Sí, meditar podría generar sensaciones desagradables

Hasta ahora casi todo lo que se ha dicho de la meditación a nivel de estudios parece positivo y benéfico para la salud. Sin embargo, dos estudios han recogido que esta práctica también conlleva experiencias desagradables de las que casi no se habla, y que muchos novatos de la práctica no conocen.

En mayo de 2017 se dio a conocer un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Brown, en California, que encontró que la meditación podría tener efectos negativos en quienes la practican.

Se trató de un estudio cualitativo en el que se le hicieron preguntas a 60 personas que practicaban alguna meditación budista. Ninguna de ellas habría padecido problemas psicológicos previamente.

Entre los resultados se concluyó que, de quienes sí reportaron haber tenido alguna sensación negativa o desafiante a raíz de meditar, 82% reveló emociones como ansiedad, miedo y paranoias.

Otro estudio, publicado en mayo de este 2019 en la revista PLOS One, encontró que 25% de los 1,232 individuos incluidos y que practicaban meditación de forma constante, reportaron haber tenido alguna experiencia desagradable o difícil a raíz de la meditación. Estas incluían ansiedad o alteraciones de la percepción.

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Si bien el estudio también fue cualitativo y no consideró a personas con problemas psicológicos previos, sí encontró que estas experiencias desagradables eran más comunes entre personas con una tendencia a tener pensamientos negativos recurrentes.

Además, concluyeron que habría un 65% más probabilidades de experimentar este tipo de experiencias con técnicas de meditación deconstructiva, como la vipassana.

¿Por qué ocurriría esto?

Los estudios anteriores y que han levantado cierto revuelo entre los medios de comunicación son cualitativos, es decir que solo describen un fenómeno sin ahondar en sus causas.

Sin embargo, y de acuerdo con el doctor Itai Ivtzan, psicólogo especializado en psicología positiva, mindfulness y espiritualidad, estos desafíos o experiencias desagradables a raíz de la meditación serían comunes y se trataría de emociones enterradas que surgen cuando meditamos.

Lo que sucede al meditar es que interactúas a profundidad contigo mismo, lo que te puede llevar a detonar una ola de emociones como enojo, miedo o envidia que quizá tenías enterradas y que incomodan. Ivtzan explica que sería algo natural, y que con el tiempo se van haciendo menos.

Esta incomodad generada podría ser una forma de enseñarnos a ser más autocompasivos, y sentarnos con lo que nos está afectando. Eso sí, Ivtzan también insiste en que, si estas emociones o experiencias desagradables nos resultan demasiado fuertes, se vale retroceder un poco.

Con todo esto, el doctor también recuerda que no tenemos que enfrentarnos solos a estas emociones, pues si bien la meditación es una buena herramienta para ayudarnos a ser más conscientes de lo que vivimos y sentimos, no suple a una terapia psicológica.

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¿Entonces, meditar o no meditar?

No cabe duda de que la práctica de la meditación podría tener efectos benéficos para nuestros niveles de estrés, y por lo tanto en nuestra salud. Sin embargo. es también un proceso personal de autoconocimiento, y si hay algo que no te gusta de ti, es probable que la meditación te lleve a enfrentar eso, hasta que hagas algo al respecto.

Como reconoce Ivtzan, es una gran herramienta, pero sería importante avisarle a toda persona que se quiere iniciar en la meditación que podría tener experiencias desagradables a raíz de la meditación. Así, si ocurren, no resultarán tan sorpresivas, además de ayudarle a la persona a considerar qué otras herramientas podrían serle útiles para afrontarlas.

@travesabarros