Yahoo Estilo El 'chef más sexy del mundo' sustituirá a Benito Molina en MasterChef y la gente no lo tomó bien
Por Luis Moreno
Esta semana comienza la nueva temporada de MasterChef México y la mesa está tan servida como la polémica. El regreso de uno de los programas estelares de TV Azteca llega en circunstancias difíciles, como lo es una pandemia y un cambio de horario y día de la emisión (esta vez será transmitido los viernes por la noche en vez de los domingos), pero sobre todo la controversia llega por la ausencia de una figura central como lo es chef Benito Molina, quien no formará parte de esta nueva etapa por una incompatibilidad de agenda.
El hueco que deja Benito es muy grande, toda vez que era el juez más querido y polémico de todos con los que cuenta el programa. La insatisfacción del público no se hizo esperar y las redes sociales están llenas de comentarios de decepción por la falta de un personaje que era el ingrediente clave de este platillo televisivo.
Es verdad que Masterchef es un producto bastante completo y que en la vida y en el espectáculo nadie es indispensable. A fin de cuentas el programa seguirá contando con la conducción de Anette Michel cuyo estilo amable y divertido ha encajado a la perfección con el formato. También seguirán como jueces los chefs Adrián Herrera y Betty Vázquez, quienes gozan de la simpatía del público y quienes meten mucho sabor a la mezcla.
Por si fuera poco, los productores del programa han prometido que el casting de la nueva temporada es el mejor que han tenido hasta el momento, algo de lo que no dudamos ya que hay que reconocer que ese ha sido uno de los fuertes de la versión mexicana de este concepto en el que han participado personajes entrañables y pintorescos que son ya clásicos en la memoria colectiva y todavía hoy protagonizan memes y decenas de anécdotas.
Aún así las dudas persisten. Con un cambio de horario y la despedida de su juez principal, MasterChef está jugando con fuego. Dice el viejo refrán que no hay que arreglar lo que no está descompuesto y ese programa funcionaba de maravilla como estaba, por lo que los cambios implican un riesgo de estropear la fórmula original.
Tal vez por ello los productores recurrieron a una medida extrema para llenar los zapatos de Benito Molina y para sustituirlo han fichado al peruano Franco Noriega, quien además de ser considerado “el chef más sexy del mundo”, cuenta con un exitoso restaurante en Nueva York llamado Baby Brasa, un espacio exclusivo con capacidad para menos de 20 comensales. Con apenas 31 años, Noriega es ya un chef con una trayectoria destacada que también ha sabido vender bien su atractiva imagen desde el modelaje.
Franco lleva la comida en las venas ya que su familia se ha dedicado de lleno a este rubro. Sus padres son dueños de una empresa panadera en su país y su hermana cuenta igualmente con un restaurante del que Franco es copropietario.
Este cocinero peruano es lo que popularmente se conoce como un “estuche de monerías”, ya que también fue en su momento un destacado nadador que incluso clasificó en su momento a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, aunque por desgracia una lesión le privó de participar en el magno evento.
Ese episodio amargo en su carrera lo enfocó al cien por ciento en su faceta como modelo, cocinero y personaje del espectáculo. Como modelo ha trabajado con marcas de la talla de Hugo Boss, Dolce & Gabbana y Louis Vuitton. En cambio su participación en televisión ha sido menor, con contadas participaciones, incluyendo su aparición en "Mira Quién Baila" donde no duró mucho tras ser eliminado en la segunda emisión.
Pero aunque su físico y modo de vida levante algunos prejuicios y hasta envidias, Franco Noriega dista de ser un improvisado y cuenta con estudios en el prestigioso International Culinary Center de Nueva York. En redes sociales sus videos tienen millones de reproducciones… pese a que no queda claro si su éxito se debe a las recetas que prepara o si se debe a que cocina semidesnudo ante la cámara.
Falta ver si el “chef más sexy del mundo” logra adaptarse a un programa en el que se necesita más que una cara y cuerpo bonito, en donde ni siquiera basta con ser buen cocinero, sino en el que es necesario saber conectar con el público y realizar comentarios precisos de las creaciones culinarias de los competidores.
Benito Molina tenía el atractivo de ser el juez severo pero justo, que sabía regañar cuando era necesario y que ofrecía halagos cuando el participante lo merecía. Su voz se volvió una autoridad en la materia, era respetada por la audiencia que, aunque a veces pudiera reprochar su arrogancia, al final le reconocía su sentido profesional y el oficio que le brindaban sus más de 30 años de experiencia en la cocina (empezó a trabajar desde que era un quinceañero).
De todas formas el show debe continuar. Y el ambiente en la cocina también. El comunicado en donde Tv Azteca anunció el fin de la relación laboral con Benito dejó las puertas abiertas para futuros proyectos. Quizás en unos años tengamos de vuelta a este carismático cocinero en un set de televisión. Por ahora no queda más que darle el beneficio de la duda a quien tuvo la valentía de asumir el reto, como es Franco Noriega. Más allá de cualquier nostalgia, hay que ser receptivos y dar una oportunidad. Ya veremos si este viernes pasa la prueba.
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