Ganadores inesperados, triunfos locales y más incógnitas en los premios de la academia británica de cine
El oficio de pronosticar quienes serán los ganadores de uno de los tantos galardones que integran la temporada de premios de la industria del cine en busca de llegar con algunas certezas a su ceremonia de clausura, la entrega de los Oscars, está lejos de ser una ciencia exacta. De hecho, los métodos científicos no se pueden aplicar a resultados que dependen de las opiniones y gustos de los muchos miles de votantes que eligen a sus favoritos años tras año. Claro que en 2025, la artesanal tarea de la predicción de estatuillas se volvió una misión casi imposible. Con el lugar del film favorito pasando de mano en mano desde que se conocieron los tuits racistas de Karla Sofía Gascón, la protagonista de Emilia Pérez, y el narco musical de Jacques Audiard perdiera el inexplicable liderazgo que parecía tener en todos los pronósticos. En el escenario actual ya no hay certezas de la dirección que tomarán la mayor cantidad de las estatuillas en danza.
Por eso, muchos pusieron todas sus esperanzas en los premios de la Academia británica de cine (Bafta), los primos hermanos de los Oscars, con el fin de que zanjaran las diferencias y aportaran algo de claridad a la temporada de premios más impredecible de los últimos tiempos. En teoría, la apuesta tenía sentido: muchos de los votantes del galardón británico lo son también en los premios de Hollywood y además con el periodo de votación abierto para los Oscar hasta este martes, se supone que algunos tomarán nota de lo que sucedió hoy en Londres para hacer sus últimas elecciones.
Claro que la historia de coincidencias entre los ganadores en el premio británico y el de la industria estadounidense es de todo menos consistente. Si bien el año pasado los ganadores del Bafta en ocho de las categorías principales, mejor película (Oppenheimer), actor ( Cillian Murphy), actriz (Emma Stone), actor de reparto (Robert Downey Jr.) actriz de reparto (Da’Vine Joy Randolph), guion adaptado (Ficción estadounidense) y original (Anatomía de una caída), se repitieron en un lado y el otro del atlántico, en 2023 los ganadores no coincidieron en ninguno de esos rubros centrales.
En principio la lista de los más nominados en los Bafta este año confirmaba su tendencia a destacar a los films con más lazos con Gran Bretaña: la película con mayor número de menciones era Cónclave con 12 de los que terminó ganando el premio más codiciado, mejor película, además de mejor film británico, guion adaptado y edición. La significativa cosecha parecería ser más un fenómeno local que una pista sobre lo que vendrá.
En el segundo puesto entre los films con mayor número de nominaciones, con once menciones, era Emilia Pérez, de Audiard, un viejo conocido de los Bafta dónde en el pasado ganó dos veces en la categoría de film no hablado en inglés. Esa buena racha se repitió hoy para el realizador en la categoría, la que muchos anticipan también podría ganar en los Oscar ya que el grupo de votantes en ese rubro suelen ser extranjeros que no están tan influenciados por los lobbies de los estudios, ni por las campañas de promoción y desprestigio, como los votantes norteamericanos.
En tercer lugar estaba El brutalista, con nueve nominaciones, mientras que Anora, la seguía con siete. Claro que horas antes de la ceremonia de los Bafta, la superioridad numérica importaba menos que el impulso que el film de Sean Baker recibió en la última semana al quedarse con las categorías principales en los premios de los críticos y los de los sindicatos de directores, productores y guionistas, las pruebas más firmes de que la comedia dramática sobre una trabajadora sexual de Nueva York, estaba varios pasos por delante de su competencia para cruzar la meta el próximo 2 de marzo en el teatro Dolby de Los Ángeles.
