El tormento que vivieron las estrellas de ‘Escuela de rock’ siendo niños
Protagonizar una película exitosa debería cambiar la vida de sus actores entre focos, oportunidades y aplausos que les inflen el ego. O al menos, eso creeríamos los que estamos afuera del mundillo hollywoodense cuando observamos la lista inagotable de estrellas nacidas a lo largo de la historia del cine. Sin embargo, no siempre es el caso. Porque el éxito de una producción no asegura que la experiencia vaya acompañada de halagos y el cariño unánime. A veces, como le pasó a algunas estrellas infantiles de Escuela de rock (2003), la ilusión de participar en una película popular choca con la vuelta a la realidad, donde los celos y la envidia les arruinan la vida.
La comedia familiar dirigida por Richard Linklater, donde Jack Black interpretaba a un músico fracasado convertido en profesor sustituto, fue un éxito inesperado. No solo cautivó a la audiencia con una recaudación de $131 millones, sino que alcanzó un nivel de popularidad tan brutal que terminó siendo adaptada en forma de musical para los escenarios de Broadway y el West End londinense. Un acierto total.
Sin embargo, los niños que interpretaron a los estudiantes que formaban una banda bajo el liderazgo del nuevo maestro, vivieron una experiencia completamente diferente al volver a la vida real y los pasillos de sus escuelas.
Así lo contaron algunas de las ex estrellas infantiles a Rolling Stone en una retrospectiva dedicada al vigésimo aniversario de la película. Por ejemplo, Joey Gaydos Jr., a quien recordarán por el papel del guitarrista principal Zack ‘Zack-Attack’ Mooneyham, dijo que regresar a la escuela fue “difícil”, ya que lo veían como “un monstruo de tres cabezas”.
“Regresé con toda esta cultura en mi cerebro a una bonita ciudad de un solo caballo en las afueras de Detroit. Y me miraban como un completo bicho raro, y eso fue difícil”, explicó. Sin embargo, no solo le tocó vivir el rechazo infantil, sino que incluso fue agredido físicamente. “Recuerdo haber ido a un partido de fútbol en la escuela secundaria y una chica mayor se acercó y me abofeteó en la cara: 'Mira a ese tipo raro de la película'. La gente pensaba que lo tenía todo. No podía creerlo”.
No obstante, no fue el único. Veronica Afflerbach, quien interpretó a la ‘groupie’ Eleni, dijo que los niños de su escuela fueron "brutales" con ella hasta el punto de decidir que no volvería a ser actriz después de Escuela de rock. “Mis padres querían hacer una inversión, así que me compraron una casa”, explicó. “Y los niños dijeron cosas realmente horribles. '¿Qué más hiciste para ganar tanto dinero? Porque no es solo un par de líneas en una película. Eres un extra’. Pero desearía haberme dado la oportunidad de ver adónde más podría haberme llevado [la actuación]”.
Sin embargo, quien vivió una verdadera pesadilla fue Rivkah Reyes. Fue la encargada de interpretar a la bajista Katie y dijo que el bullying que sufrió al volver a la escuela la llevó a “estar muy, muy enferma y muy, muy enferma mentalmente y usar todo lo que podía para no sentir nada”.
Reyes se refiere a los problemas con las drogas y el alcohol que desarrolló a raíz del bullying. Lo contó en 2021 a New York Post, revelando que la seguían por todo el colegio gritándole el título de la película. “Especialmente después de que la producción terminó, cuando volvía a la escuela, la gente era muy agradable o muy malvada. No había termino medio”, dijo. Pensaba que su salida sería que Hollywood le ofreciera otro personaje para que sus compañeros dejaran de molestarla, pero las oportunidades no llegaron. En realidad, su siguiente trabajo ante las cámaras no sucedería hasta 11 años más tarde en un cortometraje.
El acoso de los niños contribuyó a que se convirtiera en "una adicta furiosa". Lo explicó en detalle en un artículo que publicó en Medium en 2020. “Desde los 14 años, usé drogas, alcohol, sexo, comida y autolesiones para adormecer todo este dolor. He sobrevivido a docenas de relaciones tóxicas y tres intentos de suicidio”, escribía. Reyes ponía como ejemplo una experiencia “cruel” que vivió al volver a la escuela en Chicago. “Debido a que los niños son unos imbéciles, fui acosada aún más cuando regresé a la escuela. Nunca olvidaré a una niña que se acercó y me pidió que firmara su tarjeta del almuerzo, luego la rompió y la arrojó a la basura frente a mí”.
Los niños le gritaban frases de la película, haciéndola sentir “constantemente atrapada”. “Si reaccionaba positivamente, me etiquetaban como una snob fanfarrona. Si reaccionaba negativamente o los ignoraba, me etiquetaban como una perra fría e ingrata”.
Su experiencia se vio incrementada por la inseguridad que sintió al verse en pantalla, juzgando su cuerpo y estatura, sus dientes… “Empecé a odiar mi cuerpo y desarrollé un desorden alimenticio”, explicó. Y por si fuera poco, le tocó lidiar con la sexualización forzada por fans obsesivos, adultos y masculinos que no solo se aparecían a su alrededor intentando sacarle fotos, sino que hacían comentarios “asquerosos” en redes sociales.
El tiempo pasó y ahora asegura que lleva “cinco años” de sobriedad, habiendo “reorientado hacia la industria del cine, la comedia, la escritura y todo eso”, dijo a Rolling Stone.
Lamentablemente, los niños protagonistas de Escuela de rock no fueron los primeros que sufrieron la cruda cara oscura del éxito después de pisar terreno hollywoodense. Figuras como Tom Holland o Christian Bale también sufrieron bullying en la escuela después de demostrar sus talentos sobre los escenarios o el cine. No obstante, si bien estamos acostumbrados (tristemente) a descubrir historias de estrellas infantiles descarriladas por los excesos de la fama, en este caso la cara negativa de vivir una experiencia en Hollywood llegó después, lejos de la meca del cine y en un lugar tan cotidiano como la escuela.
Y no le pasó a uno solo, sino que los tres padecieron el acoso como consecuencia de un problema tan latente como el bullying escolar. Un problema que no entiende de popularidad ni todo lo contrario, sino que victimiza al niño de turno. Como demuestra el caso de estos tres intérpretes que, por entonces, padecían su popularidad en lugar de disfrutarla. Y que tristemente les pasó factura a largo plazo. Como es el caso de Veronica Afflerbach optando por no darse otra oportunidad como actriz bajo la presión del acoso; o los problemas de inseguridad y adicción que llevaron a Rivkah Reyes a luchar contra sus demonios durante el resto de su vida. Historias que deberían servir para continuar con la concientización de los peligros del bullying, atender el problema, educar y ayudar a sanar a quien lo padece.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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