La serie de Netflix que funciona como antídoto para levantar el ánimo

Mae Martin y Charlotte Ritchie en 'Feel Good' (Cortesía de Netflix)
Mae Martin y Charlotte Ritchie en 'Feel Good' (Cortesía de Netflix)

Si algo nos confirma el éxito de Barbie y sus 1,227 millones de dólares recaudados (una cifra multimillonaria que sigue creciendo cada semana) es que el mundo quiere entretenerse. Que está hambriento de fenómenos ligeros que nos evadan de la realidad, diviertan y propongan algo original en medio de la vorágine del streaming y en pleno agotamiento de las sagas y el cine de superhéroes.

Es más, en este caso, ni siquiera importa si saliste del cine convertido en fan de Ken o si pasaste página rápidamente con otra película. No hace falta irse a los extremos para coincidir con que Barbie ofrece una experiencia que ayuda a salir del cine con una sonrisa. Que levanta el ánimo como buena ‘feel-good movie’. Y les digo esto porque, a falta de otro estreno que repita el fenómeno, quizás desconocen que Netflix tiene en su catálogo un título con capacidad para entretener, evadir y levantar el ánimo con su mensaje.

Les advierto que no se trata de una serie de muñecas ni nada que se le parezca. En realidad no comparten ningún denominador común a nivel narrativo, sino que menciono a Barbie como referencia por las ganas que hay en el ambiente de conectar con una historia que evada y nos toque el corazón de alguna manera. Ya sea desde la nostalgia, el mensaje feminista o la superación personal de los personajes. Y si algo consigue precisamente Feel Good es conectar con el espectador a través de la empatía, contando una historia profunda desde la ligereza que aporta la comedia, creando una magia narrativa que hace inevitable que no terminemos con una sonrisa ante un mensaje tan bonito como que puedes encontrar la manera sentirte bien a pesar de todo.

Feel Good está compuesta por dos temporadas de seis episodios cada una. En total, puedes devorar una temporada completa en menos de tres horas. Sin embargo, no dejes que su corta duración te lleve a pensar que se trata de algo fugazmente olvidable, porque lo que consigue su creadora y protagonista, la comediante canadiense Mae Martin, es de una profundidad preciosa.

Lo maravilloso de Feel Good es que resume una historia de superación personal, aprendizaje y transición adulta, tratando temas como el trauma, ataques de pánico, adicciones, confusión en la autoidentificación de género, dependencia emocional y relaciones tóxicas, enmascarados en la comedia ligera.

'¿Toda esta profundidad dramática en forma de comedia y en tres horas por temporada?', se preguntarán algunos. Y la respuesta es que sí, esto y mucho más pero desde una cercanía emocional que la hace reconocible y real. Porque así como Barbie nos lanza mensajes feministas, de superación y emancipación personal que nos llegan al corazón en medio de una comedia light, Feel Good apuesta por el factor humano como mensaje principal.

Feel Good, una de las series LGBTQ+ de Netflix, atrapa desde el momento que nos presenta a su protagonista insegura, una humorista canadiense que llega a Inglaterra buscando iniciar un nuevo capítulo en su vida. Sin embargo, un pasado marcado por las adicciones hace sombra a sus intenciones, añadiendo una mochila constante de autodestrucción y culpa. En la primera temporada, Mae -que comparte el mismo nombre de la creadora al haberse inspirado en su propia vida- conoce a George (Charlotte Ritchie), una chica heterosexual que descubre su bisexualidad enamorándose de la comediante. Son distintas y viven etapas diferentes de sus vidas. En cierto modo, George se convierte en la nueva adicción de Mae, su cable a tierra y vía de escape a través de las nuevas emociones que la ayudan a enmascarar sus fantasmas. Mientras Mae es una aventura nueva para George, un amor diferente que crea dependencia mutua. Una porque la necesita, la otra porque se siente necesitada.

A su vez, la segunda y última temporada amplía ese abanico de emociones manteniendo los mismos niveles de humor, pero aportando mensajes sensibles y humanos que atraviesan la pantalla (y con Lisa Kudrow aportando momentos irónicamente brillantes en la piel de una madre exigente). Esos seis episodios indagan en el verdadero trauma de Mae que se palpita en ella hasta en su voz temblorosa. Y es que Mae Martin hace un trabajo maravillo compartiendo el estado emocional de su personaje a través de una actuación incómoda y gestos nerviosos, con ataques de pánico representados con la claridad personal de alguien que ha vivido el peso de las adicciones.

Mae Martin y Charlotte Ritchie en 'Feel Good' (Cortesía de Netflix)
Mae Martin y Charlotte Ritchie en 'Feel Good' (Cortesía de Netflix)

Es cierto que las formas en que la protagonista lidia con sus problemas pueden frustrar a algunos espectadores que, tal vez, creen que actuarían de forma diferente. Pero de eso se trata Feel Good: de empatizar con el viaje personal de Mae y George, de comprender que no todo debe ser blanco y negro, sino que existen infinidad de colores por donde cada uno puede transitar sus experiencias. Donde no hay un camino correcto o equivocado, sino un camino propio. Se trata de encontrar la manera de sentirse bien desde la comprensión y la empatía, de ser amable con uno mismo, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Como dice el título, de sentirse bien (“feel good”).

Todo esto puede sonar dramático, denso y completamente contrario a la experiencia ligera de Barbie. Sin embargo, y salvando las distancias evidentes, Feel Good también consigue crear una atmósfera de positividad, superación personal y emocional ante la adversidad que te deja con ganas de más. Sin perder su halo de humor, la serie navega por las vertientes de la salud mental y la importancia del apoyo emocional, el egoísmo que vive aquel que sufre por dentro y la dependencia emocional que se genera en una relación como la de Mae y George. Pero a medida que avanza la historia, somos testigos de la transición personal de cada una mientras interponen sus propias necesidades, descubriendo que no se trata de necesitarse mutuamente. Solo de quererse.

Además de ser testigos del nacimiento de una estrella con Mae Martin, nos encontramos ante una serie de entrega absoluta con unos personajes que logran representarnos en mayor o menor medida a pesar de sus excentricidades cómicas. Feel Good es una de mis recomendaciones constantes para quien me hace la clásica pregunta de “¿qué me recomiendas en Netflix?” Una serie de aprendizaje personal, de autodescubrimiento y sobre la importancia del amor mutuo e incondicional, que aporta originalidad, sacándonos muchas sonrisas y levantándole el ánimo a cualquiera con su mensaje definitivamente positivo.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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