José Cibrián: el “aristocrático” español seducido por la Argentina que forjó con su gran amor una dupla imbatible

José Cibrián: el “aristocrático” español seducido por la Argentina que forjó con su gran amor una dupla imbatible
José Cibrián: el “aristocrático” español seducido por la Argentina que forjó con su gran amor una dupla imbatible - Créditos: @DYN/GENTILEZA LA NACION

Fue un pionero de la televisión argentina y su ductilidad le permitía enamorar a las jovencitas con su ternura, pero también podía despertar odios cuando interpretaba a un villano de mirada adusta. De estirpe de actores, brilló en comedias y en clásicos de teatro, y se destacó en muchas películas durante la época de oro de nuestro cine. José Cibrián era un apasionado. Había nacido en Buenos Aires el 25 de febrero de 1916, durante una gira de sus padres, los actores españoles Benito Cibrián y Pepita Meliá. Creció en España, y en un principio creyó que su destino estaba lejos de las tablas. Pero fue por poco tiempo. Hizo tres años de ingeniería hasta que acompañó a sus padres en una gira, se enamoró del teatro y ya no pudo soltarlo nunca más. Fue una estrella en México y recaló en la Argentina, donde hizo teatro, cine y televisión, y falleció el 28 de diciembre de 2002 . Aquí también vivió su historia de amor con Ana María Campoy, con quien tuvo dos hijos, Roberto y Pepito.

José Cibrián
José Cibrián - Créditos: @NN

Tenía 20 años cuando hizo sus primeras obras de teatro, una gran intuición y talento, y el apoyo incondicional de sus padres. Trabajó como pudo durante la Guerra Civil Española, pero cuando terminó, en 1939, emigró a México con su familia. Allí se desarrolló como actor, y se destacó interpretando a Jesús en una representación de la Pasión. Fue tanta la repercusión que el espectáculo, programado para Semana Santa, pudo verse durante seis meses y además le sirvió para que lo eligieran para hacer Jesús de Nazareth en la pantalla grande. La película fue un éxito y filmó decenas más, y algunas se estrenaron en los Estados Unidos. Hizo Amor de mis amores, Santa, Así son ellas, La trepadora, Como tú ninguna, La monja alférez, El secreto de la solterona, Más allá del amor, La hija del regimiento, El desquite, Los maridos engañan de 7 a 9, No te cases con mi mujer, Soltera y con gemelos, El puente del castillo, Como tú ninguna, El hombre de la máscara de hierro, El globo de Cantolla, Tribunal de justicia, La trepadora, Su gran ilusión y La mujer que quiere a dos, entre otras.

El amor de su vida

Cibrián también creó su propia compañía teatral, con la que recorrió México y el Caribe. Por ese entonces conoció a Ana María Campoy, el gran amor de su vida; fue cuando sus padres la contrataron para hacer una película con Tita Merello, Cinco rostros de mujer. En rigor, ella lo había visto por primera vez cuando apenas tenía 8 años y él 18. Fue sobre el escenario del Teatro Romea de Barcelona y ella siempre dijo que quedó flechada . Pero no se volvieron a ver hasta muchos años después, en México, y cuando ella ya era mayor de edad y se ganaba la vida como actriz. “Él tenía una amante oficial, una mujer mayor, y otras amantes. Pero como soy muy tenaz y logré sacarle todos esos satélites de alrededor”, contó la actriz hace muchos años. Pronto se fueron a vivir juntos, y se casaron el 7 de enero del 47, en Guatemala, en plena gira teatral. Al año siguiente, y en medio de una gira en Cuba, nació Pepito.

José Cibrián y Ana María Campoy
José Cibrián y Ana María Campoy - Créditos: @ANNEMARIE HEINRICH

Habían venido a la Argentina en varias oportunidades, siempre trabajando, y a fines de 1949 decidieron instalarse definitivamente en Buenos Aires. En 1953 hicieron la primera comedia familiar en televisión, Cómo te quiero Ana, y tuvieron un éxito arrollador. Cinco años después nació Roberto, cuando ya eran la pareja más querida en el mundo del espectáculo.

