Si alguien tuviera la conciencia de que allá afuera está por llegar el fin del mundo, sería extraordinario llevar la sonrisa grande como la de ese bailarín que acelera los saltitos en una diagonal del salón del estudio Los Vidrios, por donde pasa una y otra vez, más rápido; si acaso ocurriera lo peor y este fuera el día D, no habría nada mejor que estar haciendo lo uno quiere, y sabe y expresa, sin importar bien para qué. Con Ensayo del fin del mundo, pasa esto: te mete por una hora en un espacio de Villa Urquiza donde cinco bailarines y un cantante ensayan una obra por el afán de ensayar. “Frente a la miseria globalizada, a los cataclismos, al motor ensordecedor de la máquina de destruir belleza, una resistencia se gesta en la sala de ensayo. Estamos más conectados que nunca, preparando una obra por prepararla, bailando por bailar. ¡Vengan a vernos antes del apocalipsis!”, convocan desde las redes sociales. Y avisan que a la función de hoy, a las 19.30, se acaba de sumar otra, el 1° de marzo.

La obra de Florencia Werchowsky y un equipo con el ya viene afianzando lazos en su recorrido escénico podría anotarse como el último capítulo hasta aquí en su saga de indagaciones sobre la danza; una encadenación episódica que desde Las bailarinas no hablan hasta Dos bailarines desnudos, pasando por Danza de los Estados, se metió con la rutina, las biografías, las coyunturas y problemáticas que atraviesa el mundo del ballet. Aquí, en esta cápsula del tiempo de una hora, todo parece más simple; ocurre lo que mismo que una y mil veces en la vida de un bailarín: un ensayo. ¡Si casi que viven en estado de ensayo permanente! Sin salir a romper la cuarta pared ni revelar verdades ocultas, tampoco dando cátedra con datos duros, ahora sencillamente parecieran querer mostrar por mostrar -o más bien dejar entrar para ver- a seis artistas haciendo lo que en un día cualquiera.

Con Luciana Barrirero y David Gómez del Teatro Colón, Valentín Fernández y Aldana Jiménez del Ballet del Argentino de la Plata, y la bailarina independiente Julieta Zabalza -que forma parte de la compañía Buenos Aires Ballet, de Federico Fernández-, todos tienen su momento de calentar, estirar, probar, pifiar, ponerse desodorante o repelente. Las mejores situaciones de conjunto se dan las dos o tres veces que el multifacético Iván García -estrena otro trabajo este sábado (ver aparte)- deja su de costura sobre la silla que habita a un lado del tapete e interviene con su voz (cómo canta) y su cuerpo (también baila). Chamánico, conecta a todos como un hilván, y crea pequeñas escenas de encuentro y risa, para protegerse de cualquier cosa que esté pasando afuera.

En Estudio los Vidrios, Donado 2348. Viernes, a las 19.30. Entradas, $ 5000.

Cantata, ahora en el Parque Centenario

Del escenario del Coliseo a la sala Martín Coronado y del remozado Teatro Alvear al anfiteatro Eva Perón: Cantata, la obra del coreógrafo Mauro Bigonzetti que tan bien le sienta al Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, se podrá ver hoy al aire libre en el Parque Centenario.

El trabajo hunde sus raíces en un pueblo del sur de Italia para traer a la escena un fresco animado de gran dinámica, intensidad, vigor y emoción, con momentos multitudinarios y algunas escenas más íntimas (dúos, cuartetos). También hay un solo que es una joyita, deja espacio para el humor y algún pícaro personaje suelto.

Cantata tiene ganas de convertirse en un clásico del Ballet Contemporáneo o, mejor, en su caballito de batalla: adonde lo llevan -también anduvieron con la tanada por el interior del país-, es un éxito.

Al Anfiteatro del Parque Centenario se accede desde Ángel Gallardo por la calle Leopoldo Marechal; la función de hoy es a las 20, con entrada gratuita, hasta agotar la capacidad de las gradas.

Adentro!: se va la última

Originalmente estrenada en 2016 en el Teatro de la Ribera para el ciclo Tres danzas argentinas, un proyecto que buscaba explorar el cuerpo en el folklore, Adentro!, de la coreógrafa Diana Szeinblum, tuvo vida y derrotero propios por festivales y salas de aquí y de allá (afuera, sería) en todos estos años.

Aun para quien ya la hayan visto en alguna escala de ese largo camino, vale la pena el reencuentro: Pablo Castronovo, Bárbara Hang y Andrés Molina son tres intérpretes formidables (todos ellos formaron parte de la escudería de Obra del demonio en el Cervantes) y en este trabajo con música de Axel Krygier se meten con la tradición, con lo “que algunos dicen que es el ser de nuestro pueblo”. ¿Cómo desarticular un saber popular? ¿Cómo desconocer aquello que se conoce? son algunas de las preguntas que se hicieron los artistas al investigar físicamente el asunto del cuerpo y el folklore.

El jueves 29, a las 21, en El galpón de Guevara, Guevara 326. Entradas desde $ 5000.

Para reimaginar La Boca

Después de las Húmedas fabulaciones de un sireno en la pelopincho del jardín de Proa 21, este fin de semana llega una nueva invitación del ciclo Temporada alta en el verano del espacio cultural de La Boca, que se activa todos los sábados cerca del atardecer. Con tutoría de Fernando Rubio, Boca Desborde Bermellón se presenta como una ópera performance site-specific que propone escuchar, caminar y reimaginar el barrio.

Con dirección de Hugo Martínez y Noelia Morales, vuelven aquí algunos de los intérpretes que vimos en las obras anteriores, como Pablo Castronovo e Iván García, y se suman los performers Marcela Guerty y Ulises Martínez.

Proa 21 queda en Av. Pedro de Mendoza 2073; mañana, a las 17, con entrada gratuita.

Día del Bailarín: homenaje a Jorge Donn

Cortito y al pie. Con motivo de conmemorarse un nuevo aniversario del nacimiento de Jorge Donn, que el próximo miércoles cumpliría 77 años, el centro cultural que lleva adelante su familia organiza un encuentro homenaje, con recorrido audiovisual que evocará su vida y obra. El genial bailarín murió en 1992 y en su honor, desde 1994, cada 28 de febrero se celebra en nuestro país el Día del Bailarín. El encuentro será el sábado 2 de marzo, en Güemes 3825. Es necesario reservar en cc_el_donn