El poderoso mensaje de la joven que decidió dejar crecer su bigote y sus cejas unidas
No importa la época, las axilas al natural siempre han dado de qué hablar. Desde Sofía Loren, en sus espectaculares años mozos, hasta Lourdes León y su madre Madonna, Cameron Díaz, Miley Cyrus, y muchas más han mostrado con orgullo los vellos de sus axilas y siempre generan noticia. Hay artículos en miles de revistas dedicados a ellos, a los pelos. Y hay quienes se han inspirado y, por supuesto, quienes los han rechazado. Ya entre los años 60 y 80, los pelos bajo los brazos estaban impregnados de expresión por la igualdad de género, y aún hoy, esa intención se mantiene y se reconoce incluso como negocio por parte de marcas que han sabido aprovecharlo.
Aunque siempre escandalizan, las axilas peludas son para algunos un símbolo de libertad y han dado paso a nuevas propuestas, como la exhibición del vello facial, con el mismo objetivo: generar un impacto.
Asumir con total naturalidad que aunque eres mujer, tienes bigote y cejas unidas y que te sientes igual de femenina parece un reto no muy fácil de asumir pero con mucho qué expresar. Es lo que ha hecho Eldina Jaganjac, una mujer danesa de 31 años que ha decidido desafiar los estándares de belleza, al ojo crítico de la sociedad y a todo el que arrugue la cara al ver sus ojos enmarcados por un sola ceja un poco enmarañada en el centro.
Simplemente se cansó de esforzarse por adaptarse a los estándares de belleza que se imponen a las mujeres. "Solía sentirme menos femenina debido a mis cejas bastante voluminosas”, reveló en una entrevista citada por BoredPanda.
Eldina se lanzó contra los parámetros de belleza con todo. Se sentía frustrada por la gran presión a la que se someten a las mujeres hoy en día, mientras los hombres pueden ir por ahí, de lo más relajados, y llenos de pelo, sin temor a ser juzgados.
“Se espera que gastemos mucho más tiempo y dinero en nuestra apariencia solo para ser consideradas visualmente aceptables en la sociedad, especialmente cuando estás en espacios públicos. Pero si un hombre no se afeita y no se depila las cejas, nadie se da cuenta ni comenta y no es nada fuera de lo común”.
No es la primera mujer que toma relevancia por dejar crecer el bozo -o no eliminarlo-, también hay famosas que aunque son grandes artistas suelen ser recordadas por esta característica: la cantante Patty Smith, y la inigualable Frida Kahlo, una de las artistas más importantes del siglo XX.
Y es justamente la apariencia de Frida la que ha inspirado a Eldina quien, aunque manifiesta no estar demasiado preocupada por su apariencia ha tenido que afrontar comentarios como "depilar eso" o con personas que simplemente la miran sus cejas con rudeza como si se tratase de un monstruo.
Y es que el hecho de tener pelos en el labio superior o unas cejas que se juntan en el centro puede ser la peor pesadilla de cualquier niña. Desde bullying en el colegio hasta tener que soportar el ojo crítico de alguna tía metiche que quiere corregir este “defecto”. Lo peor es que no solamente a las niñas les ocurre. Eldina cuenta que desde que se dejó crecer los vellos del rostro ha tenido que lidiar con groserías en las calles de Dinamarca y, por supuesto, con el juicio sin límites de conocidos.
“Me di cuenta de que la mayoría de las chicas a mi alrededor entraban en pánico entre los 13 y los 14 años y comenzaban a afeitarse y depilarse cualquier cosa que se pudiera depilar porque querían ser aceptadas como mujeres y trataban de encajar en su nuevo papel de mujer joven”, dijo en la entrevista que publicó la revista Tyla.
Sin embargo, nada de lo vivido ha hecho que se sienta menos femenina de cómo se sentía antes de marzo de 2020. Incluso considera que esta decisión de no afeitarse podría considerarse hasta una bendición puesto que ha podido eliminar de su entorno a personas que no aportaban en lo absoluto y que se mostraban desanimadas ante su apariencia.
