El Incaa suspende su funcionamiento por 90 días mientras prepara un nuevo marco normativo para la actividad
A través de una resolución publicada hoy en el Boletín Oficial y firmada por el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Carlos Luis Pirovano, se dispone suspender por 90 días la presentación de proyectos cinematográficos en el organismo, “en virtud del déficit presupuestario y financiero existente, y con el objetivo de retomar el equilibrio necesario para que pueda financiarse con sus propios ingresos”. Esta decisión significa una virtual paralización del funcionamiento del organismo, ya que en la misma publicación se aclara que los proyectos ya presentados ante el Incaa para ser evaluados y no tengan una resolución a su favor “serán devueltos a los presentantes”.
Durante ese lapso, el Incaa trabajará en la elaboración de un nuevo marco normativo para la política de fomento a la actividad cinematográfica en la Argentina. Según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, esa acción estará configurada a partir de dos grandes vías: de un lado, el apoyo a producciones concebidas para la taquilla, y del otro, una “avenida artística” destinada entre otras cosas al estímulo de nuevos talentos.
En el primer caso, el Incaa apoyará los proyectos más ambiciosos que salen en busca de del gran público directamente en carácter de coproductor. La idea, según confiaron las fuentes consultadas por LA NACION, es respaldarlos como una inversión de riesgo. Esto significa que en la medida en que la película tenga éxito una vez estrenada sus productores puedan restituir al Estado el apoyo brindado a la producción para que el Incaa obtenga al mismo tiempo un beneficio concreto de esa acción como “inversor pasivo”.
La idea se apoya al mismo tiempo en una búsqueda de beneficios que van más allá de lo económico. Las fuentes oficiales justificaron el apoyo a los proyectos potencialmente más taquilleros en el aporte que estarían en condiciones de hacer para la construcción de la “marca país” y la representación en el mundo de lo que tiene de distintiva la Argentina en materia cultural o turística.
A la vez, agregaron las fuentes, se busca que los realizadores vuelvan a amigarse con la audiencia creando al mismo tiempo valor a través de sus producciones.
En el segundo, la llamada “avenida artística” implicará el armado de un conjunto de concursos y estímulos dirigidos a detectar nuevos talentos y que tendrán carácter competitivo en distintas ramas: guión, desarrollo de proyectos, cortos, documentales y óperas primas.
El Incaa fundamentó en su delicada situación financiera la suspensión por 90 días de toda recepción de proyectos cinematográficos: “Es requisito indispensable para llevar a cabo las medidas de fomento establecidas en la Ley Nº 17.741 (t.o. 2001) y modificatorias y Decreto Nº 1536/2022 tener en cuenta lo establecido en el artículo 33 de la Ley N.º 24.156 que establece: “No se podrán adquirir compromisos para los cuales no quedan saldos disponibles de créditos presupuestarios, ni disponer de los créditos para una finalidad distinta a la prevista.’”
Asimismo, el decreto reafirma el objetivo de “retomar el equilibrio necesario para que este Instituto pueda financiarse con sus propios ingresos, así como también, debido a la reestructuración, funcionamiento y el establecimiento de un nuevo marco regulatorio para el apoyo al cine”.
El decreto señala que los proyectos sin dictamen, que serán devueltos a sus autores, podrán ser presentados nuevamente luego de que termine el período de suspensión, pero deberán adecuarse a la nueva normativa que el organismo se dispone a elaborar.
La anunciada suspensión de los subsidios cinematográficos –el fomento de la actividad cinematográfica es, como se dijo, la razón de ser del Incaa – profundiza una política de fuerte recorte de gastos que comenzó hace poco menos de un mes, cuando Pirovano dispuso una reducción de gastos que alcanzó casi 1800 millones de pesos. Las fuentes oficiales consultadas por LA NACION calificaron de “escandaloso” el nivel de gastos administrativos del organismo.
El valor más alto de erogaciones suspendidas (640.179.003 pesos) corresponde a la no renovación de contratos del personal que prestaba servicios en concepto de locación de obra y de obra por especialidad (monotributistas). Le siguen en orden decreciente las cifras de los distintos tipos de apoyo que llevaba adelante el Incaa. A un total de 252.000.000 pesos asciende la quita de respaldo económico a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; de 217.445.967 al lanzamiento de películas; de 148.726.629 a los festivales y mercados audiovisuales internacionales, y de 134.663.164 a los festivales nacionales, muestras y semanas de cine.
Las fuentes oficiales consultadas por LA NACION, finalmente, confirmaron la intención de salir en busca de de ingresos que aseguren el funcionamiento del cine Gaumont “para que pueda llegar en el mejor de los casos a autosustentarse”.
En los próximos días podría impulsarse desde el organismo la creación de una Asociación de Amigos del Gaumont con el fin de que las grandes figuras de la industria y del cine local puedan aportar recursos o apoyos de tipo simbólico para el funcionamiento del complejo.