Jessica Alba tuvo que ser un camaleón para esquivar el lado más oscuro de Hollywood

BEVERLY HILLS, CALIFORNIA - MARCH 12: Jessica Alba attends the 2023 Vanity Fair Oscar Party Dinner Arrivals at Wallis Annenberg Center for the Performing Arts on March 12, 2023 in Beverly Hills, California. (Photo by Robert Smith/Patrick McMullan via Getty Images)
BEVERLY HILLS, CALIFORNIA - MARCH 12: Jessica Alba attends the 2023 Vanity Fair Oscar Party Dinner Arrivals at Wallis Annenberg Center for the Performing Arts on March 12, 2023 in Beverly Hills, California. (Photo by Robert Smith/Patrick McMullan via Getty Images)

Jessica Alba conoce de sobra los entresijos de Hollywood tras una vida entera surcándolos, adaptándose y transformándose como parte de su industria. A los 41 años es actriz, productora y empresaria. Su carrera empezó cuando tenía 13 años en cine y televisión para, de repente, cargar con la corona de sex-symbol y fenómeno mundial a los 19 a raíz del éxito de Dark Angel. Sin embargo, la fama y el reconocimiento trajo consigo la cara más oscura del negocio. Esa que tantas actrices han destapado en los últimos años, obligando a la joven Jessica a convertirse en un camaleón para protegerse.

Así lo reveló la actriz en un episodio de Who’s talking to Chris Wallace? de HBO Max y CNN (vía Variety), compartiendo con el mundo que adoptó una personalidad más masculina en aquellas primeras etapas en Hollywood. Que lo hizo a propósito para evitar el acecho de varios depredadores sexuales, mientras su imagen profesional se ceñía al prototipo de sex-symbol de moda. “Supongo que comprendí que tenía que ayudar a vender el producto” dijo a Wallace cuando le preguntó si le molestaba que los medios la cosificaran como sex-symbol. “Comprendí que era una decisión de negocios y estrategia. Así que pude distanciarme” explicó. Sin embargo, era muy joven y la cosificación tuvo sus consecuencias, haciéndola sentir “nerviosa” e “incómoda” en su propia piel.

No fue hasta que me convertí en mamá que realmente comencé a verme a mí misma como una mujer o un ser sexual o alguien que poseía su poder y su feminidad”, continuó Alba. “En ese momento, sentí que tenía que ponerme una armadura de masculinidad y energía masculina para que, ya sabes, no se aprovecharan de mí, porque había muchos depredadores en Hollywood desde los 12 hasta los 26 años”.

De esta manera, Jessica Alba optó por protegerse adoptando un disfraz más duro y masculino. “Era una guerrera. Emitía esa energía”, añadió. “Fui realmente dura. Maldecía como un marinero […] Creo que traté hacerme lo más inaccesible posible para que no se aprovecharan de mí”.

Todos aquellos que vivimos el ascenso profesional de Jessica Alba entre 2000 y 2002 con la serie creada por James Cameron podemos notar el contraste al que hace referencia entre líneas. Era la chica de moda. Había superado a más de 1.000 candidatas que también querían el papel de la súper soldado Max Guevara, convenciendo a James Cameron, al público y la industria en el camino. La serie duró solo dos temporadas pero fueron suficientes para lanzarla al estrellato como un símbolo de heroísmo femenino. Sin embargo, a pesar de los aires feministas del personaje, la actriz no se libró de la cosificación bajo la superficialidad del título de sex-symbol.

Su rostro y figura estaban por todas partes. La revista Maxim la incluyó varias veces en su lista de Hot 100, People la nombró una de las 50 personas más hermosas mientras FHM y Playboy también la añadieron a su lista de mujeres más sexis. Mientras que sus primeras películas, Honey (2003) y Sin City: Ciudad del pecado (2005) exprimieron al máximo su belleza y sex-appeal. Sin embargo, esta era la cara hacia la industria y el público. Porque detrás de los focos vivía una transformación personal para protegerse del acoso sexual. Como un camaleón.

Hace cinco años que se destapó la caja de Pandora más podrida de Hollywood a través de las acusaciones de abusos perpetrados por Harvey Weinstein y el efecto dominó consecuente. Gracias a los movimientos #MeToo y Time’s Up, decenas de mujeres de la industria se sintieron lo suficientemente protegidas como para finalmente contar sus experiencias. Y Jessica Alba fue una de ellas cuando dijo en 2018 a CNN’s TalkAsia que experimentó el acoso sexual “todo el tiempo”.

Porque, en su experiencia y tras haber comenzado tan joven, notó que el acoso era algo que simplemente tenía que aceptar como parte del negocio. “Supongo que no deberías aceptarlo, pero como actriz joven creciendo en la industria, aceptabas que era la forma en cómo iban a tratarte” dijo, añadiendo que el acoso solía suceder de diferentes formas. Hubo muchas circunstancias diferentes. Llevo haciendo esto desde los 12 años. Imagínense cómo sería”.

Con todas las historias que conocemos ahora, resulta devastador imaginar que una actriz en plena pubertad y adolescencia se haya visto en la necesidad de construir una persona diferente para protegerse. Siendo masculina, ruda y malhablada, con tal de mostrar una imagen que los acosadores rechazaran. Que no la vieran como la mujer sexy del cine y las revistas. Y si bien su revelación no nos sorprende a estas alturas, no deja de ser una verdad atroz al tratarse de una mujer más que terminó normalizando el acoso a su alrededor hasta el punto de encontrar métodos de protección siendo prácticamente una niña.

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