Joaquín Berthold: trabajó con Juana Viale, su pasión por el hockey lo llevó a ser el mejor arquero del mundo, y ahora enfrenta un desafío actoral

Joaquín Berthold:
Joaquín Berthold: "Hice muchas locuras en mi vida para poder hacer las dos cosas, arte y deportes" - Créditos: @Pilar Camacho

Desde que tiene uso de razón, Joaquín Berthold convive con el arte y el deporte. Con una mamá artista plástica y un papá jugador de hockey , él aprendió a amar ambas actividades al mismo tiempo. Y también se ocupa de las dos hasta el día de hoy. Es arquero de Primera desde hace 24 años del equipo de hockey del Club Sociedad Alemana de Gimnasia y jugó durante 15 en la selección argentina, fue subcampeón del mundo y fue elegido mejor arquero del mundo . Pero también es actor con más de 20 años de trayectoria y fue parte de Terra ribelle, Violeta, Juacas, Soy Luna, Sin código, Sos mi vida, Conflictos en red, 100 días para enamorarse, Argentina, tierra de amor y venganza e hizo decenas de obras de teatro y filmó varias películas. Hoy protagoniza el unipersonal Vincent, el loco rojo, todos los sábados, a las 20.30, en el Teatro El grito (Costa Rica 5459, Palermo). En una charla con LA NACIÓN, Berthold cuenta cómo es trabajar en famili a, revela cuál es el particular motivo por el que eligió la figura de Van Gogh, habla de mandatos familiares y también sobre su relación con Juanita Viale, con quien alguna vez hubo rumores de romance.

-Protagonizás un unipersonal en un teatro que es de la familia y rodeado de tu familia, ¿por qué eligieron hablar sobre Vincent Van Gogh?

-Mi mamá, Queli Berthold, es artista plástica y fundadora junto a toda la familia del teatro El grito, hace 20 años. En este espacio conviven el teatro y las artes plásticas y en casa también sucede lo mismo, desde que soy muy chiquito. Van Gogh es la inspiración de mi mamá, así que tuvimos la suerte de viajar a Holanda, visitar los museos, ver sus obras. Desde hace unos años mi mamá atraviesa un cáncer y es muy movilizador para toda la familia, entonces le pedí a mi hermana Florencia, que es dramaturga, que me escribiera un unipersonal sobre la historia de Van Gogh para regalárselo a mi mamá. Y lo hicimos en familia, mi hermana Flor escribió el unipersonal y lo dirige, mi mamá hizo los afiches, el vestuario y las fotos, y mi hermano Guillermo, que maneja El grito, hizo la puesta de luces y la parte audiovisual. Tenemos un hermano mayor que se dedica al deporte, y mi papá, Ricardo, es el gran sostén de todos, sigue jugando al hockey con 78 años. Hizo todo para que podamos tener El grito y está siempre. Nos inculcó que en la vida uno tiene que armar equipos y siento que para ser felices tenemos que armar buenos equipos, primero en casa y después en el trabajo, con los amigos, las relaciones. Como hermano segundo, yo tengo que hacer las dos cosas y toda la vida me dediqué al deporte y al arte, yendo de la cancha de hockey al teatro, combinando camarines con vestuarios.

-¿Cómo está hoy tu mamá?

-Mamá está bien, es una gran luchadora. Hace tres años le dieron tres meses de vida y la sigue peleando. Está en todas las funciones de Vincent...

-Mucho se contó sobre Van Gogh, ¿qué propone Vincent loco rojo?

-Estrenamos en septiembre del año pasado en El grito, hicimos temporada en Mar del Plata, ganamos una Estrella de mar a la mejor producción y fuimos nominados como mejor unipersonal y ganamos la mención especial “José María Vilches”. Ahora volvimos acá y hay posibilidades de ir a Madrid (España). Florencia le encontró una veta que quizá otros autores no profundizaron: Vincent es el segundo hijo de sus padres, tuvo un hermano mayor que murió al nacer, la tumba estaba en el jardín de su casa y se llamaba Vincent y él heredó ese nombre. Toda la obra pasa un poco por ahí porque no fue reconocido y se sintió excluido en su arte y también en el seno familiar. Van Gogh habla de un solo cuerpo para dos Vincent, uno vivo y otro muerto. Murió a los 37 años, vendió un solo cuadro a menos de lo que costaba un kilo de papas en ese momento, pero pintó 900 cuadros, hizo 1600 dibujos, escribió 800 cartas y siempre con esa pasión. Vincent, el loco rojo es una conversación con él en realidad; un Vincent hoy que sabe qué pasó con su historia, que no fue reconocido en vida por su arte. Y le habla a la gente sabiendo todo lo que pasó. Después va para atrás y cuenta su historia. Y de alguna manera terminamos hablando de lo que somos nosotros, de la conducta humana. Quién no se sintió excluido alguna vez con una mirada, en el trabajo, en el amor. Siento que la mejor manera de transitar el personaje es ser lo más fiel y sincero con mis estados emocionales.

-¿Cómo es la experiencia de trabajar en familia?

