Javier Bardem tuvo que traicionarse a sí mismo para ganar el Oscar

Se hizo con el reconocimiento de la Academia de Hollywood en 2008 por su trabajo en 'Sin lugar para los débiles' de Joel y Ethan Coen

Javier Bardem ganó el Óscar a Mejor Actor de reparto en 2008 por su trabajo en Sin lugar para los débiles de los hermanos Coen (Foto: GABRIEL BOUYS/AFP via Getty Images)
Javier Bardem ganó el Óscar a Mejor Actor de reparto en 2008 por su trabajo en Sin lugar para los débiles de los hermanos Coen (Foto: GABRIEL BOUYS/AFP via Getty Images)

Javier Bardem es uno de los actores con mayor compromiso social. Tanto en sus intervenciones públicas como en sus proyectos, no es raro verlo promulgar la defensa del medio ambiente, la lucha contra la desigualdad, la erradicación de la violencia, el rechazo a la xenofobia o incluso ser muy tajante con sus posiciones políticas. De hecho, a la hora de aceptar o rechazar papeles, valora las implicaciones de los personajes, los mensajes de las películas y busca que estos se adecúen a su forma de entender el mundo y difundan sus valores. Aunque no siempre ha sido así, como ocurrió con el papel que le condujo a ganar el Oscar.

El actor de Biutiful o Dune se hizo con el premio de la Academia de Hollywood en 2008, cuando trabajó junto a los hermanos Coen en el thriller Sin lugar para los débiles. Este título, que ganó cuatro galardones incluidos el de Mejor Película y Mejor Dirección, ofreció un neowestern crudo y extremadamente violento donde vimos a Josh Brolin, Tommy Lee Jones y Woody Harrelson enfrentarse al villano despiadado al que dio vida Bardem. Obviamente, un rol de estas características estaba lejos de sus ideales, sin embargo, la tentación de trabajar en un proyecto de este estilo y los muchos éxitos que traería consigo le condujo a hacer la excepción.

Como contó en una entrevista con EW, en primera instancia se mostró reacio a aceptar el papel. Cuando los Coen lo contactaron y le explicaron el proyecto, su compromiso moral contra la violencia le hizo ver que Sin lugar para los débiles no se adaptaba a sus ideales. Por mucho que fuera ficción, tampoco tolera la violencia en pantalla, además, consideraba que su dominio del inglés no era el ideal para una cinta tan marcadamente estadounidense y ni siquiera sabía conducir un auto, lo que era necesario para este rol.

Los directores estaban al tanto de la contradicción que suponía para Bardem interpretar al villano de su película, sin embargo, eso era justo lo que buscaban, a un actor a quien el propio personaje lo pusiera contra las cuerdas y que tuviera una actitud decidida a romper sus barreras para ofrecer una interpretación de altura. "No es que matar gente sea algo que me guste especialmente, ni siquiera en las películas", dijo Bardem en la entrevista. “Cuando los Coen llamaron, dije: 'Escuchen, soy el actor equivocado. No conduzco, hablo mal inglés y odio la violencia. Se rieron y dijeron: 'Tal vez por eso te llamamos'.

Las reflexiones sobre la violencia de Javier Bardem

Bardem ha dialogado sobre su rechazo voraz a la violencia en múltiples ocasiones. Por ejemplo, el pasado 2023, durante la promoción de La sirenita, habló para el diario El País sobre los rumores de una pelea que habría protagonizado en una discoteca hace años, un incidente del que afirma que aún no tiene claro pero que le enseñó “la absoluta falta de sentido de la violencia”.

“He jugado al rugby durante muchos años. Estuve en la selección española. Es un deporte rudo, pero con muchísima ética y unos valores extraordinarios de equipo. Ese día me dio la vuelta la cabeza de decir: ‘La violencia sucede sin sentido, se origina sin sentido y crea un sinsentido’”, destacaba el actor. “Y si no estás atento a eso vas a seguir como víctima de esa violencia originando más, puesto que alguien tiene que pagar por ese sin sentido que sufriste. Esa es la cadena perfecta de la violencia”.

En esta intervención también hizo mención al caso de Sin lugar para los débiles, del que destacó que, aunque siempre valora el guion y sus implicaciones por encima de otros detalles, hay proyectos tan tentadores en otros aspectos que le resulta imposible decir que no. Al fin y al cabo, trabajar junto a directores de prestigio como los Coen es un caramelo al que ninguna estrella de Hollywood sería capaz de resistirse.

Javier Bardem demostrando su compromiso social en un acto de Greenpeace en 2019 en Nueva York (Foto: DON EMMERT/AFP via Getty Images)
Javier Bardem demostrando su compromiso social en un acto de Greenpeace en 2019 en Nueva York (Foto: DON EMMERT/AFP via Getty Images)

“Las películas que recordamos no son por los actores, la iluminación o la dirección: es por cómo se ha contado y nos ha impactado”, continuaba Bardem. “A la hora de escoger las películas, intento elegir las historias. No siempre tienes esa opción: a veces no está, porque escribir una buena historia es muy difícil. Cuando llega Sin lugar para los débiles, lo ves. Piensas: ‘Esto hay que hacerlo’”.

Así dejó atrás sus diferencias con 'Sin lugar para los débiles'

Por suerte, Javier Bardem encontró el método de que la violencia extrema de su personaje en Sin lugar para los débiles no se le atragantara. En declaraciones para Vanity Fair, destacó que el aspecto del personaje, cuyo corte de pelo le resultó gracioso y ridículo, lo ayudó a no tomárselo en serio y a sentir que era una forma divertida de adentrarse en este oscuro universo western de los hermanos Coen.

“Fui a Nuevo México, me senté en la camioneta de maquillaje, vinieron con una foto de un burdel en la frontera con México en los años 50 y 60 con un chicocon este corte de pelo junto a dos prostitutas y pensé: '¿Qué significa esto?'. Ellos dijeron: 'Bueno, queremos que te veas así'. Dije, ‘vale', resaltaba Bardem sobre su primera aproximación al villano de Sin lugar para los débiles.

“Luego el peluquero, Paul, que falleció recientemente, un peluquero increíble, en un segundo, con mi propio cabello, imitó el corte, lo vi y dije: Sí, tengo que hacer esta película’. Quiero decir, este es el look de los hermanos Coen. Y, como era gracioso, era ridículo y divertido. Y eso, en comparación con lo que es el personaje, fue un buen rol para interpretar”.

Después de ganar el Oscar, raro sería que Javier Bardem se arrepintiera de esta decisión. Es cierto que este tipo de historias y de villanos retorcidos pueden despertar una admiración peligrosa fuera de la pantalla e incitar a la violencia real, lo que hace entendible el rechazo inicial a ligar su figura a esta película por traicionar sus principios. Sin embargo, no deja de ser de ser ficción y una cinta con virtudes por todos los costados, lo que irremediablemente la consolidó como el mejor título producido en 2007 y llevó al actor a grabar su nombre en la cima de Hollywood.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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