El estrés, una de las causas más comunes de la parálisis facial como la que sufrió Alejandra Espinoza

Hace más de una semana que la presentadora Alejandra Espinoza fue llevada de emergencia a un hospital en Miami con síntomas que hicieron pensar que sufría de un accidente cerebrovascular, lo cual ya ha sido descartado; pero entre los síntomas que se han mencionado en los medios está que se le paralizó el lado derecho del rostro.

Alejandra Espinoza (Photo by Rodrigo Varela/Getty Images)
Alejandra Espinoza (Photo by Rodrigo Varela/Getty Images)

Aunque aún no se ha emitido ningún comunicado con el diagnóstico de lo ocurrido a la exreina de belleza, la visibilidad del caso nos recuerda que la parálisis facial puede aparecer en casos de estrés prolongado, y esto no es nuevo en el mundo del espectáculo. Desde “El Gato” Juan Alfonso Baptista, hasta Angelina Jolie han sufrido parálisis facial periférica, también conocida como parálisis de Bell.

Según una publicación de la Clínica Universidad de Navarra, la parálisis facial “consiste en la pérdida total o parcial de movimiento muscular voluntario en un lado de la cara. Se produce por un fallo en el nervio facial, que no lleva las órdenes nerviosas a los principales músculos de la cara”. Se manifiesta clínicamente por la imposibilidad para levantar la ceja, cerrar el ojo, incapacidad para sonreír, alteraciones en el habla, entre otros síntomas.

En el caso de la parálisis facial periférica, en la publicación se indica que es relativamente frecuente, pero en todo caso, al tener muchos detonantes es necesario que, en cuanto se presente el primer síntoma, visitemos al especialista en neurología.

(Getty Creative)
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Entre las causas más comunes de la parálisis facial está el estrés, mecanismo que se activa en respuesta a situaciones de mucha presión, preocupaciones, que el individuo no puede manejar ocasionando una sobrecarga que afecta la salud emocional y la física.

En el mundo del espectáculo no faltan estas situaciones. Aunque las candilejas ofrezcan una gran ilusión de perfección al espectador, las carreras relacionadas con el mundo del entretenimiento son sumamente exigentes, con lo cual no es raro que existan casos de colapso por estrés.

Según reseña El Espectador, Juan Alfonso Baptista, El Gato; José José, Angelina Jolie y George Clooney, son algunos de los famosos que han pasado por esta condición, que está estrechamente relacionada con el estrés.

Juan Alfonso Baptista. REUTERS/Jon Nazca
Juan Alfonso Baptista. REUTERS/Jon Nazca

“El estrés es uno de los detonantes que puede influir directamente en parálisis facial en un individuo, sin importar la edad ni el género. La situación aquí surge cuando hay una tendencia de personalidad tipo ansiosa, donde el individuo tiende a exacerbar los estímulos y las situaciones del día y las traduce en ansiedad”, explica la psicólogo clínico Rosa María Fernández.

“La persona se posiciona dentro de la ansiedad y el estrés y recibe todo lo que le rodea desde allí, las relaciones interpersonales, el apego hacia hechos, situaciones y personas, y si estas condiciones se mantienen allí por periodos de tiempo prolongados, pueden generarse crisis de ansiedad, trastornos de pánico, y a la larga se puede afectar la parte física y neuropsicológica, y así es como podemos llegar a una parálisis facial”.

Fernández especifica que, en la mayoría de los casos, la parálisis facial se relaciona con un sistema inmunológico predispuesto. “Puede considerarse el hecho de que hay personas que tienen esta tendencia a un mantenimiento del sistema inmune más bien bajo, predispuesto, y son personas sanas sin condiciones especiales, ni enfermedades de base, pero el estrés y la ansiedad tienden a bajar estas condiciones particulares de respuesta inmediata hacia el entorno, especialmente ciertos virus”.

“Cuando hablamos de virus, hay uno que puede tener cualquier persona pero no necesariamente está activo: el herpes zóster. Cuando está activo y la persona padece de herpes, en la boca o áreas bandas, este puede incidir de manera directa en el sistema inmune cuando se afecta por estrés o situaciones de ansiedad. De esta manera, el virus puede afectar la parte neurológica inflamando el nervio y generando una parálisis facial”.

(Getty Creative)
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Signos de alerta

La Clínica Mayo detalla que los síntomas de la parálisis de Bell aparecen repentinamente y pueden incluir sensación de debilidad leve que conlleva a la parálisis total de un lado del rostro. Esto puede ocurrir en horas o en días. Además, dificultad para hacer gestos como sonreír o abrir y cerrar un ojo; dolor en la mandíbula o detrás de la oreja del lado afectado; dolor de cabeza; pérdida del sentido del gusto; babeo; y aumento de la sensibilidad al sonido del lado afectado, entre otros.

Aunque luce como una situación muy angustiosa, la parálisis de Bell tiene un pronóstico benigno, según explican en la Clínica Universidad de Navarra. “En un porcentaje de los casos se consigue una recuperación total de la función del nervio. El tiempo medio suele ser entre cuatro a seis semanas, llegando hasta los 6 meses para la recuperación completa. La secuela más frecuente es un leve grado de parálisis de los músculos que se afectaron”.

Sin embargo, los individuos que pueden presentar peor pronóstico son quienes sufren una parálisis completa, personas mayores de 55 años, y quienes tienen hipertensión arterial, entre otros factores.

Rosa María Fernández señala que lo realmente importante a tener en cuenta es que la parálisis facial es una poderosa señal que nos envía el cuerpo para avisarnos que debemos hacer cambios en nuestro estilo de vida. “Estas crisis son avisos de que debemos tomar una pausa, ejercitarnos, procurar una alimentación equilibrada, fortalecer nuestro sistema inmune. Es también necesario seguir los tratamientos de rehabilitación facial y, por supuesto, el seguimiento neurológico o neuropediátrico, en el caso de menores de 18 años”.

Finalmente, la especialista destaca la importancia de llevar a cabo prácticas que nos ayuden a liberar el estrés antes de llegar a extremos como una parálisis. “Es necesario ayudarnos con mindfullness, yoga, wellness y por supuesto terapia psicológica, sobre todo para aquellas personas que no saben gerenciar su ansiedad”.

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