Kitty de Hoyos, la estrella que sufrió mucho por el desnudo que la hizo famosa

Kitty de Hoyos/Foto tomada de Wikipedia
Kitty de Hoyos/Foto tomada de Wikipedia

Alejada de las pantallas cinematográficas durante la década de los 70 para enfocarse de lleno a las telenovelas, María Cristina Guadalupe Vega Hoyos, más conocida como Kitty de Hoyos, reapareció en cine en 1981 con la película Como México no hay dos, otro de los filmes de aquella época con que se proyectaba a Vicente Fernández como imán taquillero. Fue su último trabajo cinematográfico.

Así ponía punto final a una carrera fílmica que tuvo en las décadas de los 50 y los 60 su gran momento. Su filmografía fue amplia, es una de las actrices que incursionó prácticamente en todos los géneros, pues hizo terror, comedia, comedia ranchera, comedia romántica, melodrama, fantasía, ciencia ficción. Entre sus personajes más laureados pueden mencionarse el de Clarisa Fernández en La loba (Rafael Baledón, 1955) y la bruja Salomé en Los jinetes de la bruja (Vicente Oroná, 1966).

En La loba interpreta a una mujer que es víctima de una extraña maldición que la transforma en un ser licántropo cada luna llena. Se trató de una irrupción en el cine nacional por adaptar la célebre historia del hombre lobo al sexo femenino en una atmósfera campirana. Mientras tanto, en Los jinetes de la bruja se mostró como una bruja desaliñada, sucia y misteriosa para evidenciar que su talento no tenía que ver con su belleza.

Los papeles que interpretó al principio de su camino actoral en cine motivaron a que la encasillaran como mujer fatal y símbolo de la sensualidad. Dicha apreciación sobre su trabajo se basó en la aparición a cuadro con atuendos cortos o ajustados para que luciera las piernas. Pero el factor determinante para catalogarla como "vampiresa" fue un semidesnudo que hizo en Esposas infieles (José Díaz Morales, 1956).

La película cobró relevancia porque Kitty de Hoyos muestra desnudo el torso del cuerpo por unos segundos, es decir, vientre y senos. Desde ese momento hasta la década de los 80, tuvo que soportar el estigma de ser identificada como intérprete de personajes femeninos agresivos, eróticos e inmorales. Nada más distante de la realidad. Basta ver Aventura al centro de la tierra (Alfredo B. Crevenna, 1965) para observar que sus protagónicos también eran románticos, aventureros, dolorosos y con ropa.

Fue en 1981 cuando el periodista Ricardo Rocha retomó este tema cuando entrevistó a Kitty de Hoyos. Teniéndola como invitada en su programa Para gente grande, Rocha le preguntó cómo fue que llegó al mítico desnudo y qué repercusiones tuvo en ella. "Fui famosa por esa película. Pero desde entonces me encasillaron en que yo hacía desnudos. Yo no hice más que un solo semidesnudo en mi vida", respondió la actriz.

Deteniéndose en ese pasaje, Kitty de Hoyos se sinceró al compartir que llegó al cine obligada por su mamá, una mujer que quiso cumplir sus sueños frustrados a través de la hija. Eso implicó que Kitty fuera a hacer castings con 13 años de edad para papeles de adulta. Para que no la rechazaran, su madre decidió pintarle el cabello y así conseguir que se viera más grande de lo que aparentaba.

Sus primeras incursiones en películas fueron siendo menor de edad en roles de mujer adulta. A la postre eso le trajo fuertes crisis a Kitty. Después de Esposas infieles, y como consecuencia de los ataques que sufrió por parte de la prensa por el semidesnudo, la actriz padeció inseguridad y depresión. "Hubo influencia en mi personalidad. Lloré 15 años por todo lo que ponían en el periódico. Me costó 15 años", le contó a Ricardo Rocha.

Cabe aclarar que en un periodo esta situación pudo ser concebida como algo más grave. Por confusiones y desinformaciones, el año de nacimiento de la actriz tuvo dos datos. Por un lado se decía que nació en 1936, fecha exacta. Por el otro, se indicó que nació en 1941, fecha falsa, pero que dio pauta para considerar que Kitty de Hoyos hizo Esposas infieles con 15 años, lo cual no ocurrió. Participó en el filme con 19. No obstante, la imposición materna para actuar desde los 13 y el semidesnudo detonaron en ella afectaciones emocionales por más de una década.

Una forma de combatir el daño fue a través del teatro. En Bellas Artes, con la puesta en escena Sangre verde, bajo las órdenes del dramaturgo y escritor Salvador Novo, Kitty de Hoyos se ganó el respeto de la crítica. Motivada porque se hablaba de la calidad interpretativa en los escenarios, se inclinó por continuar en obras teatrales y así suavizar el ataque hacia su persona, aparte de incentivarse a sí misma para no abandonar la actuación.

Kitty de Hoyos falleció en 1999 a los 63 años víctima de cáncer de colon. Es abuela de los actores Diego e Iván Amozurrutia.

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