De Harald de Noruega a Charlene de Mónaco: todos los miembros de la realeza que han participado en unos Juegos Olímpicos
Los Juegos Olímpicos de París están al caer y el mundo entero volverá a vibrar con carreras de infarto, pulverización de récords y emocionantes partidos. Es la gran cita deportiva e internacional del verano y seguro que traerá un buen puñado de recuerdos a muchos príncipes, princesas y reyes que también fueron olímpicos. Los miembros de la realeza siempre han disfrutado del deporte y algunos de ellos han sido los mejores embajadores representando a sus países en unos Juegos. La vela y la hípica son las disciplinas en las que los royals más han competido en unas Olimpiadas, aunque sin olvidarnos de la natación. Desde Harald de Noruega,la princesa Ana de Reino Unido, Charlene y Alberto de Mónaco, el rey Felipe, don Juan Carlos, la reina Sofía y la infanta Cristina repasamos las actuaciones olímpicas de los royals.
El oro de Olaf V de Noruega
El padre de Harald de Noruega, el rey Olaf era un gran aficionado a los deportes, en especial al esquí y la vela. Con 25 años participó con el equipo noruego de vela en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 en la categoría de 6 metros con Johan Anker como timonel. Su actuación fue gloriosa y ganó la medalla de oro. Siendo Rey participó en regatas hasta los 80 años. Fue miembro de la Real Asociación Noruega de Vela, de la que él mismo fue presidente en la década de 1930. En los Juegos de Helsinki de 1952 fue presidente del jurado.
Un príncipe heredero que fue abanderado en Tokio
El rey Harald heredó de su padre su pasión por el movimiento olímpico. En 1964, con 27 años, fue el abanderado de la delegación noruega en los Juegos de Tokio. En los de Invierno de Lillehammer, en 1994, participó activamente en la ceremonia de inauguración y fue presidente honorario del comité organizador. Al igual que su padre, el esquí y la vela han sido sus pasiones. En 2011 recibió el Premio de Honor del Deporte y en 2017 recibió el trofeo rey Olaf de la Asociación de esquí. Ha sido campeón del mundo de vela hasta que en 2022 se retiró de la competición.
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El primer oro desde 1912
Con 20 años, el rey Constantino de Grecia ganó en 1960 el oro en la clase Dragón de vela como timonel del Nereus en el golfo de Nápoles (Italia). En el equipo estaba de suplente la reina Sofía y el entonces príncipe heredero heleno fue recibido como un auténtico héroe. La gesta del después monarca estuvo también muy presente en su funeral en la catedral de Atenas el 16 de enero de 2023, cuando la medalla olímpica se colocó debajo de su féretro junto con otras condecoraciones.
La princesa británica pionera
La princesa Ana, de 73 años, es uno de los miembros imprescindibles en el reinado de su hermano, Carlos III de Reino Unido, al igual que lo fue en el de su madre, Isabel II. Ana de Inglaterra ha roto barreras, también en el Olimpismo. En 1976, en Montreal, se convirtió en el primer miembro de la Familia Real británica en competir en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo en el equipo ecuestre porque los caballos y la hípica son su gran pasión. Fue presidenta de la Federación Ecuestre Internacional entre 1986 y 1994, cargo en el que fue sucedida por la infanta Pilar de Borbón. Su entusiasmo por el Olimpismo la llevó a participar de forma activa en la candidatura de Londres para albergar los Juegos de 2012 y fue miembro del comité organizador de dicha Olimpiada. En 2016 visitó Río para reunirse con el equipo británico en su papel de presidenta de la Asociación Olímpica británica.