Cibrián hizo su presentación teatral en la Argentina con Una página en blanco y siguió con ¡Cómo besa este hombre!, Agua en las manos, La tercera palabra, Mi bella dama, La novicia rebelde, Desnudar al desnudo, ¡Sí, quiero!, Oro y paja, Anillos para una dama, Cena íntima para tres, Ocho preguntas a un monarca. En 1972 volvió a México, invitado por la actriz María Rivas para representar El príncipe y la corista, de Terence Rattigan, y luego Noches de angustia, con Amparo Rivelles y Marty Cosens.

Sobre su rol de actor y director, decía: “Cumplo un doble papel en la compañía y, sin embargo, no soy de aquellos directores demasiado severos, aunque hay intérpretes que necesitan sacudimientos… El director, cuando también es actor, permite que la pieza no se descoloque. Una mirada basta muchas veces para volver una escena a su marcación inicial… La fuerza de la comedia radica en el diálogo, y son importantes los matices, los tonos, las pausas. Suelo detenerme muchas veces para que el elenco haga lo que he marcado con un ritmo preciso ”.

En 1951, Cibrián empezó a filmar en nuestro país. Hizo El extraño caso del hombre y la bestia, Escándalo nocturno, Los árboles mueren de pie, El pendiente, La noche de Venus, Cubitos de hielo, Enigma de mujer, La hermosa mentira, Reportaje en el infierno, La patota, La cigarra no es un bicho, Extraña ternura, Con el más puro amor, Los debutantes en el amor, Pájaro loco. Gran Valor en la Facultad de Medicina, junto a Juan Carlos Calabró en 1981, fue su última película.

Fue un pionero de nuestra televisión, y además de Cómo te quiero Ana, con guiones de Abel Santa Cruz, junto a Campoy hicieron Cómo te odio Pepe, y formó parte de otros ciclos como Los Piedra Pómez, la novela Topaze junto a Amelia Bence, algunos de los unitarios de Alta comedia y la comedia musical Show Rambler, junto a Dringue Farías, entre otras cosas.

José Cibrián y Ana María Campoy
José Cibrián y Ana María Campoy - Créditos: @ANNEMARIE HEINRICH

Aunque se hablaba de infidelidades por parte de él, dicen que ella enseguida lo corregía y estuvieron juntos hasta el final, compartiendo trabajo y amor . En 1990, el actor tuvo un accidente cerebro vascular que le dejó secuelas graves. Ana lo cuidó hasta que falleció, doce años más tarde. “La gente creyó que yo era la que mandaba y no era así. Pepe fue el hombre que manejó mi casa y mi vida”, decía en ese entonces.

El recuerdo de Pepito

Pepito Cibrián, que sigue el linaje de sus padres y abuelos, recordó a sus padres invitado a la mesa de Mirtha Legrand: “Los padres de mi padre eran actores muy ricos. En cambio, los padres de mi madre eran actores muy pobres; se llamaban actores de la legua. Papá era un hombre que estudió, mi abuelo quería que fuese ingeniero de puentes y caminos, pero mi papá dijo que no, se fue a trabajar a los 19 años… Se exiliaron en México y ahí fue donde contrataron a mamá, para filmar con Tita Merello Cinco rostros de mujer… Cuando llegaron a la Argentina mi padre era un galán muy importante en México. Y mamá era una figura en España, pero el cine español no llegaba a nuestro país… Tuvieron una relación tan bella toda su vida, él era muy generoso con mamá. Mamá era muy ampulosa y, en cambio, mi papá era mucho más recatado, aristocrático ”.

José Cibrián y Ana María Campoy
José Cibrián y Ana María Campoy

Y también contó una anécdota que hizo reír a todos: “Mi padre era daltónico y recuerdo en una obra que se llama Las domésticas, en la que estábamos nosotros tres. Ellos tenían un cambio de maquillaje que debían realizar con gran rapidez. Me acuerdo que yo interpretaba a un mayordomo de características bastante tétricas y mi papá, en determinado momento, salió pintado de rojo y mi mamá no aguantó la risa. Mi papá, ya estallando de bronca, le mascullaba, entre dientes, qué le pasaba por qué se reía tanto y ella con la gracia que la caracterizaba le respondió: ‘Pasa que saliste al escenario disfrazado como un indio Sioux’. Todos estallaron de risa en el teatro”.