayuda y tienes que pedirla. Ese paso ya es muy importante. Y luego, poco a poco, que eso es lo que más cuesta, cojas conciencia de enfermedad. No es que seas un tarado o no tengas voluntad. Es algo químico. Un adicto suele consumir para no sufrir no para pasárselo bien", explicó.
"Yo recuerdo cuando empecé a beber chupitos a las 12 de la mañana... la adicción de mucha vergüenza porque notas que te estás pasando, que no te acuerdas de lo que hiciste ayer... Tardas tiempo en ver que tienes un problema. Sufres mogollón. Mi droga estrella era el alcohol. Lo mezclaba con coca, a épocas", desveló con total sinceridad.
Fue su pareja, la actriz Ainhoa Aldanondo, quien le dijo que no podía continuar así y pidió ayuda. "Me lo dijo de una manera muy hermosa: 'Te quiero mucho, pero así no sé...'. Estuve tres meses ingresado en un centro de desintoxicación, un sitio maravilloso. La gente se asusta mucho. Pero si uno es adicto tiene que ir al médico y el tratamiento es el que es: la terapia", explicó. "Lo más importante en la adicción es que llegue un día en el que te des cuenta de que no
El protagonista de Marco y El 47 se puso en manos de profesionales y a día de hoy es capaz de experimentar sensaciones tan desagradables como la ansiedad o la angustia sin necesidad de caer en el alcohol. "Tienes que aprender a soportar. Había sensaciones que me costaba mucho aguantar. Una ansiedad, una angustia, una desazón, aquí no quiero estar, quiero desaparecer... Eso te lo podías quitar con un consumo. Ahora tienes que soporta la angustia. Es muy hermoso", aseguró.
A pesar de encontrarse en un buen momento, no pierde de vista que "uno es adicto para siempre", por eso continúa con la terapia y alejándose por completo de cualquier tentación. "Una de las peores formas de recaer es recaer sin ganas. No pases esa compuerta y no pasarás la siguiente", puntualizó. Si va a "una cena importante", no toma ni una copa de vino, algo que, en ocasiones, no está bien visto. "Ahora lo llevo con mucha naturalidad, pero al principio cuesta. Pareces el raro o el que tiene problemas por no beber. Y no es así". De hecho, al dejar por completo el consumo de alcohol ha "dejado de tener problemas". "Vivo más plano. Y a esa cosa que podíamos encontrar aburrida, encontrarle la gracia de la vida".
Fernández confesó que lo más duro de todo fue contarle a su hija, la actriz Greta Fernández, que era adicto. "Me dijo que le había caído a los pies. Eso escuece", reconoció el intérprete. Sin embargo, ahora sabe que está muy orgulloso de él, algo que pudimos comprobar el pasado sábado, cuando la joven le entregó el Goya a mejor actor protagonista por Marco. "Admiro mucho a mi hija", señaló el intérprete. "Lo más bonito de tener un hijo es ver cómo ha ido creciendo como un ser humano distinto a ti, con sus elecciones en el mundo y su manera de ganarse la vida", afirmó.
Además de hablar abiertamente sobre sus adicciones, el actor contó que había sufrido depresión en varias ocasiones. La primera, siendo un adolescente. "Lo que más quería era dormir me costaba levantarme por la mañana", comentó. Después, atravesó "momentos muy bajos", como su divorcio, "en los que te cuesta funcionar" y entró "en una espiral" que le llevó a medicarse y a consumir "lo que no toca". "Llegó un momento en que, cuando estás mal y no te soportas, uno busca sus medicinas", confesó.
Antes de enamorarse de Ainhoa, la actriz zaragozana a la que conoció en 2017 en el rodaje de La zona, Fernández estuvo casado con la escritora Esmeralda Berbel, madre de su hija Greta. Cuando se divorciaron, el actor atravesó un duelo muy complicado, ya que sentía que su proyecto de vida había fracasado por completo. "Fue una separación muy dolorosa, lo pasé muy mal... Separarte de alguien con quien has tenido una hija... Es el fracaso de un proyecto. Se sufre", aseguró. Actualmente, la expareja se lleva muy bien. "Tuvimos un amor muy profundo y lo seguimos teniendo", afirmó con orgullo.