De esta manera, ha podido reconocer a aquellas personas que han querido conocerla por cómo es y no por cómo luce. "La reacción -ante el cambio en su apariencia- es casi completamente positiva, pero estoy segura de que hay algunos comentarios negativos a mis espaldas, pero realmente no me importa", dijo, y agregó que ha notado como algunos hombres adultos miran sus piernas sin afeitar y sus cejas como si tuviera una tercera cabeza.
Aunque hoy en día no lo parezca, llegar a este punto de seguridad en sí misma no ha sido fácil. "Al igual que muchas otras mujeres, he aprendido a controlarme a mí misma. Por ejemplo, solía no sentirme cómoda al salir a la calle a menos que mis cejas fueran del tamaño aceptado, y no iría al gimnasio a menos que mis piernas estuvieran bien afeitadas. Ahora, he optado por centrarme más en mis tareas y objetivos y menos en cómo me veo mientras los hago y si le agrado o no a la gente, porque probablemente no los volveré a ver nunca más, y si así fuese, seguiría sin importarme”.
A dónde debe llevarnos el camino del pelo
Quizás aquí vale la pena emular a los hombres que van por ahí sin pensar en ser juzgados. Que no nos importe demasiado lo que digan o cómo nos miran. Eso de que la apariencia no nos define como seres humanos puede ser un cliché mil veces repetido, pero vamos a creérnoslo. De hecho Eldina se pregunta por qué para la sociedad es tan importante que las mujeres se depilen cuando en realidad cada quien debe elegir con libertad si quiere depilarse o no. “Haz lo que sea cómodo para ti, y las personas adecuadas se quedarán”.
No estamos proponiendo llevar o no el vello, sino que sea cual sea nuestra elección nos sintamos a gusto con ella, independientemente de la opinión de los demás. Sumémonos además al grupo de quienes no juzgan a otros, desterremos creencias que apuntan a que una mujer es menos aseada o es descuidada porque no se afeita o porque lleva canas. El ejercicio es para todos.
Si te gusta depilarte, está muy bien. Si te sientes a gusto, bella, cómoda, y sobre todo sin ninguna obligación de cumplir con una norma, adelante. Si te sientes femenina con el pelo extra, también está bien. De hecho, ya Eldina ha manifestado con consistencia las ventajas emocionales que le ha proporcionado su nueva apariencia.
Cifras para cerrar
La revista española SModa citó en una nota de 2019 dos estudios que demuestran la presión tan intensa que sentimos las mujeres ante el tema del vello facial.
El primero de ellos, realizado en 2006 por la Universidad Británica de Reading, arrojó que cada mujer invierte en promedio 104 minutos por semana en cuidar la salida del vello en el labio superior. 67% de ellas aseguró estar revisando frecuentemente si tiene pelitos o no; 76% admitió hacer esta revisión con los dedos, mientras 40% de las encuestadas decían sentirse muy incómodas en situaciones sociales si no tenían perfectamente depilada esta parte del rostro, y además, 75% admitió sufrir de ansiedad por este tema.
El segundo estudio citado es una encuesta realizada en Estados Unidos por de Kelton Research en 2015 y buscaba averiguar qué llegarían a hacer las mujeres para olvidarse del problema del mostacho. Los resultados son sorprendentes: 18 millones de mujeres encuestadas estaban más estresadas por su vello facial que por sus finanzas. Ocho de cada diez dijeron estar dispuestas a dejar de practicar sus actividades favoritas durante un mes con tal de no preocuparse nunca más por su bigote. La mitad de las entrevistadas dijo que estaba dispuesta a dejar el chocolate si eso significaba liberarse de estos pelos y 36% confesó estar dispuesta a dejar el sexo.
¿En qué grupo estarías tú? ¿Dentro de estas cifras o en las que deciden ir por ahí sin que realmente les importe la opinión de los demás?
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
El dilema de la depilación: ¿realmente nos hace más femeninas?
Si decidiste dejarte las canas, esto es lo que debes hacer para cuidarlas
EN VIDEO: Una vida bien vivida: tras nacer sin manos ni rodillas, Sinikiwe ha aprendido a ganarse su propia confianza