Bruce Willis y Cybill Shepherd llegaron a odiarse en ‘Luz de luna’ y esta es la historia detrás
Hablar de Bruce Willis en la actualidad provoca sentimientos encontrados entre el recuerdo de su imponente figura en Hollywood y la situación que está viviendo. Sobre todo porque su triste realidad parece haber avanzado desde que dieron a conocer el diagnóstico de demencia frontotemporal que padece. Su esposa, Emma Heming, admitió en el programa Today que es "difícil saber" si está consciente o no de la enfermedad, descubriendo que "la demencia es dura", tanto "para la persona diagnosticada" como "para la familia".
Sin dudas, una noticia devastadora al tratarse de un actor que dejó una huella imborrable. No solo en la industria, sino también entre los espectadores. Y precisamente por el lugar especial que ocupa en la memoria colectiva del mundo, les propongo celebrar su legado con anécdotas como las que les traigo a continuación.
Creo que no hace falta ser un experto cinematográfico para saber que la química entre actores es algo que surge. Que existe de manera natural y que, cuando sucede, se crea un puente de conexión que nos atrapa por completo. (Por mucho que Hollywood pueda forzarla adornándola con efectos especiales, la luz ideal o la banda sonora perfecta, como supuestamente hicieron con Amber Heard y Jason Momoa en Aquaman). Cuando la química es real se nota. Y si hubo dos actores que definieron su significado para la posteridad, esos fueron Bruce Willis y Cybill Shepherd. Porque lo que consiguieron con Luz de luna a mediados de los ’80 trascendió las fronteras televisivas con una química tan explosiva que se convirtió en la gran protagonista de la serie y sus carreras.
Porque mientras sus personajes alargaban la consumación de la atracción con un primer beso que tardó más de dos temporadas en llegar, haciendo de la expectación un arma para el éxito mucho antes que Friends o Los expedientes secretos X, los tabloides expandían los rumores de tensión, discusiones y peleas como si fueran las consecuencias de la tensión sexual no resuelta. Sin embargo, la verdad es que hubo más en esta historia que los tabloides no conocían por entonces. Y fue Cybill Shepherd quien lo contó años más tarde, revelando que más allá de las discusiones y peleas en el set, cayeron en la tentación bajo esa tensión tan evidente.
La serie detectivesca fue la plataforma que ayudó a Bruce Willis a darse a conocer y elevar su posición en la industria, antes de sorprender a Stallone y Schwarzenegger cambiando el prototipo de las estrellas de acción sin músculos de acero a través de Duro de matar (1988). Por aquel entonces transitaba por Hollywood como un actor del montón, haciendo trabajos como extra y con personajes pasajeros en cine y televisión (estuvo en un capítulo de Miami Vice y The Twilight Zone), hasta que superó a dos mil aspirantes para el papel del detective David Addison.
El caso de Cybill Shepherd era diferente. Ya era una actriz consagrada tras haber participado en éxitos como La última película y Taxi Driver, y haber sido nominada al Globo de Oro en 1972 en la categoría a la actriz recién llegada más prometedora (sí, esa categoría existía). A Cybill ya la habían seleccionado como protagonista de la serie y cuando sintió la química natural que la conectaba con Bruce Willis supo enseguida que debía ser su compañero.
“Sólo tengo que decir una cosa sobre Bruce. Nunca se consideró a nadie más para el papel cuando entró en la sala”, dijo Cybill Shepherd a Extra en 2022. “Mi temperatura subió 10 grados. Eso significó dos cosas para mí: una, me sentía muy atraída por él, dos, nunca actuaría en consecuencia, porque ambos nos sentíamos muy atraídos el uno por el otro”.
Aquello se notaba a la legua y cualquiera que haya vivido aquella época recordará la tensión y química sexual que transmitían en cada escena. Es cierto que la serie recurría a las discusiones, tensión y picardía de los personajes para generar expectación en torno a la consumación definitiva de la relación. El flirteo formaba parte de la narrativa, así como la tensión entre ambos y el romance que los sobrevolaba constantemente. Sin embargo, por mucho que formara parte de la intención de la serie, nadie puede negar que funcionó gracias a la química real que tenían sus protagonistas. Ellos eran el alma de cada escena.
Sin embargo, el asunto terminó escalando.
