La verdad sobre las fajas: si te promete bajar de peso y achicar la cintura, mejor lee esto

Al ver las fotos de Kylie Jenner en Instagram luciendo su faja tipo corset con más de 7 millones de likes, es inevitable pensar en los sudores que un humano común pasa embutiendo las carnes en estas prendas de vestir, con la esperanza de restar algunos centímetros y que la figura luzca uniforme.

No se trata de esconder, puesto que las fajas no rebajan, sino de redistribuir la figura para hacerla más estilizada, ya que al comprimir se hace más uniforme el aspecto, se favorecen las curvas y se eliminan los rollitos. De hecho, no solo las usan quienes quieren disimular el sobrepeso, sino también quienes buscan sentirse firmes y realzar el busto. Incluso se usan para corregir la postura puesto que nos obliga a estar más erguidos.

Asimismo, hay quienes otorgan uso terapéutico a las fajas. Están quienes aprovechan la presión para aliviar dolores de espalda; quienes las adoptaron para recuperar la figura después del embarazo e incluso, quienes las usan por recomendación del médico tras un procedimiento que implique pérdida de peso.

Los pros

Son muchas las utilidades que tiene la faja y las celebridades lo saben bien. Desde los tiempos en que la figura de reloj de arena era el ideal de belleza, la faja era un imprescindible del vestuario femenino aunque tratara de ocultarse su uso, pero hoy en día, no hay tapujos para mostrarlas y hasta están de moda. Estrellas latinas como Ninel Conde, Carolina Sandoval, Chiquis Rivera, Daniela DiGiacomo y muchas otras, aconsejan su uso.

Entre las ventajas de las fajas modeladoras está que ofrecen un cambio inmediato de la figura, pero usarlas a diario no hará que esta definición sea permanente.

Ni siquiera las fajas diseñadas para hacer ejercicios pueden garantizar una pérdida de peso ni de grasa abdominal. Aunque sí dan soporte y estabilidad al cuerpo al ejercitarnos, no es cierto que su uso ayude a adelgazar, pues lo que se pierde con la transpiración es líquido, y se recupera inmediatamente al ingerir agua.

“Las fajas solo comprimen temporalmente, y redistribuyen la grasa y la piel del abdomen. Si quieres tener un vientre plano, lo importante es la dieta y el ejercicio, no la ropa interior”, explica el Dr. Edward Laskowski de Mayo Clinic.

Otra ventaja general es que la mayoría de las fajas nos obliga a corregir la postura y esto incide en la mejoría de dolores de espalda. Sin embargo, si sufrimos de lumbago y otras afecciones, es recomendable consultar al médico especialista sobre su uso, tipos y materiales.

(Getty Creative)
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La fisioterapeuta Ana González, de la Clínica Reactive en España, publica que aunque el uso de la faja lumbar favorece los músculos afectados, el uso permanente impide el funcionamiento natural de la musculatura con lo cual se debilitará ocasionando inestabilidad en la columna, entre otros efectos colaterales.

Asimismo, hay fajas indicadas para quienes están en un proceso de pérdida de peso tras una operación bariátrica o tratamiento para adelgazar.

La doctora Jennifer Marín, médico cirujano bariátrico, comenta que el uso de las fajas posterior a la cirugía bariátrica está debatido porque todo depende del mismo paciente.

“Cuando un paciente es obeso y se hace una cirugía para perder peso, puede usar la faja sin problema, pero si su pérdida de peso es muy grande seguramente necesitará una operación reconstructiva y allí sí es donde se hace ideal la faja pues permite mayor adherencia de los tejidos de la piel.

Sin embargo, es conveniente destacar que mejorar la tonicidad de la piel depende de muchos factores: temas genéticos, la edad y sexo del paciente. Por ejemplo, el tema hormonal permite que los pacientes masculinos tengan mejor tensión de piel y tienda a retraerse un poco mejor”.

Las fajas que se suelen recomendar, según explica la Dra. Marín, son las autoajustables, las cuales se pueden ir adaptando conforme el paciente va perdiendo peso y disminuyendo medidas. “Estas se utilizan desde las rodillas y funcionan como una especie de corset”.

“Ni muy, muy, ni tan, tan”

El dicho popular encaja a la perfección con el uso de la faja. Son útiles, cumplen su cometido de amoldar temporalmente la figura, pero exagerar en su uso tiene algunos riesgos.

Aunque pareciera que la recomendación de las famosas es aguantar el apretado para lograr una figura de fantasía, la presión excesiva puede causar problemas de circulación e incluso estreñimiento, acidez o reflujo.

(Getty Creative)
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Si está elaborada con materiales sintéticos que no permiten la correcta transpiración, es posible que se presenten algunos problemas en la piel como erupciones o salpullido, así como también pueden aparecer venas varicosas a causa de la presión prolongada.

La gran conclusión es que, como dicen las abuelas, todo en exceso es malo, incluso el uso de fajas que tanto prometen una figura perfecta. La práctica de ejercicio físico frecuente, eliminar hábitos nocivos y una alimentación balanceada, te brindarán mucho más importante que un cuerpo de película: una vida más saludable.

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