La nueva realidad de Kevin Sorbo: el ‘Hércules’ ultraconservador vetado por Hollywood

Kevin Sorbo durante el estreno de 'Kiss the Bride' en la noche inaugural del 8º Festival Anual de Cine Gen Art en Loew's Lincoln Square en Nueva York, Nueva York, Estados Unidos. (Foto de Sylvain Gaboury/FilmMagic)
Kevin Sorbo durante el estreno de 'Kiss the Bride' en la noche inaugural del 8º Festival Anual de Cine Gen Art en Loew's Lincoln Square en Nueva York, Nueva York, Estados Unidos. (Foto de Sylvain Gaboury/FilmMagic)

Hace cerca de 30 años, Kevin Sorbo tocó la cima de su carrera. Tenía 37 primaveras y llevaba una larga temporada buscando su gran oportunidad como actor. Lo habían rechazado para el papel de Superman (cuando Dean Cain lo superó en el casting de Lois y Clark) y como Fox Mulder en Los expedientes secretos X (que fue para David Duchovny), hasta que la Antigua Grecia llegó a su vida.

Hércules: Los viajes legendarios (1995-1999) le abrió las puertas del negocio, siendo uno de los programas sindicados de mayor audiencia y convirtiendo a este exmodelo en una de las figuras más populares de finales de los ’90. Sin embargo, el éxito no duró cuando terminó la serie y, en la actualidad, en lugar de ser noticia por sus películas o trabajos interpretativos, lo es por su deriva ultraderechista y polémicas opiniones que incendian las redes con la rapidez de un fósforo.

Por ejemplo, la última bomba mediática de este defensor de Donald Trump llegó en forma de ensayo. Lo publicó en Fox News con un titular que evidencia su vena más provocativa: ‘Hagamos que Hollywood vuelva a ser varonil’. ¿De qué habla? Básicamente de lo que sugiere el título: criticar que, según él, actualmente predominan las películas sobre mujeres “jefazas” y que las producciones masculinas incluyan a “mujeres audaces, confiadas y seguras” que “eclipsan a los hombres pasivos, que pasan silenciosamente a un segundo plano”.

Y por ahí también mete a Timothée Chalamet en el saco.

El actor acusa a la industria de convertir a los “padres” en “idiotas torpes e inútiles” y de “ensalzar a los hombres andróginos”, utilizando a la estrella de Duna como ejemplo de su queja. Dice que los hombres como Chalamet y aquellos que “hacen ejercicio” o se visten “como un hombre” pueden “caer presos de la crisis de la masculinidad”. “Para conquistar el mundo, los hombres deben conquistarse a sí mismos. Y, lamentablemente, hoy los hombres han sido conquistados”, sentencia.

“Fuimos sometidos por el alcohol, las drogas, los videojuegos, la pornografía y otros entretenimientos. La caricatura del hombre inútil en el sótano de sus padres representa cada vez más la vida real”, escribe. “Si eres víctima de tus propios deseos, la cultura feminista ha ganado. Eres exactamente el tipo de hombre cobarde que ellas quieren que seas”, declara sin tapujos.

Para él, “el hombre de hoy” debe “convertirse en el líder servidor que su familia y comunidad necesitan”, asegurando que “es el tipo de hombre que Hollywood se niega a representar”.

Kevin Sorbo sostiene un hacha en una escena de la película 'Kull el Conquistador', 1997. (Foto de Universal/Getty Images)
Kevin Sorbo sostiene un hacha en una escena de la película 'Kull el Conquistador', 1997. (Foto de Universal/Getty Images)

El ensayo en cuestión forma parte de su propia campaña para promocionar un libro que publicó recientemente titulado The Test of Lionhood que, según su propia explicación, “tiene como objetivo ayudar a una generación de jóvenes varones a crecer y convertirse en hombres fuertes que lideren con coraje y valentía”.

Y si bien es probable que a ciertos espectadores les sorprenda esta vertiente polémica del actor tras haberle perdido la pista a finales de los ’90, en realidad, es otra puntada más en el tejido de polémicas que lleva protagonizando desde hace varios años. Y que, según él, hizo que Hollywood lo desterrara por completo.

Así lo dijo a mediados de agosto en una entrevista con Fox News, asegurando que Hollywood lo incluyó en su “lista negra” debido a sus creencias cristianas y opiniones conservadoras. Explicó que su manager y agente “de años” renunció a sus funciones porque no le podía conseguir trabajos por eso mismo. “Y casi tuve que reírme porque es una industria que pide a gritos tolerancia y, sin embargo, es una calle de sentido único”, proclamó.

