Los excesos de George Clooney que pusieron patas arriba uno de sus clásicos de los 90'
En una charla con Michelle Pfeiffer sobre su película 'Un día muy especial', Clooney reconoció los contratiempos que provocó en el rodaje
George Clooney y Michelle Pfeiffer trabajaron juntos en Un día imuy especial, la comedia romántica de 1996 en la que interpretaron a dos personas abrumadas por las responsabilidades de la vida, la familia y el trabajo cuyo destino se acaba cruzando. No es de los títulos que más recordemos de su filmografía, pero en su estreno recaudó casi 100 millones de dólares y la buena química entre sus protagonistas o su encanto de producto noventero sigue haciendo su visionado muy apetecible.
Aunque eso sí, en su día, la experiencia de rodar el film no debió de serlo tanto, porque, como bien reconocieron Clooney y Pfeiffer en un encuentro con Variety en 2021, las grabaciones estuvieron llenas de improvistos que obstaculizaron la puesta en marcha de algunas de sus escenas. De hecho, el culpable fue el propio Clooney, que, por un lado, se vio involucrado en un pequeño accidente con el equipo y, por otro y más importante, dificultó las labores en el set por no saber medir bien sus excesos fuera de su horario de trabajo.
En la entrevista, Michelle destacó que se vio igual de superada que su propio personaje. En aquel momento, sus hijos aún eran pequeños y entre tomas debía de hacerse cargo de su cuidado, lo que le impidió pasar tiempo con Clooney fuera de cámara y compartir anécdotas juntos. "La gente termina y tal vez van a cenar; nosotros no hicimos nada de eso", recordaba. “Yo hacía las escenas y, literalmente, luego corría de regreso a la camioneta y controlaba a los niños”. Además, destaca que la rutina de su compañero era muy diferente, ya que no dudaba en pasar sus ratos libres de fiesta e incluso olvidándose de que tenía que volver a rodar.
Como bien confirmó el actor, hubo una noche en la que llegó muy tarde a su casa tras pasar su día de descanso bebiendo junto a un amigo. No recordaba que tenía que estar en el set al día siguiente, por lo que, cuando escuchó un recordatorio en su contestador automático, se percató de que tal vez se había excedido con la bebida. El faltar a su deber no era una opción, por lo que, cuando en apenas unas horas sonó su despertador, no le quedó más remedio que volver a rodaje en un estado nada óptimo para grabar e interactuar con todo un equipo.
"Me desperté a las cinco de la mañana", recordaba Clooney junto a su compañera de reparto. "Pensé: 'Me siento bien'". Luego me miré al espejo y pensé: 'Oh, todavía estoy borracho'. Llegué al set, caminamos hacia la camioneta, me senté y tú me miraste. Dijiste: '¿Qué?' Y yo dije: 'No sabía que íbamos a trabajar hoy'. Y dices: 'Todavía estás borracho'”.
Tantos años después del rodaje de Un día muy especial rememoraron esta anécdota entre risas, pero Pfeiffer recalcó a su compañero que no fue agradable que viniera a grabar en estas condiciones, sobre todo porque su aliento apestaba a alcohol y una película romántica de estas características les obligaba a mantener momentos íntimos donde este olor no era nada agradable.
Eso sí, Clooney, que da la razón a su compañera, destacó que trató de ser lo más cuidadoso posible utilizando esprais bucales para mitigar su mal aliento. "Fue en una escena que hicimos en la que hablamos entre nosotros", continuaba. “Seguí tratando de rociar cualquier spray bucal que pudiera porque olía a…” “Como una cervecería”, terminó Pfeiffer la frase. “más bien como una destilería”, recalcaba el actor.
El otro contratiempo de 'Un día muy especial'
Como decíamos, no fue el único contratiempo que el actor de Los descendientes o Gravedad produjo en Un día muy especial. En otro de sus ratos libres, cuando se puso a jugar con vehemencia al baloncesto junto a parte del equipo de la película, recibió un fuerte codazo en la cara que le rompió la cuenca del ojo y le impidió seguir grabando con normalidad. Esta vez la culpa no recaía directamente en él, sin embargo, se empeñó en que estaba en condiciones de seguir grabando, obligando a los técnicos a hacer malabares con la imagen para que no se viera su ojo hinchado. Aunque, como era obvio, al final no quedó más remedio que cambiar el calendario de rodaje hasta después de la recuperación de Clooney.
“El ojo seguía hinchándose y yo pensaba: 'Todavía puedo rodar'. Recuerdo que filmamos escenas en las que le bloqueábamos la mitad de la cara a un niño. Tuvieron que cambiar el calendario de rodaje porque mi ojo tenía que volver a crecer”, dijo Clooney. "¿Se curó por completo?", Preguntó Pfeiffer. "Porque te destrozaste la cuenca del ojo". Con un guiño y un movimiento nervioso, mientras Pfeiffer se reía, Clooney cerró la conversación diciendo: “¡Más o menos, sí! Funciona bien ahora. ¡Sólo cuando estornudo!”.
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