Yalitza Aparicio no perdió y si crees lo contrario es que no aprendiste nada

REUTERS/Lucas Jackson
REUTERS/Lucas Jackson

Yalitza Aparicio no perdió en la pasada 91 entrega del Oscar, al contrario. La aparentemente inofensiva maestra rural ha vivido un proceso largo y un camino a veces lleno de malos comentarios, de críticas, de ataques. Pero ha salido triunfante.

En ella vaciamos el contenido más retrógrada que como sociedad aún guardamos; los insultos racistas, la burla sobre sus dotes histriónicos, sobre su origen humilde y muchas cosas más que enfrentan al mexicano con sus deseos de ser más blanco, más rico y más poderoso.

De maestra a símbolo de justicia

El fenómeno Yalitza trascendió, es más que una actriz mexicana logrando una nominación; ella es el estandarte de los invisibles, las invisibles. Es la oportunidad única de quien está en el momento indicado.

Oportunidad única porque ella con una sola actuación, con su frescura e inocencia ante la cámara logró reflejarnos como sociedad, una que no acepta que margina a los indígenas, que discrimina por el color de piel, por el aspecto, por el nivel socioeconómico, por la cultura o por ser mujer.

Ella ganó porque puso sobre la mesa el debate las condiciones laborales de las trabajadores como Cleo, como Libo (en quien está inspirada Roma), que dan todo su tiempo y toda una vida a familias que no son las suyas, a veces por un sueldo, otras tan solo por techo y comida.

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Ella ganó porque no perseguía fama ni fortuna y gracias a su talento innato trabajó con uno de los mejores directores de nuestra época.

Ella ganó porque ha sido la punta de lanza para romper estereotipos en la cine, en la moda en los medios.

Ella ganó porque representa a dignidad y el orgullo de ser indígena, de valorar las raíces, de reconocer nuestra identidad.

Ella ganó porque no sólo en redes sociales, si no en el mundo entero se han dado cuenta que el talento puede encontrarse en cualquier lugar y bajo cualquier piel.

Y si no se hemos dado cuenta de que ha ganado durante los últimos meses como fenómeno mediático y social, entonces, es que no aprendimos nada.