Filipinas lanza "cacería" para deportar a 11.000 empleados extranjeros en casinos ilegales
Manila, 3 ene (EFE).- Las autoridades de Filipinas anunciaron este viernes una "cacería intensificada" para detener y expulsar a más de 11.000 ciudadanos extranjeros empleados en casinos virtuales, que tenían hasta el pasado 31 de diciembre como fecha límite para abandonar el país tras la ilegalización de estos negocios de apuestas marcados por numerosos escándalos.
"Ahora se les considera extranjeros ilegales, (así que) esperen una persecución intensificada", afirmó el jefe del Departamento de Inmigración filipino, Joel Anthony Viado, en un comunicado.
Viado señaló haber dado órdenes a la división de inteligencia de Inmigración de buscar a los 11.254 empleados extranjeros que han desafiado al ultimátum de las autoridades filipinas, después de que 22.609 abandonasen el país voluntariamente antes del 31 de diciembre.
Los conocidos como POGO (siglas de Philippine Offshore Gaming Operators u Operadores de Juego Extraterritoriales), casinos virtuales dirigidos especialmente a ciudadanos chinos, se convirtieron tras ocho años de actividad en sinónimos de estafas, esclavitud y tráfico humano.
"Las órdenes del presidente son claras, no más POGOs en Filipinas", dijo Viado.
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., anunció el pasado julio la ilegalización de estas empresas de juego en línea y, finalmente, oficializó la orden en noviembre, al ligar su actividad a grupos mafiosos y criminalidad.
Estos casinos virtuales gestionan páginas web donde se puede jugar a la ruleta, al póker o las tragaperras en versión digital y fueron legalizadas en Filipinas en 2016 bajo el mandato del expresidente Rodrigo Duterte.
En 2019, estos casinos virtuales aportaron unos 104.000 millones de pesos (unos 1.780 millones de dólares o 1.630 millones de euros) a la economía filipina, según datos del medio filipino Rappler. Sin embargo, también se vieron vinculados a actividades delictivas y mafias.
Pese a su ilegalización, las autoridades filipinas temen que algunas empresas de juego virtual continúan operando en la clandestinidad, pero en pequeños grupos que se pueden mover fácilmente, en lugar de en grandes complejos con cientos de personas como hasta ahora.
(c) Agencia EFE