‘En las profundidades del Sena’, la película de tiburones de Netflix que no sabías que necesitabas

Las críticas la comparan con ‘Tiburón’ y es tan disfrutable que fácilmente podría convertirse en el nuevo placer culposo de la plataforma

‘En las profundidades del Sena‘ se corona como una digna sucesora de ‘Tiburón‘. (Cortesía de Netflix)
‘En las profundidades del Sena‘ se corona como una digna sucesora de ‘Tiburón‘. (Cortesía de Netflix)

Quién le iba a decir a Steven Spielberg que Netflix iba a conseguir traernos a la digna sucesora de Tiburón casi cincuenta años más tarde. Porque después de contagiar el pánico masivo en 1975 y despertar un subgénero cinematográfico basado en escualos hambrientos, vengativos y sangrientamente asesinos con propuestas que iban desde el suspenso acuático al absurdo más extremo, En las profundidades del Sena toma el relevo agrupando todas las ideas en una.

Acecho en las orillas, escualo gigante con genes mutables, trauma humano, un tsunami de efectos CGI, locuras absurdas del cine B y sustos para saltar en el sofá de vez en cuando. Cuando digo que lo agrupa todo, me refiero a todo. Una pizca de Alerta en lo profundo, algo de Sharknado, de Terror a 47 metros, Megalodón, pero, sobre todo, Tiburón.

Desde su lanzamiento el 5 de junio, las primeras críticas no se cansan de compararla con el clásico de Spielberg al ser una producción que repite la idea de ”pavor en las orillas” aunque, en esta ocasión, traslada el acecho a las aguas del río parisino. Y si Tiburón lo hacía aprovechando la temporada veraniega con sus escapadas refrescantes en el mar, esta nueva producción lo hace con un mundial de triatlón de fondo, haciendo que Emmanuel Macron probablemente comience a tener pesadillas cuando la capital francesa se prepara para celebrar los Juegos Olímpicos en julio. Y sí, con disciplinas en el Sena.

En otras palabras, En las profundidades del Sena es la película de tiburones que no sabías que necesitabas.

Dirigida por Xavier Gens (Hitman) y protagonizada por la actriz argentina afincada en Francia, Bérénice Bejo (El artista), esta producción francesa traslada la el terror acuático a París, colocando a un tiburón genéticamente avanzado, mutable y letal en el río que rodea a la capital justo cuando celebra el Campeonato Mundial de Triatlón. Y solo una científica llamada Sophia (Bejo) conoce las capacidades devoradoras de esta nueva especie después de haber vivido su propio encuentro letal con ‘Lilith’, un escualo gigante que estudió durante varios meses hasta que devoró (literalmente) a su marido y equipo.

Sophia se encuentra entre la espada y la pared. Es la única que conoce las consecuencias de no detener a este tiburón a tiempo, viéndose obligada a enfrentar el pánico y trauma para volver a sumergirse bajo las sucias aguas del Sena e intentar detener un baño de sangre. Pero en el medio surgen activistas que luchan por la supervivencia del tiburón -sin saber que se trata de una nueva especie que, de llegar al mar, podría devastar la vida oceánica para siempre-, un gobierno local al que solo le importa la inversión millonaria dedicada al triatlón (y no los muertos que podrían tener entre manos) y una historia dramática con suspense bajo el agua y cuerpos destrozados.

Las críticas no tardaron en compararla con Tiburón a partir de su estreno, otorgándole un aprobado del 80% en Rotten Tomatoes. Evidentemente, no podemos negar que semejante comparación resulta arriesgada ya que puede crear la noción equivocada de estar ante una producción capaz de conseguir el mismo suspense y leyenda cinematográfica. Después de todo estamos hablando del clásico por excelencia del cine de escualos, el que creó escuela y decenas de directores intentaron emular, emitir y homenajear.

Pero seamos claros. En las profundidades del Sena no es Tiburón ni comparte la misma calidad cinematográfica, sin embargo, combina la misma temeridad burocrática con la idea de contagiar el terror local a través de un tiburón que acecha en la cercanía. Por momentos roza el absurdo de Megalodón y la locura de Sharknado, pero también el sabor thriller de Alerta en lo profundo mientras se apunta al cine catástrofe con una premisa que fácilmente podría iniciar una saga exitosa para Netflix.

Es el tipo de película que podría haber resultado en desastre abusando del ridículo como hermana lejana de Sharknado. O, al contrario, jugar sus cartas siendo consciente de sus puntos fuertes y débiles, abrazando su faceta de cine B sin olvidar el afán de espectáculo que ofrece el cine catástrofe.

Afortunadamente para quienes disfrutamos del entretenimiento cinematográfico sin esperar obras maestras constantemente, En las profundidades del Sena se aferra a la segunda opción ofreciendo un baño de sangre disparatado y disfrutable que la añaden a la larga lista de películas que siguieron los pasos de Tiburón con la diferencia de ser la primera en mucho tiempo que crea la tensión de “pavor en las orillas”.

En las profundidades del Sena (Sofie Gheysens/Netflix)
En las profundidades del Sena (Sofie Gheysens/Netflix)

No es una obra maestra. Está repleta de flojas líneas narrativas, clichés absurdos y efectos especiales que dejan mucho que desear, sin embargo, es tan disfrutable que fácilmente podría convertirse en el nuevo placer culposo de la plataforma. Una grata sorpresa altamente recomendable.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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