Héctor Cavallero, nuevo director de Radio Nacional: “No me interesa el periodismo militante”
La extensa trayectoria del productor de espectáculos Héctor Cavallero suma una nueva página: desde hoy es el flamante director general de Radio Nacional. “Están tan locos que me terminaron llamando a mí”, confiesa Héctor Cavallero en diálogo con LA NACION en su tercera hora en su nuevo despacho de Radio Nacional. “Me llamó el interventor (Diego Martín Chaher), me dijo que había pensado en mí para ocupar este lugar y reconozco que me atrajo el desafío -agregó-. Ya estoy grande, pero reconozco que me divierte todo esto. Espero tener la capacidad para llevar adelante mi tarea”.
Sin que su nombramiento haya contando con una confirmación oficial, hoy mismo el famoso productor de tantísimos espectáculos estuvo revisando la situación económica de la radio que, como él mismo cuenta a este medio, es mas que una emisora, porque hay que tener en cuenta que son 50 radios distribuidas en todo el país con sus respectivas FM.
“Yo quiero que sea una radio de todos los argentinos, una radio plural. No me interesa hacer una radio militante, que es lo que sucedía antes y que me parece una locura. Tampoco me interesan los periodistas militantes, yo creo en el periodismo”, reconoce quien en su amplia trayectoria en el mundo del espectáculo desempeñó tareas tanto en Radio Mitre como Del Plata. “Es cierto que lo mío no estuvo vinculado directamente con la radio, pero el mundo del espectáculo está ligada a ella. La radio siempre fue un complemento de lo que hacía”, añade este productor que asume un nuevo desafío.
Habría que agregar que este señor de fina estampa que produjo programas de televisión, mega eventos, teatro, cine, publicidad y shows de moda también fue parte del jet set, de “petitero” de los 70 o de los chetos de los 80, de un playboy de rigurosos mocasines comprados en Guido. Aparece en fotos históricas bailando en Mau Mau o lugares de moda de otros tiempos rodeado (y casado y hasta con hijos) con algunas sex symbol de la época: Susana Giménez, Pata Villanueva y Valeria Lynch . Todas chicas de tapas de revistas con las que estuvo largos períodos en los que hubo amor, infidelidades, glamour y trabajos en común que tuvieron momentos felices de gente feliz que vive en cajitas felices de diseño pop.
A lo largo de su trayectoria este señor produjo desfiles de modas, trajo a Michael Jackson, fue uno de los productores de la película La Mary, trajo tanto a Gloria Gaynor como a Luciano Pavarotti y Chick Corea; llevó a Queen a México, juntó al Flaco Spinetta con Facundo Cabral, impulsó un vuelco radical en las carreras de Susana Giménez, Ricardo Darín y Araceli González y estuvo, entre tantas cuestiones, en la organización de la primera gira de Luis Miguel en Buenos Aires (“le presté a Hugo López, su representante, los músicos de Valeria Lynch para que Luis Miguel pudiera hacer su primer show en el Coliseo”).
Hijo de una modista de alta costura y de un empresario gráfico, durante los años setenta y ochenta fue un bonvivant de la noche porteña, siempre rodeado de mujeres famosos en lugares icónicos como La Biela o las discos Mau Mau o a Áfrika. Actualmente es el director de la Licenciatura en Artes Escénicas de la UADE, además de miembro del Consejo Asesor de la Licenciatura en Medios de Entretenimiento y Comunicación, también de la misma Universidad. En la misma página de la UADE recuerda sus inicios en 1972 con presentaciones de teatro y manejando grupos musicales. Así, en 1974, se le da la oportunidad de presentar un espectáculo de tango en la Tour Eiffel en París, lo que significó una de las primeras giras del tango por el mundo. Cavallero fue el que trajo al país a artistas como Ray Charles, The Supremes, Armando Manzanero, Daniela Mercury, Joaquín Sabina y Juan Luis Guerra, entre otros.
En tren de diversidad, produjo en 1992 el reencuentro del grupo Serú Girán en el estadio Monumental. El estadio de River Plate está ligado a su trayectoria. De hecho, de 2001 a 2009 presidió el área de de marketing de la institución, cuando por allí pasaron los Rolling Stones, U2, Madonna, Ricky Martin y Soda Stereo.
Luego de producir varias obras de teatro, en 1979 tomó la dirección del Teatro Blanca Podestá hasta finales de 1983. En 1982, coprodujo La Señorita de Tacna, que implicó el regreso al país de Norma Aleandro, dirigida por Emilio Alfaro. Años después, fue el turno de Están tocando nuestra canción, con Valeria Lynch y Víctor Laplace. Su paleta es tan amplia que, a finales de la década del 90, dirigió el Festival de Cosquín. En cine, coprodujo películas como La Mary, con Susana Giménez y Carlos Monzón; y La tregua, primera película argentina nominada al Premio Oscar.