-Es maravilloso poder compartir con la gente que amás. El deporte también es en familia; jugué 15 años con mis hermanos en Primera División de equipos de hockey sobre césped. Fui subcampeón del mundo, fui elegido mejor arquero del mundo, jugué 15 años en la Selección. Me dediqué mucho al hockey. Los Berthold trabajamos bien en equipo y funcionamos . Yo tengo esa necesidad de formar equipos. Hay una frase que se la robo a Javier Daulte, con quien trabajé mucho y decía que le gusta armar elencos con quienes se iría de vacaciones. Y yo con mi familia me iría a cualquier parte del mundo. Cuando trabajás con gente que querés y compartís una pasión, todo resulta bien y es muy sano.

Joaquín Berthold:
Joaquín Berthold: "Quién no se sintió excluido alguna vez con una mirada, en el trabajo, en el amor" - Créditos: @Pilar Camacho

-Estás casado y sos papá, ¿también los incluiste esta vez en el trabajo en equipo?

-Sí, mi mujer, Luciana, hace la producción ejecutiva del espectáculo. Mis hijos acompañan viniendo a los ensayos y a las funciones; Lautaro tiene 14 años y Malena, 9. Son dos seres muy hermosos. Y Lautaro también juega al hockey como su bisabuelo, su abuelo, su papá, y sus tíos; es la cuarta generación de los Berthold.

-¿Alguna vez sentiste que seguiste mandatos?

-No, en lo personal nadie de mi familia hacía teatro ni era actor. Yo empecé hacer teatro de muy chico por un grupo de alumnos y exalumnos del colegio. El grupo se llamaba Unicornio y lo dirigía Carlos Kaspar y en mi primer obra yo tenía 14 años, A los 19 entré en el conservatorio. En lo deportivo sí es muy distinto, porque jugaba mi abuelo, mi papá, y todos mis hermanos al mismo deporte, en el mismo club. Pero no lo veo como un mandato sino una pasión enorme que se termina transmitiendo de generación en generación. Mis hermanos tienen hijos y la mayoría de ellos juega a otro deporte. El único que quiso seguir con el hockey fue Lautaro, mi hijo. Pero por mucho tiempo estuvo haciendo fútbol también y después terminó eligiendo el hockey. Creo que la libertad de elección es fundamental en la educación. Para mí el deporte es la gran escuela de la vida y doy charlas sobre ese tema.

-¿Estás activo en el hockey también?

-Sí. Soy arquero de Primera desde hace 24 años en el Club Sociedad Alemana de Gimnasia. Hasta el año pasado jugué en Madrid, donde me contrataron después de la pandemia. Nos fuimos en familia y me impulsó un poco la idea de que la carrera del deportista es corta y pensé que si no lo hacía en ese momento, no lo hacía más. Salimos campeones y fui elegido mejor arquero de Madrid. Después me volví, pero antes hice nexos con un montón de teatros y representantes y la idea es llevar Vincent... a Madrid este año.

-¿Alguna vez fue un problema hacer las dos actividades en paralelo?

-A veces fue doloroso bajarme de algunos proyectos que quería hacer para viajar a torneos. Y otras veces me bajé de torneos importantes para hacer teatro o filmar. Todo lo que hice siempre fue por algo bueno y tengo el privilegio de poder vivir de mi profesión desde hace muchos años. Muchas veces terminaba un partido a las 6 de la tarde y corría sin bañarme para llegar a hacer las funciones de teatro. Hice muchas locuras en mi vida para poder hacer las dos cosas.

A Joaquín Berthold le gusta trabajar en equipo y con su familia:
A Joaquín Berthold le gusta trabajar en equipo y con su familia: " Cuando trabajás con gente que querés y compartís una pasión, todo resulta bien y es muy sano" - Créditos: @Pilar Camacho

-Trabajaste con Juanita Viale hace unos años y se habló de romance, ¿cómo lo viviste?

-Hicimos El ardor en Mar del Plata y el año pasado recorrimos Uruguay con la obra. Es la segunda vez que nos inventan un romance; la primera fue cuando estuvimos juntos en un Martín Fierro y al día siguiente mi mujer me dijo: “¿qué hiciste anoche?” (risas). Porque había visto que hablaban de eso en tele. No es algo que nos moleste ni nos movilice ni nos preocupe lo que pueda decirse. Puedo entender la situación, Juana es tan mediática que le enchufan muchos novios y yo fui uno de ellos... Somos muy amigos, el año pasado pasamos las fiestas juntos en su casa, después estuvimos juntos en Madrid porque yo estaba ahí y ella fue a hacer un unipersonal. Es amiga de mi mujer también.

-¿Tenés proyectos?

-Estoy grabando una serie para Star+, en estos días viajamos a rodar al Sur. Trato de negociar estar los fines de semana en Buenos Aires para poder jugar y hacer la función. Y cuando filmo, en mis ratos libres salgo a correr para después estar bien y poder jugar. Y este año también se estrena en Disney la serie Selenkay, de la que participé. Y a fin de año se estrena Helmut Ditsch, que es una película sobre un pintor argentino que hoy vive en Austria y los primeros cuatro cuadros más caros de la historia son de él. Lo interpreto a él... Me persiguen los artistas plásticos desde hace un tiempo... (risas). Filmamos en Europa y tuvimos la oportunidad de hacerlo también en la Academia de Bellas Artes de Viena, en el salar de Uyuni, en Bolivia. Lo conocí y nos conectamos de una manera mágica. Una experiencia maravillosa.