En realidad, Kevin Sorbo lleva provocando a la cultura de la cancelación, el movimiento woke y la hostilidad ultra que transita por Twitter (ahora X) desde hace varios años a través de comentarios que han tocado extremos homófobos, machistas y racistas.

Sin ir más lejos, este defensor de Donald Trump -llegó a decir que hasta ‘Jesucristo votaría por él’ (TMZ)- llegó a defender las historias machistas en torno al expresidente, justificando su comportamiento con el éxito de Cincuenta sombras de Grey. “Si las mujeres están tan molestas con el lenguaje sucio que utiliza el presidente, ¿quién diablos compró 80 millones de copias de Cincuenta sombras de Grey?”, publicó en Twitter en 2019.

También arremetió contra los ‘dreamers’ en 2018, la generación de jóvenes indocumentados que Trump amenazó con deportar durante su mandato presidencial. “Solo en América los ciudadanos legales son calificados de ‘racistas’ y ‘nazis’, mientras que los extranjeros ilegales son tildados de ‘soñadores’”, escribió en Twitter evidentemente sin comprender el significado migratorio, empático y esperanzador del apodo.

A su vez, no solo defendió la construcción del dichoso muro prometido por Trump en la frontera con México, sino que llegó a relacionar la inmigración ilegal con los tiroteos masivos ocurridos durante 2018 en EEUU. Y si todo esto no fuera suficiente, su celebridad ultraderechista se completa con su rechazo al derecho al aborto y la comunidad homosexual en Hollywood. No solo participó en una conferencia antiLGTBI+, sino que incluso señaló a Disney por incluir un beso homosexual en un dibujo animado.

En los últimos días defendió a Russell Brand tras salir a la luz las acusaciones de abusos vertidas por cuatro supuestas víctimas, escribiendo en Twitter: “Inocente hasta que se demuestre su culpabilidad está muerta en América”. Algo similar a lo que escribió en 2019 cuando la actriz y directora Haley Webb criticó una publicación antifeminista del actor, revelando que Sorbo había intentado “presionarla” cuando era “tres décadas más joven que él” para que durmieran juntos, avergonzándola “en el plató cuando se negó a hacerlo”, insistiendo que el director añadiera “escenas innecesarias de sexo”.

“Solía ser que eras inocente hasta que se demostrara lo contrario”, contestó Sorbo. “Pero, gracias a Internet, puedes decir lo que quieras sobre cualquier persona y no importa si es verdad o no. ¡Ahora eres culpable, punto! Oye, está en Internet, ¡debe ser verdad!”

NUEVA YORK, NUEVA YORK - 13 DE SEPTIEMBRE: Kevin Sorbo visita los estudios SiriusXM el 13 de septiembre de 2023 en la ciudad de Nueva York. (Foto de Cindy Ord/Getty Images)
NUEVA YORK, NUEVA YORK - 13 DE SEPTIEMBRE: Kevin Sorbo visita los estudios SiriusXM el 13 de septiembre de 2023 en la ciudad de Nueva York. (Foto de Cindy Ord/Getty Images)

Digamos que cada vez que Kevin Sorbo teclea en Twitter, obtiene la respuesta reaccionaria que probablemente espera con cientos de comentarios a favor o en contra. Porque en ese hervidero de opiniones y hermetismo ultra que son las redes sociales, el actor tiene veda libre para provocar y lanzar lo que quiera.

Hasta Stephen King -crítico de Trump y defensor de Joe Biden- reaccionó contra sus publicaciones. Así como su compañera de serie, Lucy Lawless. La protagonista de Xena: la princesa guerrera -spin off de Hércules-, que lleva varios años erigiendo un perfil contrario como feminista y activista medioambiental, lo acusó de ser un “habilitador” al que “le gusta dar cuerda” a “terroristas locales” después de que Kevin Sorbo sugiriera la teoría conspiratoria de que los Antifa estaban tras el salto al Capitolio en enero de 2021, en lugar de partidarios de Trump.

En la actualidad, Kevin Sorbo parece vivir una realidad muy distinta de la que disfrutó a comienzos del nuevo siglo. Detrás de un teclado y lejos de las alfombras rojas de la meca del cine. Sigue trabajando como actor pero su currículo se reduce a producciones de tendencia religiosa cristina. Esas que se ruedan a la velocidad del rayo, sin alta trascendencia comercial. En resumen, quien llegó a protagonizar una de las series más populares de los '90, genera más conversación y titulares por sus palabras que por sus películas. Como si lo único que le quedara fueran las migajas de la provocación mediática.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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