Jennifer Coolidge: cuando unos minutos son suficientes para demostrarle a Hollywood lo que se estaba perdiendo

BEVERLY HILLS, CALIFORNIA - JANUARY 10: Jennifer Coolidge poses with the award for Best Supporting Actress - Television Limited Series/Motion Picture for
BEVERLY HILLS, CALIFORNIA - 10 DE ENERO: Jennifer Coolidge posa con el premio a la Mejor Actriz de Reparto - Serie Limitada de Televisión/Película por "The White Lotus" en la sala de prensa durante la 80ª Entrega Anual de los Globos de Oro en The Beverly Hilton el 10 de enero de 2023 en Beverly Hills, California. (Foto de Amy Sussman/Getty Images)

Si tuviéramos que elegir al gran protagonista de los Globos de Oro de 2023, no hace falta pensar mucho la respuesta. Es clara, contundente y más que evidente. Porque Jennifer Coolidge, la actriz que vivió durante décadas bajo la sombra de un personaje seductor pero exageradamente sexualizado como la madre de Stifler en las películas de American Pie, fue la reina del show gracias al humor que tanto le caracteriza, carente de cualquier sentido del ridículo. A los 61 años y con una carrera que se expande a lo largo de tres décadas, esta actriz fabulosa sabe reírse de sí misma, del mundo que le rodea, su pasado y presente, sin ningún tipo de tapujos. Y es que Jennifer Coolidge será de las actrices más celebradas del momento, pero solo después de haber sido de las más infravaloradas de Hollywood. Un hecho que reconoce públicamente y que utilizó para convertirse en la protagonista de la noche ante toda la industria.

Jennifer tuvo dos momentos a lo largo de la ceremonia. Y es imposible decidir cuál fue más divertido que el otro. Es más, en cuestión de segundos comenzaban a circular memes y gifs que pasarán a la eternidad en redes sociales como Twitter. Uno de ellos lo protagoniza su voz susurrante y seductora simplemente diciendo “Hi” (Hola) y el otro es de ella confundiéndose, diciendo “Y el Oscar es para…” en lugar de anunciar el Globo de Oro. Pero en todas sus apariciones recurrió a la faceta cómica que tan bien le funciona, esa en donde juega el humor inocente y torpe, muy típico en muchos de sus personajes (desde Legalmente rubia a The White Lotus), pero usando su propia existencia como el centro de cualquier anécdota. Y nos hizo reír. A todos. Los presentes en el hotel The Beverly Hilton y los que veíamos la ceremonia desde casa.

La actriz apareció en el escenario durante los primeros compases de la ceremonia para presentar el premio a Mejor actor de reparto en una serie musical, comedia o drama. Sin embargo, en lugar de cumplir el rol habitual de cualquier presentador invitado, de simplemente leer el autocue (o teleapuntador) y anunciar al ganador, Jennifer absorbió tres minutos completos de nuestra atención que nos supieron a poco. Fue un monólogo en toda regla. Una especie de stand-up abreviado donde las bromas no dejaron de fluir una tras otra.

Para empezar, se dispuso a explicar la anécdota de cuando le pidieron que fuera presentadora de un premio en los Globos de Oro. Contó que aceptó la propuesta pero enseguida se arrepintió. Llamó a la persona que le había ofrecido el puesto para compartir que estaba entrando en pánico ante la idea, temiendo resbalarse en el escenario encerado. A lo que la interlocutora le sugirió que “llevara un par de Crocs”. “Y le dije ¿estás bromeando? Con mi vestido de Dolce & Gabanna, todo esos italianos se volverían locos” bromeó pero siempre manteniendo la compostura torpe y voz susurrante que tanto conocemos.

