Glenn Close: el premio de la virtud

Por Wilfredo Cancio Isla-. Parecía que había llegado finalmente la hora para el Oscar de Glenn Close (Greenwich, Connecticut, 1947), una de las artistas emblemáticas de nuestro tiempo. Al filo de los 72 años, con una impresionante lista de premios y honores en el teatro, el cine y la televisión, la estatuilla como mejor actriz por su rol protagónico en The Wife se asomaba no solo como la coronación de un desempeño impecable, sino también como el momento de saldar una deuda demasiado prolongada en Hollywood.

Pero la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas terminó dándole otro portazo a Close en la mayor sorpresa de la 91 ceremonia de premiaciones. Ni siquiera sus contendientes alabadas por la crítica, la mexicana Yalitza Aparicio (Roma) y la diva Lady Gaga (A Star is Born), consiguieron revertir el pronóstico. El Oscar fue a las manos de una sorprendida Olivia Colman por The Favourite, quien no pudo contener la emoción para exaltar a Close como un ídolo y confesarle que “no es así como quería” que su premio hubiera sido.

Close es la actriz viva con mayor cantidad de nominaciones al Oscar (tres como actriz de reparto y cuatro como actriz principal), sin recibirlo. Solo Peter O’Toole (1932-2013) la supera en nominaciones sin premio, con ocho, aunque recibió un Oscar honorario; Richard Burton (1925-1984) fue nominado también en siete ocasiones, pero nunca galardonado. Entre las figuras activas, la actriz Amy Adams, quien concursó sin suerte como Lynne Cheney en Vice, les sigue con seis nominaciones sin alcanzar la estatuilla.

Glenn Close. (Photo by Frazer Harrison/Getty Images)
Glenn Close. (Photo by Frazer Harrison/Getty Images)

Reconocida por su versatilidad, persistencia y meticulosa preparación de los personajes, Close transitó al cine con relativa tardanza luego de una sólida carrera en los escenarios teatrales de Broadway y en el circuito paralelo del Off-Broadway desde mediados de los años 70. Fue en las tablas donde la descubrió el director George Roy Hill y le pidió realizar una audición con Robin Williams para el filme The World According to Garp (1982), que terminó marcando su debut cinematográfico y su primera nominación al Oscar como actriz de reparto. Pero ese año, la estatuilla estaba destinada a Jessica Lange por Tootsie.

Una década prodigiosa

La década de los ’80 resultaría prodigiosa para su carrera en el cine y reconocimiento internacional. Obtuvo otras dos candidaturas al Oscar como actriz de reparto por The Big Chill (1983) y The Natural (1984), que antecedieron a sus caracterizaciones memorables como Alex Forrest, la desquiciada amante de Fatal Attraction (1987), el thriller sicológico de Adrian Lyne, y la intrigante marquesa de Merteuil en el clásico de Stephen Frears, Dangerous Liaisons (1988), con sendas nominaciones a mejor actriz en años sucesivos. Al cabo de los años resulta todavía difícil aceptar los galardones de Cher (Moonstruck) y Jodie Foster (The Accused) por encima de los hitos consecutivos de Close.

Una película como Fatal Attraction, que catapultó la figura de Close y las ganancias de taquilla, ilustra el compromiso profesional y la pasión que la actriz desborda para darle vida a sus personajes. Según contó a la revista Vanity Fair, una vez que fue elegida entre un listado de candidatas que incluían Debra Winger, Susan Sarandon, Michelle Pfeiffer y Jessica Lange, Close optó por darle el guión a los psiquiatras con la esperanza de comprender las motivaciones de Alex Forrest.

La deducción de los especialistas fue que Alex pudo ser víctima de incesto cuando niña. “Tenía que entender su comportamiento, a pesar de que la audiencia no”, recuerda. “Y en ese proceso, realmente empecé a amarla y sentir una gran simpatía por ella (…) Su comportamiento simplemente fue etiquetado como diabólico… Yo estaba interpretando a una persona muy específica y torturada”.

Close se preparó para esta película como nunca antes. Estuvo en desacuerdo con cambiar el final previsto del suicidio de su personaje por la escena de violencia que desemboca en su muerte. Durante el rodaje de la escena sufrió una conmoción cerebral en una de las tomas cuando se estrelló la cabeza contra un espejo y tuvo que ser llevada a un hospital. Así descubrió que estaba embarazada de la que es su única hija. Ver el final de la cinta todavía hoy le hace sentir incómoda pensando en que sin saberlo puso en riesgo a su hija.

Los pasos siguientes dieron cuenta de una artista en plena madurez.

Close trabajó en la adaptación de Hamlet (1990), de Franco Zefirelli, apareció como pirata en Hook (1991), de Steven Spielberg, protagonizó Meeting Venus (1991), del legendario realizador húngaro István Szabó, y se sumó al elenco de The House of Spirits (1993) junto a Jeremy Irons, Meryl Streep, Vanessa Redgrave y Antonio Banderas. Hizo comedias como Mars Attacks!, Cookie’s Fortune y 101 Dalmatians, un éxito comercial que recaudó en las taquillas 320.6 millones de dólares.

