El idílico pueblo austriaco arruinado por culpa de Instagram

Hallstatt recibe seis veces más de turistas per capita que Venecia. (Getty Images)
Hallstatt recibe seis veces más de turistas per capita que Venecia. (Getty Images)

Hay tanta gente a la que le resulta tan difícil resistirse a sacar una foto idílica y compartirla en redes sociales que, en muchos casos, las consecuencias son devastadoras. Hay lugares que no necesitan filtros en las imágenes para ganarse la admiración de otros usuarios y acaban siendo presa de los ‘instagrameros’. ¿Los sentimientos que salen a relucir en ellos? La curiosidad, el deseo de agradar, de mostrar, de resaltar, de experimentar… ¿La repercusión? Likes, comentarios, endorfina a raudales… además de unos efectos cansinos para todas aquellas personas que están hartas de la popularidad generada, del flujo continuo de gente.

Que le pregunten a cualquiera de los 780 residentes de Hallstatt, un hermoso y pintoresco pueblo austriaco que está a una hora en coche de Salzburgo; o a los habitantes del Bronx en Nueva York, donde una escalera se ha convertido en una atracción turística por el hecho de aparecer en la película de Joker y que levanta demasiadas suspicacias entre los locales; localidades como Santorini, Portofino o la piscina infinita de Marina Bay Sands en Singapur. Todos estos lugares, y muchos más, están completamente congestionados o ya han prohibido el acceso, a la gran masa, como el último ejemplo.

Desde que saltó a la luz el rumor de que Hallstatt fue motivo de inspiración para que Disney creara el reino Arendelle en la célebre película, Frozen, la cantidad de interesados en visitarlo creció exponencialmente. Al principio, los locales veían con buenos ojos la presencia de algunos visitantes curiosos en su pueblo. Sin embargo, esta sensación comenzó a cambiar rápidamente. En 2009, 100 personas al día visitaban sus calles y fotografiaban su lago y las montañas; en 2019, el número de turistas que ocupan la pequeña localidad es de 10 mil al día, es decir, seis veces la cifra de viajeros per capita de lo que recibe Venecia en Italia.

Hallstatt recibe 20 mil autobuses al año. (REUTERS/Lisi Niesner)
Hallstatt recibe 20 mil autobuses al año. (REUTERS/Lisi Niesner)

El ascenso de la popularidad de Hallstatt ha sido paulatino. Según The Independent, en 2006, apareció en el programa de viajes de Corea del Sur, Spring Watch. El interés de la audiencia asiática siguió creciendo cuando en 2011, un multimillonario chino construyó una réplica exacta del pueblo en el sur de la provincia de Guangdong. El último empujón de Hallstatt hacia el estrellato se produjo cuando fue elegido como la localidad más ‘instagrameable’ del mundo. Aquello atrajo una cantidad de visitantes imposible de controlar, tal y como explica su alcalde, Alexander Scheutz.

“Hallstatt es una pieza importante de nuestra historia cultural, no un museo”, señaló a The Times. “Pretendemos reducir los números hasta al menos un tercio pero no tenemos manera de frenar el flujo”, agregó tras explicar que su deseo es el de reducir a un tercio el número de autobuses que pueblan sus calles, que en la actualidad es de 20 mil al año. Convertirse en Herencia Mundial de la Unesco en 1997 nunca alimentó su popularidad tanto como ser la ciudad más adecuada para una foto en Instagram.

Donde sí amenazan con cortar de raíz el número de visitantes es en la famosa escalera del Bronx. En un vídeo publicado por NBC NYC, un residente afirmó a la reportera que hay muchos vecinos que son delincuentes y observan desde el otro lado de la calle a todos los turistas que se fotografían en las escalera donde Joker, interpretado por Joaquin Phoenix, bailaba mientras bajaba los escalones.

“Es increíble que una película haya provocado esto. Hay muchas personas que les están mirando. Algo va a pasar algún día. O les van a robar o apuñalar, quién sabe. No nos gustan todos estos turistas”, declaró un joven local.

En este caso, visitar las ya tildadas como ‘Escaleras de Joker’, que para los locales son tan solo una conexión entre las Avenidas Shakespeare y Anderson en la calle, West 167, pueden traer problemas a los miles de curiosos diarios que se acercan a uno de los barrios con peor reputación de Nueva York. A pesar de contar con lugares de interés como el estadio de los Yankees, el Zoo o el Jardín Botánico, este emplazamiento no suele ser una zona que los turistas exploren con asiduidad. Todo cambió tras un filme que hasta el momento ha recaudado más de mil millones de dólares de manera global. Es tal el fenómeno, que Burger King está repartiendo hamburguesas gratis a los vecinos del Bronx por “tolerar a los turistas”.

Y no importa que estos lugares sean fruto de modas y estén tan llenos que incomoden o supongan un peligro. El deseo de hacerse la foto es superior a cualquier otra cosa. La necesidad de verlo con sus propios ojos y compartirlo para que otros lo presencien desde la distancia y envidien o ensalcen al viajero en cuestión genera una bola de nieve que requiere, en muchos casos, de medidas que garanticen el bienestar de los vecinos de esos lugares de interés. Todo vale en el mundo de las redes sociales, hasta perder el norte para cumplir sueños efímeros.

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