Coolidge no solo se río de los favores del mundo de la moda en el mundo de Hollywood, sino también del posible problema que podía sufrir sobre el escenario al tener que pronunciar nombres complicados como el de Bill Nighy y Kaley Cuoco, bromeando también con su torpeza para leer el teleapuntador. A continuación leyó el sobre para no equivocarse con la candidatura que tenía que presentar, y al dar el premio dijo “Y el Oscar es para…” Y en ningún momento las risas dejaron de retumbar.

Pero eso no fue todo. Más tarde Jennifer Coolidge volvió al escenario tras ganar el premio a mejor actriz de reparto en una serie limitada por su emblemática interpretación en la segunda temporada de The White Lotus. Un galardón más que merecido después de regresar al papel de Tanya, esa millonaria caprichosa que nos conquistó en la primera temporada de este thriller de misterios vacacionales, y que mendiga atención constante. Pero ni los nervios del momento evitaron que continuara con su especial clase magistral de comedia.

Gracias Asociación de la prensa extranjera. Lo puedo apoyar ¿no?” preguntó sobre el galardón que tenía en la mano. “No hago ejercicio, lo que quiere decir que no puedo sostenerlo por mucho tiempo” dijo.

Pero entre las bromas, no desperdició el momento y agradeció al creador de The White Lotus, Mike White, emocionándolo hasta las lágrimas, pero también a todos por igual. Hay como cinco personas en esta sala que me mantuvieron a flote durante veinte años con trabajos pequeños” explicó emocionada, señalando a Ryan Murphy y bromeando cuando no podía encontrar otros ejemplos entre las mesas. “No conocía a nadie y mi carrera no iba a ningún lado” dijo para entonces agradecer a Reese Witherspoon, Michael Patrick King y los responsables de American Pie por darle esos “trabajitos”.

Tenía sueños y expectativas tan grandes cuando era más joven, pero lo que sucedió es que la vida los esfumó. Pensé que iba a ser reina de Mónaco aunque alguien más lo hizo”, dijo riendo. “Y luego te haces mayor y piensas, ‘Oh, ¿qué diablos va a pasar? Y, Mike White, me has dado esperanza. Me diste un nuevo comienzo... aunque me mataste y se terminó” continuó diciendo en referencia a un spoiler de la serie. “Pero no importa porque cambiaste mi vida de un millón de maneras diferentes. Y mis vecinos ya no son malvados conmigo”.

“Lo digo en serio. Nadie me invitaba a sus fiestas en mi colina y ahora todos me invitan” recitaba provocando las carcajadas en todo el auditorio con una broma que, en otras palabras, resume lo infravalorada que estuvo bajo mucho tiempo y el momento sublime que vive ahora.

Entre risas y cortes de censura ante la cantidad de palabras malsonantes que lanzó en pleno entusiasmo, Jennifer Coolidge nos descubrió con sus monólogos y discursos a una comediante nata. Una mujer que ahora queremos ver en todas las ceremonias posibles, revelándose como la anfitriona que Hollywood llevaba décadas desperdiciando. Su sentido del humor, su facilidad para reírse de sí misma y el mundo que le rodea, la espontaneidad y rapidez de su mente bromista, la convierten en un personaje imprescindible a partir de ahora. Hollywood ya no puede mirar para otro lado. Jennifer Coolidge y su magia cómica lo dejaron claro.

Solo hay que ver la reacción y ovación de los invitados a la ceremonia. Según pudo grabar un columnista de The Hollywood Reporter, la sala se quedó de pie y aplaudiendo cuando Jennifer terminó su discurso.

Una serie tan interesante y atrapante como The White Lotus la encumbró al lugar que no pudo conseguir durante varias décadas y ahora que Hollywood por fin la está descubriendo en todo su esplendor, no podemos volver atrás. Creo que no me equivoco al decir que queremos ver más de Jennifer Coolidge, en pantalla y presentando premios, haciéndonos reír con esa facilidad magistral. En resumen, Jennifer se encuentra en la cresta de la ola de su vida profesional y los Globos de Oro fueron el escenario que sentenciaron que su momento ha llegado. Por fin.

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