Fue también la voz de películas de animación como Tarzan y Hoodwinked, se volcó al cine independiente y retornó a la televisión como protagonista de la serie de televisión Damages.

Everett Collection
Everett Collection

El privilegio de la élite

“Cuando miras a las 10 mejores actrices de los últimos 80 años, desde la llegada del cine sonoro, primero tienes a Bette Davis, Katharine Hepburn y Meryl Streep… Pero creo que Glenn Close está definitivamente en esa lista”, afirmó Cari Beauchamp, conocido por sus libros sobre la mujer en la historia del cine. “Ella es una combinación de coraje, de los papeles que escoge y de su perseverancia”.

Su regreso al cine en 2010 le trajo su cuarta nominación al Oscar: Albert Nobbs, dirigida por el realizador colombiano Rodrigo García.

El empeño de rodar esta película habla de la tenacidad, el profesionalismo y el compromiso social de Close, quien había protagonizado una versión para teatro de la novela original hace más de 30 años. Fascinada por la historia del personaje, compró los derechos cinematográficos desde entonces y aguardó 14 años para producirla.

Close no solo encarnó a Albert Nobbs, una mujer que pasa como hombre para buscar mejores oportunidades en la Irlanda del siglo XIX, sino que figuró como coguionista y coproductora del filme, y escribió la canción de cuna que interpreta Sinead O’Connor.

La preparación del personaje fue un gran reto para Close. Su rostro era ya un ícono cinematográfico y ella quería hacer todo lo contrario con la caracterización de una mujer que escondía su identidad. Trabajó arduamente con un maquillista que le cambió la nariz y el tamaño de las orejas, y la apariencia de los dientes. “En un momento miré hacia arriba y ya no era mi cara. Y empecé a llorar y dije: “Este es Albert”, rememoró la actriz, que vio en esta película una oportunidad para estimular las conversaciones sobre los derechos de los transgéneros”.

Close tuvo solo un obstáculo para agenciarse el Oscar como mejor actriz en Albert Nobbs: la impronta de Meryl Streep como Margaret Tatcher en The Iron Lady.

La esposa del Premio Nobel

En 2017, cuando llegó a los 70 años, su laboriosidad pareció multiplicarse. Después de participar en una cinta británica de zombies (The Girl with All the Gifts), hizo What Happened to Monday, un filme original para Netflix, intervino en las comedias Wilde Wedding y Father Figures, y se lanzó a la aventura culminante de The Wife, que le valió su tercer Globo de Oro de por vida.

Quizás pueda argumentarse que el papel de Joan Castleman, la estoica esposa del autor reconocido con el Premio Nobel de Literatura, no resulta entre las actuaciones más impactantes de su carrera, pero está guiada con la sabiduría y el temperamento que le permiten tejer un terso dramatismo hasta desatar al final todos los demonios contenidos en su matrimonio de avasallamiento.

Como sucedió con la adaptación cinematográfica de Albert Noobs, Close tuvo también que esperar 14 años para filmar The Wife. “Creo que porque se llamaba The Wife (La esposa) fue por lo que se demoraron tanto en hacerla”, ironizó la actriz.

Glenn Close con su hija Annie Maude Starke. REUTERS/Danny Moloshok
Glenn Close con su hija Annie Maude Starke. REUTERS/Danny Moloshok

Memorias familiares

La ocasión fue muy especial para Close, que aprovechó el proyecto para trabajar junto a su hija Annie, quien encarna a la protagonista en su juventud. La interpretación incorporó memoria emotiva de los parientes femeninos de la familia, pensando en la madre y las abuelas cuyas aspiraciones personales quedaron sumergidas por las circunstancias de la época.

“Lo que aprendí a través de toda esta experiencia es que las mujeres somos protectoras, eso es lo que se espera de nosotros”, dijo Close sobre The Wife. “Tenemos a nuestros hijos y tenemos a nuestros esposos, si tenemos la suerte, y tenemos a nuestras parejas, quien sea. Pero tenemos que encontrar satisfacción personal. Tenemos que seguir nuestros sueños. Tenemos que decir ‘puedo hacer eso y se me debería permitir'”.

El desencuentro con el Oscar una vez más no logró inmutarla, porque nunca se ha sentido perdedora en la carrera de los galardones. Sonrió con el regocijo de quien tras 45 años de empeños artísticos tan intensos como sus personajes no puede imaginarse “una vida más maravillosa”.

“Si yo, en mi corazón y en mi alma, siento que he cumplido con los desafíos de un determinado personaje, ahí es donde encuentro mi realización personal”, había adelantado en una entrevista días antes de la ceremonia. “No creo que deba ser validada por algún premio, aunque en la naturaleza de nuestro negocio, significa algo”.