Harrison Ford tiene un mensaje para todos los que tengan miedo a la vejez
A nadie le gusta pensar en la vejez futura. Al menos en la cultura occidental, donde hace siglos se venera la juventud como símbolo de productividad, belleza y relevancia profesional mientras se observa a la ancianidad con el desprecio que provoca el temor al final de nuestros días. Sin embargo, Harrison Ford ha querido compartir lo que ha aprendido al llegar a los 80, dando a conocer la recompensa que existe en el paso de los años.
El actor se encuentra promocionando el estreno inminente de Indiana Jones y el dial del destino, la película que supone su último rodeo como el arqueólogo más famoso de la historia del cine. Una secuela que rodó cuando estaba a punto de terminar su etapa septuagenaria, montando a caballo y haciendo sus propias secuencias de acción hasta el punto de lesionarse el hombro. Y es que Harrison Ford ha descubierto la riqueza que existe en la experiencia que llega con el tiempo, disfrutando de esta nueva etapa profesional con ojos diferentes.
“Probablemente disfruto más haciendo películas ahora que nunca antes”, confesó recientemente a la revista People. Y si bien reconoce que el paso de los años tiene su precio, está encantado con la etapa que está viviendo sin romantizar la juventud pasada.
“No quiero ser joven otra vez”, sentencia. “Fui joven y ahora disfruto siendo viejo”.
“Ciertamente estás disminuido físicamente por la edad, pero la edad tiene cosas maravillosas: la riqueza de la experiencia, todo el peso del tiempo que has estado gastando para envejecer. Hay cierta tranquilidad en todo esto para mí”, reflexionó.
Ford, que mantiene que nunca se dispuso a ser actor porque quisiera riqueza o fama, consigue transmitir un mensaje más amable hacia el miedo de hacerse mayor. Porque, en su caso, encontró el equilibrio de celebrar y disfrutar de la vida bajo la lupa de la experiencia adquirida. Y en cierto modo, apreciando el pasado que sirvió como sendero para llevarlo hasta este momento. Y tal vez, esa libertad de pensamiento, es lo que le permite disfrutar más que nunca de su trabajo.
De todos modos, Harrison Ford no es el primer personaje hollywoodense que celebra la vejez como una experiencia más del proceso vital de cada uno.
Anthony Hopkins lo hace prácticamente con cada publicación en redes sociales, compartiendo lecciones aprendidas desde que empezó su viaje de sobriedad hace 47 años, o divirtiéndose en sus ratos libres, recitando diálogos, tocando el piano, bailando o haciendo bromas. En definitiva, demostrando que la diversión y pasarlo bien nunca se termina si uno quiere.
“Te vuelves mucho menos intenso con las cosas, especialmente con el trabajo”, dijo en una entrevista de 2021 a Saga cuando le preguntaron sobre el lado positivo de hacerse mayor. “Con la actuación, cuando eres más joven, quieres que todo sea muy real y profundo, y eso está bien. Pero llegas a cierta edad y piensas: ‘soy un gran admirador de actores como William Holden y Robert Mitchum, que simplemente se dejaban llevar sin tomárselo tan en serio’. Entonces, hago mi tarea y aprendo mis líneas, pero he aprendido a tomármelo con calma y deambular”.
A sus 85 años, prefiere vivir la vida manteniendo la alegría, sin dejar que los malos días o las crisis globales ahoguen su existencia. “Veo gente tan enojada y amargada estos días que pienso, ‘¡vamos!’ No puedo perder el tiempo sintiéndome miserable. Disfruto todo lo que da la vida”.
Helen Mirren, 77, también habló del asunto, confesando a The Mirror que no le molesta hacerse mayor, ni tampoco le afecta hablar de la muerte. “No es algo que puedas esconder a mi edad, entonces ¿por qué no tener una discusión abierta y ver la muerte como algo lleno de vida y una celebración de liberación”.
“Quiero continuar con la pasión por la vida y amar hasta los últimos días. Veo la vida como un regalo y la disfruto. La abrazo”, sentenciaba.
Martin Scorsese, por ejemplo, romantizó con la noción de la experiencia adquirida al señalar recientemente cómo ahora, a sus 80 años, siente la urgencia de seguir creando cine a raíz de la experiencia adquirida. “Estoy viejo. Leo cosas. Veo cosas. Quiero contar historias y no hay más tiempo”, decía a Deadline ante el estreno de su nueva película, Killers of the Flower Moon, en el pasado Festival de Cannes. “Cuando Kurosawa recibió el Oscar, cuando George [Lucas] y Steven [Spielberg] se lo dieron, dijo ‘recién ahora estoy empezando a ver la posibilidad de lo que el cine podría ser, y es demasiado tarde’. Tenía 83 años. En aquel momento, dije ‘¿qué quiere decir?’ Ahora lo sé”.
En resumidas cuentas, Harrison Ford pone sobre la mesa una reflexión que todos podemos trasladar a nuestras vidas. Porque en lugar de observar al futuro con temor a la vejez bajo la lupa forzada por la sociedad occidental, podemos observarla como una etapa donde se cosecha todo lo sembrado a lo largo de la vida.
En el caso del actor de Indiana Jones, y cuando está a punto de cumplir los 81, encuentra viviendo una de sus etapas más productivas. Porque no solo volvió a la acción con uno de sus personajes más emblemáticos, sino que nos sorprendió recientemente desempolvando su talento dramático en 1923 de Paramount+, mientras nos dejaba boquiabiertos con su faceta cómica en Shrinking de Apple TV+. Y lo hace disfrutando de su pasión más que nunca, apoyándose en la tranquilidad que llega con el cumulo de experiencias vividas.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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