Una pasión heredera de madre a hija
La pasión de la princesa Ana por la equitación la ha heredado su hija Zara Tindall, de 43 años. Es una amazona de primer nivel y ha ganado campeonatos mundiales. De hecho, fue votada en 2006 como la deportista del año de la BBC, un premio que recibió su madre en 1977. Fue nombrada miembro de la Orden del Imperio Británico en 2006 por su servicio a la equitación. Fue una de las seleccionadas para participar en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, montando a Toytown y uno de los cinco miembros del equipo británico durante esos Juegos, que tuvieron lugar en Hong Kong. Finalmente, Zara no pudo competir debido a una lesión de su caballo. Debutó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en la categoría concurso completo por equipos, ante la atenta mirada de sus familiares. Consiguió la medalla de plata en dicha categoría a lomos de High Kingdom.
Otra princesa apasionada de la equitación
La princesa Haya, hermana del rey Abdalá y exmujer del emir de Dubai, comenzó a competir en hípica a los 13 años y en los Juegos Olímpicos de Sídney de 2000 representó a Jordania, aunque no obtuvo ninguna medalla. Su pasión por los caballos era compartida con el que fue su marido, el todopoderoso Mohamed bin Rashid al Maktum, que es todo un aficionado a los caballos y fundador de la cuadra Godolphin, así como propietario de Darley Stud, un proyecto de cría de caballos de pura raza presente en seis países. El emir es patrocinador de la carrera de caballos más rica del mundo, la Copa Mundial de Dubái.
El 'royal' más olímpico
El príncipe Alberto de Mónaco y el Olimpismo siempre han ido de la mano. El monarca monegasco puede presumir de haber competido en los Juegos de invierno en cinco ocasiones en los años 1988, 1992, 1994, 1998 y 2002. Lo hizo con el equipo de bobsleigh, una especie de descenso en trineo. Además, desde 1985 es miembro del Comité Olímpico Internacional y presidente del Comité Olímpico Monegasco. Es presidente honorario de la Unión Internacional de Pentatlón Moderno y de la Fundación Internacional de Atletismo, así como miembro de la junta honoraria del Comité Paralímpico Internacional. Desde 2007 es patrono de la Organización para la Paz a través del deporte y patrono de la Asociación Mundial de atletasOlímpicos. Desde 2014 preside la Comisión de Deporte y Medio Ambiente del Comité Olímpico Internacional (COI).
Los Grimaldi tienen una larga tradición deportiva en estas citas que se celebran cada cuatro años. Rainiero III, el padre de Alberto, Carolina y Estefanía de Mónaco, fue miembro del COI entre 1949 y 1950. En la familia de su madre, Grace Kelly, también hubo tradición olímpica. Su abuelo y su tío materno compitieron en el equipo de remo de Estados Unidos.
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La princesa nadadora
Antes de convertirse en princesa de Mónaco, Charlene Wittstock destacó como nadadora. Desde muy pequeña le gustó el deporte acuático y con 18 años, en 1996, ganó el campeonato sudafricano, el país en el que se crio. Hizo del deporte su vida y en el año 2000 quedó quinta en los Juegos Olímpicos de Sídney. Ese mismo año ganó la medalla de oro en los 200m espalda en el encuentro internacional de natación de Mónaco Mare Nostrum, donde vio por primera vez al que luego sería su marido, quien presidía la competición. Fue en los Juegos Olímpicos de Turín en 2006 cuando se la vio por primera vez con Alberto de Mónaco en público. En 2007 dejó la competición para centrarse en su nueva vida en Mónaco, aunque se clasificó para los Juegos de Pekín 2008.
El pasado olímpico del padre del rey Carlos Gustavo de Suecia
El príncipe Gustavo Adolfo de Suecia, padre del actual monarca sueco, murió a la temprana edad de 40 años. Como otros muchos integrantes de la realeza, destacó en equitación, deporte en el que ganó varias competiciones de concurso completo, de salto, de carrera de obstáculos y de dessage, doma clásica. Formó parte del equipo sueco de los Juegos de 1936, donde su caballo fue descalificado. También destacó en esgrima, esquí y tiro y ha sido el deportista más prominente de la realeza sueca.