En la ceremonia británica, sin embargo, el film de Baker empezó ganando en un rubro que, por ahora, no se entrega en los Oscar: mejor casting. Aunque sí logró la sorpresa de la temporada: al contrario de todos los pronósticos que daban por seguro el triunfo de Demi Moore en Londres por su papel en La sustancia, el premio a la mejor actriz principal fue para Mickey Madison, la mismísima Anora del título. Uno de los indicios más claros de que este año las opiniones de los votantes están más divididas que nunca. Un misterio que en los premios actorales quizás se pueda hacer resolver con algún grado más alto de certeza tras la ceremonia del sindicato de actores (SAG) que se realizará el próximo domingo y se podrá ver en vivo por Netflix.
Otro de los rubros más importantes, mejor director, quedó en manos de Brady Corbet, el realizador de El brutalista. Su protagonista, Adrien Brody también ganó y se acercó un paso más a conseguir su segundo Oscar. Todo parece indicar que si el actor neoyorquino logró vencer a Ralph Fiennes (Cónclave) entre los votantes británicos, con más razón debería poder imponerse en Hollywood. A menos que los simpatizantes de Timothée Chalamet (Un completo desconocido) sean más de los esperados y den pelea. El brutalista también se llevó las estatuillas a mejor fotografía y partitura original.
Los Bafta, conducidos por el actor escocés David Tennant y transmitidos en diferido por TNT y Max, empezaron con los festejos Un dolor real, que consiguió la estatuilla a mejor guion original para su guionista, protagonista y director, Jesse Eisenberg, y también la de actor reparto para Kieran Culkin, quién probablemente sea el único nominado de la temporada que los expertos unánimemente anticipan que llevará su racha ganadora hasta el escenario de los Oscar. Su contraparte femenina es Zoe Saldaña que hoy, como en los Globo de Oro, logró quedarse con el premio como actriz de reparto por Emilia Pérez a pesar de la debacle de relaciones públicas alrededor del film.
Más allá del reparto de estatuillas, gran parte de la industria cinematográfica estuvo atenta a los discursos de los ganadores en los Bafta, como si se tratara de una suerte de ensayo general del tono y los tópicos a esperar en la noche de los Oscar. Además de la curiosidad por ver si los artistas harían referencias a temas políticos muchos tenían la mira puesta en el equipo de Emilia Pérez y cuál sería su posición frente al escándalo alrededor de Gascón y, sobre todo, si intentarían algún argumento redentor que le devolviera al film su lugar entre los preferidos de los votantes. El primero de ese grupo sobre el escenario fue Audiard quién en francés y con la ayuda de una intérprete agradeció el “inmenso honor del premio a mejor película no hablada en inglés” y a sus actrices “A mi querida Zoe [Saldaña], mi querida Selena [Gomez]… y también a mi querida Karla Sofía, a la que le mando un beso. Me siento profundamente orgulloso de lo que logramos juntos. ¡Larga vida a Emilia Pérez!”, exclamó el director que hace unos días había expresado su desconcierto por las declaraciones públicas de Gascón y había dicho que no había hablado con ella ni tenía intenciones de hacerlo.
Cuando fue el turno de los agradecimientos de Saldaña, la actriz también mencionó al elenco y resaltó el mensaje del film aunque por cuestiones de tiempo la parte más emotiva de su discurso quedó para el detrás de escena, durante el encuentro de los ganadores con la prensa. Allí, la actriz norteamericana de origen dominicano dijo que le dedicaba su premio a su sobrino trans: “Él es la razón por la que inicialmente quise participar de esta película. Así que como la orgullosa tía de una persona transexual, siempre defenderé a la comunidad trans”.
Habrá que esperar hasta el 2 de marzo para corroborar si la Academia de Hollywood se conmoverá con esa historia y será tan generosa como la británica con el mediocre narco musical o si Aún estoy aquí, la candidata de Brasil dirigida por Walter Salles, que es su rival más firme, logra quedarse con la categoría de mejor película internacional. La única certeza que dejó el reparto de estatuillas de los Bafta es que a dos semanas de la entrega de los premios Oscar la temporada de premios modelo 2025 sigue siendo tan imprevisible como en su comienzo.