Estas son las características que definen a las personas honestas y aplican para relaciones amorosas
La honestidad es un valor que hoy en día parece extraño, quizás en extinción. La rapidez de la vida cotidiana, de la cantidad de eventos que suceden en el mundo, de los cientos de actos de corrupción moral y financiera que se dan a conocer por los medios de comunicación, pareciera que la honestidad está en desuso.
Ser más “vivo”, más atento a las oportunidades a costa de llevarse por delante a los demás, es muchas veces premiado, aunque esto represente actitudes deshonestas. Por eso se hace muy interesante, por no decir, necesario y fundamental, identificar a las personas que tienen este rasgo y fomentarlo desde la infancia.
¿Pero qué es ser honesto?
Según un boletín emitido por el método Montessori, la honestidad es “el valor que practican las personas honradas y sinceras. Inculca el respeto al prójimo, así como a los bienes ajenos. Una persona honesta piensa, dice y actúa de manera coherente y su fundamento son las buenas costumbres. Es en base a la honestidad que se construye en la confianza”.
Se entiende entonces que una persona honesta sabe diferenciar el bien del mal, y actúa de forma congruente entre lo que dice y lo que hace. Alguien honesto cree en la verdad, suele ser alguien auténtico, que respeta la forma de ser de los demás tal como son sin juzgar. Suele apoyar los hechos justos, y es amable, pero esto no quiere decir que le guste vociferar sus buenas acciones. Al contrario, no aspira al reconocimiento, sino al bien común.
Aunque la honestidad parece un concepto abstracto que tiene que ver exclusivamente con un comportamiento individual, es en realidad una base de construcción para la familia, el trabajo, la sociedad en general, con lo cual es fundamental incluso para las naciones. De hecho, sin importar lo etéreo que puede resultar el concepto, un equipo de científicos se propuso medir la honestidad por países, resultando como primeros en la lista de más a menos honestos Noruega, Dinamarca o Suecia; y al final algunos países latinoamericanos como Perú, Chile o México.
Características básicas
Ser honesto significa decir la verdad, pero no describir lo que es real o no, sino lo que tiene que ver con nuestra forma de pensar. Parece comprometedor, si pensamos en que para ser honestos tendríamos que verbalizar todo lo que pensamos, tal como ocurre en la película Liar Liar (1997), protagonizada por Jim Carey, pero basta con comprender que se trata de no engañar, ni mentir y, sobre todo, como se dijo antes, ser coherente entre lo que se dice y cómo se actúa.
La psicólogo Erin Sánchez asegura en un artículo que sí existen rasgos, características y comportamientos que nos pueden ayudar a identificar a las personas honestas. Compartimos algunos de ellos, los cuales también pueden servir para guiarnos en el refinamiento de ese valor en nosotros mismos.
Coherencia, fundamental
Para la experta es destacable que las personas honestas tienen lenguaje, comportamiento, pensamiento y estado emocional orientados en una misma dirección. No se contradicen y esto ayuda a determinar que es una persona que dice la verdad.
Fieles a lo que quieren
Las personas honestas, según explica la experta, no siempre pueden resultar lo que decimos “polite” , porque no complacerán a otros para quedar bien. Hacer cosas por compromiso, para quedar bien ante los demás no va con ellos y esto va a veces en contra de lo socialmente correcto.
Este aspecto se refleja también en cuanto a las relaciones amorosas. Así como no hacen nada que no les guste, tampoco sostendrán relaciones en las que no se sienten bien y esto aplica tanto para amigos como para parejas.
Cero mentiras
Para este tipo de personas las mentiras no fluyen ni de ida ni de vuelta. Esto es básico para las personas honestas. Sánchez asegura que la mentira les genera enorme malestar con lo cual evitarán engañar a otros y no aceptarán mentiras bajo ninguna circunstancia. La mentira puede ser causa de separación de una relación amorosa o de amistad.
Tranquilos ante todo
Al ser coherentes con su comportamiento y pensamiento, suelen ser personas calmadas, mentalmente serenas, porque no hay una “disonancia cognitiva que les genera malestar”. Aunque muchas veces sus acciones no son, como dijimos, socialmente correctas, están tranquilos de ser leales a lo que sienten.
Son comprometidos
Esta misma coherencia que se viene mencionando hace que se preocupen mucho por cumplir los compromisos que asumen o las promesas que hacen. Esto hace que, por supuesto, se consideren personas confiables que hacen lo que dicen. “Esta conducta hace que aumente su valoración favorable a nivel social, dado que realizan lo que dicen que harán, aunque el propósito último sea evitar su propio malestar”.
Lo realmente enriquecedor de las personas honestas es que se preocupan por generar también entornos honestos, por inspirar a otros a actuar con honestidad. Tratarán que las personas con las que se relacionan actúen del mismo modo evitando mentir, e incentivando el ser persistente en llevar a cabo las acciones que consideran correctas.
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