Lo que no te han dicho de los postres sin azúcar, sin gluten, sin…
Es como un sueño hecho realidad para quienes disfrutan el dulce, conseguirse un buen postre preparado sin azúcar. Igualmente, quienes evitan el gluten, la lactosa y otros componentes también pueden conseguir variadas alternativas en el mercado. Sin embargo, incorporarlos a la dieta cotidiana, aunque parezca la mejor de las ideas, no siempre lo es.
La variedad dentro de estas alternativas no para de crecer y aunque es cierto que responden a la demanda de personas con ciertos problemas de salud, no es normal catalogar como dañinas las recetas normales, sobre todo si somos personas sanas, con un estilo de vida equilibrado.
Estos postres puede que no tengan algunos elementos como azúcar o gluten, pero siempre contienen calorías y, en algunos casos, aditivos que, incluso, pueden no ser beneficiosos como exceso de grasas para texturas, edulcorantes artificiales, entre otros, con lo cual, el consumo de estos alimentos se justifica cuando existen intolerancias alimentarias, alergias o se está siguiendo una dieta específica por una enfermedad.
Además, hay que aceptarlo. Los postres “sin” suelen ser productos más costosos, no tienen el mismo sabor ni la misma textura e incluso son aliados de algunos trastornos de conducta alimentaria. Así lo asegura la doctora Rossana De Jongh, médico nutriólogo, especialista en dietética psicocomportamental, quien especifica que una alimentación equilibrada permite todos los alimentos con moderación.
Estas alternativas no son libres de calorías, ¿es posible también que tengan incluso más grasa, espesantes, o aditivos?
"Efectivamente. Estas opciones, en general tienen edulcorantes calóricos o no calóricos como todos los que terminan en “ol”… Se llaman polioles: maltitol, sorbitol, que son edulcorantes que tienen un poco menos de calorías que el azúcar y presentan efectos secundarios como gases e incluso diarrea. Hay otros postres que usan harinas con diferentes tipos de espesantes, o aditivos, o más grasa para darles textura y con respecto a que son sin calorías, hay que decir que el único ingrediente que no tiene calorías es el agua. La idea, en tal caso pudiera ser, y algunas personas lo hacen, hacer recetas un poco más ligeras en las que restamos un poco en grasa o en azúcar y esta es una buena opción, pero no será el caso de los postres industriales".
¿Por qué se considera este tipo de repostería como enemigo silencioso para quienes sufren trastornos de conducta alimentaria?
"Es una tendencia, y vemos con frecuencia que las personas que sufren de anorexia utilizan muchas recetas sin azúcar, sin gluten, incluso muchas personas que tienen tendencia a la ortorexia buscan este tipo de recetas, porque satanizan los ingredientes convencionales, e incluso observamos una normalización del consumo de estas alternativas, sobre todo debido a las redes sociales, donde las celebridades del fitness hacen sus recetas sustituyendo ingredientes que, en realidad, forman parte de una alimentación normal y saludable si los consumimos en cantidades moderadas.
También está el otro extremo, que es la hiperfagia, enfermedad que consiste en el consumo desmedido y descontrolado de alimentos, cuando la persona piensa que, como se está comiendo un postre light, puede comerse la torta completa en vez de una porción adecuada".
Quienes amamos los dulces y queremos evitar o disminuir la ingesta de azúcar, ¿qué opciones tenemos?
"Deben sincerarse y preguntarse si realmente son dulces lo que realmente necesitamos para tener un mejor día. Muchas veces comemos postres por costumbre, por cuestiones sociales, pero tal vez no son lo que necesitamos como parte fundamental de nuestro día. Cuando tenemos necesidad de energía como tal, las frutas pueden ser una opción. Si la necesidad del postre es un verdadero antojo, y si es lo que realmente necesitas, pues cómete el dulce porque sencillamente es eso lo que va a satisfacer tu necesidad. Si no lo haces, después será peor porque te sientes frustrado, y puede pasar que como no cubriste esa necesidad puntual, te comerás una fruta, pero después un yogur, y después unos frutos secos, y terminas consumiendo más calorías que las que tenía la porción de postre que evitaste.
El truco está en la moderación. Medir las porciones, no escoger el pedazo más grande o repetir, o comprar el paquete completo de galletas. Compra o consume un pedazo pequeño, o una porción; comparte el postre con la familia o amigos como algo puntual y siempre dentro de una alimentación globalmente equilibrada. Es decir, no es que después de comerte el postre, vas a castigarte matándote de hambre, porque eso se convierte en un círculo dañino".
Secreto de disfrute
La doctora De Jongh revela una de las técnicas que aplica con sus pacientes en estos casos. Si están en un plan de alimentación en el que por alguna razón deben disminuir la ingesta de azúcar y otros componentes, ella los invita a hacer un ejercicio: disfrutar el postre con plena conciencia y después evitar o limitar al máximo la culpa.
"El placer es una necesidad humana, tal como respirar o tomar agua. Si te culpas, anulas el placer, con lo cual después vas a buscarlo otra vez. Es este círculo vicioso de comer algo, sentirse culpable, volver a comer buscando alivio o placer, y volver a sentir culpa. Esto es contraproducente. Entonces, la idea es disfrutar, hacernos conscientes de qué es lo que ese postre produce en nosotros, y quedarnos con serenidad tratando de mantener una alimentación globalmente buena".
Si no eres parte de un excepción médica, si no estás siguiendo una dieta específica que sea parte del tratamiento para alguna enfermedad, date el gusto del postre pero con moderación. Esa es la clave de una alimentación saludable.