El embarazo modifica el cerebro de las madres, según un estudio

Por primera vez, un estudio encontró que el cerebro de las madres cambia estructuralmente durante el embarazo, y se mantiene por lo menos dos años después de dar a luz, y los padres no lo notan.

El embarazo cambiaría el cerebro de las madres. Foto: Jenny Wymore - SunKissed Photography/Getty Images.
El embarazo cambiaría el cerebro de las madres. Foto: Jenny Wymore – SunKissed Photography/Getty Images.

Los investigadores reunieron a 25 madres primerizas a quienes les hicieron una resonancia magnética antes de que quedaran embarazadas y después de dar a luz. Hicieron lo mismo con 19 de sus parejas hombres. A modo de control reunieron a otras 20 mujeres y 17 hombres que nunca habían sido madres o padres.

Entre los resultados, publicados en la revista Nature Neuroscience, encontraron que en las madres hubo una reducción simétrica del flujo de materia gris en la línea media frontal y posterior del córtex, y en zonas específicas del córtex prefrontal y temporal.

Esta disminución de materia gris no afecta las habilidades cognitivas, ni la memoria, como demostraron una serie de pruebas en las que las madres obtuvieron la misma puntuación que el grupo prueba. “A mayor eficacia cognitiva, menos sustancia gris. Es lo que llamamos poda adaptativa”, dijo Óscar Vilarroya, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona y coautor del estudio, de acuerdo con el periódico El País. Es decir, que esta “poda” optimiza las conexiones neuronales.

Estas áreas, especificaron los investigadores, están relacionadas con zonas de cognición social que permitirían, entre otras cosas, ponerse en el lugar del otro, anticiparse a sus intenciones y “leer la mente”. En otras palabras, son áreas relacionadas con la empatía, que permitirían interpretar los estados mentales del hijo y anticipar amenazas.

Además, gracias a una sesión de neuroimagen, los investigadores descubrieron que estas mismas áreas que habían perdido materia gris se activaban cuando las madres veían imágenes de sus hijos. Sin embargo, esto no ocurría cuando veían imágenes de otros niños.

Gracias a esto, los responsables del estudio sugieren que existe una conexión directa entre el aumento entre las hormonas que proceden del feto que cambian el cuerpo y el cerebro, como un mecanismo adaptativo para que el bebé tenga las mejores probabilidades. Agregaron que las áreas del cerebro que cambiaron estarían asociadas con las funciones necesarias para gestionar los restos de la maternidad.

Cabe mencionar que estos cambios no fueron percibidos entre los padres, ni entre las personas del grupo control. Sin embargo, dos años después de dar a luz varias de las madres se sometieron a otra resonancia magnética, y estos seguían presentes. Curiosamente mencionaron que los padres no habrían notado estos cambios.

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@travesabarros

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