Porque la misma actriz reveló en su libro Cybill Disobedience del año 2000 (a través de New York Post), que ambos cedieron a la tensión y la química en una ocasión. Cuenta que terminó preguntando: “¿Vamos a hacer algo al respecto o qué?” y, a continuación, el actor fue a su casa. “No pasó mucho tiempo y ya nos estábamos besando apasionadamente”, escribe. No obstante, tuvieron dudas de llevar las cosas más lejos porque todavía estaban trabajando juntos. “Nunca terminamos lo que empezamos”, sentenció.
Según la anécdota que cuenta Cybill, habrían decidido mantenerse profesionales y dejar la atracción a un lado. Tal vez para no complicar la relación laboral, los encuentros en el set o alimentar las habladurías. No obstante, viendo cómo terminaron las cosas, cualquiera diría que esa tensión sexual no resuelta se terminó intensificando y tomando otra forma.
Porque no solo empezaron a discutir cada vez más, sino que terminaron “odiándose”. “Teníamos peleas todo el tiempo”, dijo la actriz en una entrevista con la Fundación de la Academia de Televisión, matizando que esas discusiones formaban parte de la preparación de sus escenas. No obstante, también dijo a Entertainment Weekly en 2005 que “había llegado a un punto en el que simplemente nos odiamos”, explicando que, “de todos modos, era un programa muy volátil, pero eso también es lo que lo hizo grandioso”.
La cosa se complicó suficiente como para que Bruce Willis no tuviera reparos en admitir que no pensaba volver a trabajar con ella en el futuro. Lo dijo en 1990, apenas un año después del final de la serie. “Luz de luna fue un show estupendo para mí, me divertí mucho haciéndolo, pero llegó un punto en el que ya no era divertido”, declaró a The Arsenio Hall Show. “Llegó un punto en que nos quedamos sin ideas para los personajes y terminó siendo una serie sobre dos personajes gritándose. Mucha de la atención se colocó en Cybill y yo, en lugar de David y Maddie”.
“Sé que hay mucha gente que le gustaría escucharme criticando a Cybill, pero no voy a hacerlo. No voy a jugar ese juego", sentenció evitando darle a los tabloides lo que estaban buscando. "No nos llevábamos muy bien, diré eso, pero eran 14 horas al día, 5 días a la semana y estaba trabajando 12 meses al año. Hacía 9 meses en la serie y después me iba a hacer una película. Era algo difícil de hacer. No tengo resentimientos y no me interesa decir cosas malas sobre ella”.
El tiempo pasó y aquella tensión que vivimos los espectadores en los ’80 se solidificó como algo negativo a raíz de las historias de tabloides que hablaban de dos actores que no se llevaban bien. Sin embargo, como bien revela la anécdota de Cybill, así no fue como empezó la historia. Sino que esa química que transmitían en pantalla era tan real como que llegaron a ponerla a prueba, haciendo de la tensión sexual y la química un conducto para desatar las emociones que se provocaban mutuamente. En este caso, sin consumarla nunca y desviándola hacia una familiaridad explosiva en forma de peleas.
Ella misma lo rectificó en 2018 cuando, delante de Bruce Willis, en un especial de Comedy Central dijo: “Bruce y yo nos sentíamos muy atraídos pero la familiaridad puede generar desprecio, así que no actuamos en consecuencia. Muy mal porque considerando lo mucho que terminamos odiándonos, el sexo habría sido increíble”.
Y mientras Bruce reía, ella continuaba: “Claro que nuestra relación era volátil y a veces explosiva, pero al final fue la fórmula perfecta para el éxito. Sé que no hemos tenido una conversación en 30 años, pero tendremos algo más importante: residuos”, bromeaba sobre los famosos ‘residuals’ que las cadenas pagan a los actores cuando se reemiten series del pasado (y que actualmente tiene a los actores de Hollywood en huelga dado que no existe un acuerdo similar con las plataformas streaming).
Luz de luna terminó tras cinco temporadas cuando el éxito cinematográfico de Bruce Willis con Duro de matar y la maternidad de Cybill (con gemelos) obligó a dispersar la historia con menos participación de sus protagonistas. El interés se disipó, los ratings cayeron y la serie se canceló. Pero dejó una huella enorme en la carrera de ambos pero, sobre todo, entre los televidentes a través de esa química que tuvo a una generación en vilo.
Por último, si bien la serie lleva décadas desaparecida de la pantalla, Hulu la incluirá en su catálogo en EE.UU. a partir del 10 de octubre. Lo que puede significar que no tardemos mucho en verla en otros territorios a través de los servicios afiliados de Disney. Quizás en Star+ o Disney+.
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