La fuerte reflexión de Paula Marull tras la muerte de Silvina Luna: “Ojalá nos enseñe que es suficiente”
La muerte de Silvina Luna generó una profunda conmoción no solo en aquellos que la conocían personalmente, sino también en los que la vieron en Gran Hermano allá por el 2001 o en alguna temporada del Bailando y sabían sobre su lucha más difícil, la de mantenerse con vida. En 2010, la modelo se acercó al médico Aníbal Lotocki para realizarse una cirugía estética, pero este le inyectó metacrilato, lo que terminó provocándole una insuficiencia renal y posteriormente la muerte.
En 2014, Luna habló con Susana Giménez de las presiones que sintió sobre su cuerpo y que la llevaron a operarse: “Hay productores que te dicen: ‘Estás gordita, tendrías que bajar de peso, ¿por qué no te hacés una lipo?’”. Su muerte, el 31 de agosto, abrió, una vez más, el debate sobre las exigencias sociales, los estereotipos, la imagen y la presión sobre el cuerpo. La actriz Paula Marull compartió una fuerte reflexión en las redes al respecto: “Ojalá esta luna nos siga y nos enseñe que es suficiente. Que por más que nos quieran confundir, cómo somos, es suficiente”.
“Llego a hockey a llevar a mis hijas. Caro me mensajea ‘murió Silvina Luna’. Siento una pena indescriptible. Intercambiamos textos: ‘Qué ese asesino’, ‘que, qué bronca’. Pienso en Silvina como alguien cercano, trato de recordar si compartimos algo en algún momento y qué fue eso exactamente. La siento cerca por rosarina. Por contemporánea. Por trabajadora. Porque cuando ella estaba en el reality yo la miraba. Y pensaba que era hermosa, que tenía algo pregnante”, esas fueron las primeras palabras que expresó la dramaturga en su posteo.
“Se notaba que era buena. Quizás tenía que ver con eso. Daban ganas de ser su amiga y de ir a tomar mate a su casa. En esa época yo trabajaba de modelo en agencias donde me medían la cintura con un centímetro y me regalaban ropa todo el tiempo y pasaba semanas alimentándome a pomelo con Chuker y Coca Light”, continuó, desde su propia vivencia.
En esta misma línea, Marull sostuvo: “Caro me dice que aún respira, que fue un error, que quizás suceda un milagro. Yo creo en los milagros. Pienso en mis hijas que corren delante de mí, que no se miden la cintura ni se inyectan nada, que son niñas; sin embargo, se sacan fotos con filtros (y se enciende una alarmita)”.
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“Temo que sea la semilla de ese mandato subliminal que es siempre el mismo y toma distintas formas: Como uno es, no alcanza. Tu cuerpo, como es, no es suficiente. Tu cara como es no, no es suficiente. La chica que me sirve el café en el club tiene unas pestañas preciosas. ‘No, las tengo re desplumadas’, me dice, ‘Ya tengo que ir al service’. ¿En qué momento decidimos que algo tan perfecto y milagroso como un ojo debería tener más pestañas?”, cuestionó.
“Una mamá confirma que sí, que murió Silvina Luna. Víctima de este médico. Yo agrego que un poco también de nosotros. De todos los que decimos o permitimos que se diga sistemáticamente de alguna mujer: ‘qué flaca, qué gorda, qué alta, qué arrugada, qué atrevida’”, reflexionó. Sus palabras estuvieron acompañadas por una foto de Silvina en El hotel de los famosos (eltrece) y de unas imágenes muy especiales, precisamente, de la luna.
“Después aparece en el cielo una luna indescriptible. Enorme y naranja como una pelota de básquet. Le saco una foto desde la cancha. Intento otra en el auto. Saco otra foto manejando. Ninguna representa lo que vemos. No hay iPhone que pueda captar la belleza de la luna. Cora cree que la luna nos sigue. Ojalá sea así. Ojalá esta luna nos siga y nos enseñe que es suficiente. Que por más que nos quieran confundir, cómo somos, es suficiente”, concluyó.