Lucía de Gran Hermano: la difícil relación con su padre, sus cuestionamientos a la religión y el abrazo que más espera dar

Lucía Maidana de Gran Hermano fue la última eliminada del reality, pero ahora quiere volver en el repechaje
Lucía Maidana de Gran Hermano fue la última eliminada del reality, pero ahora quiere volver en el repechaje

Cuando Lucía Maidana fue eliminada, el desánimo se apoderó de la casa de Gran Hermano. La participante salteña de 22 años se había hecho querer no solo por sus amigas, sino incluso también por sus rivales. Y aunque las estrategias de juego podían ponerla de un lado o del otro, su personalidad la convirtió en alguien muy querida adentro del reality. Dueña de una juventud difícil, en la que debió luchar para vivir su sexualidad de manera plena, la joven fue nominada debido a una sanción y luego de su eliminación, habló con LA NACIÓN sobre el juego, su pasado y la relación con su familia.

-¿Qué balance hacés de tu paso por la casa?

-Yo lo di todo y me divertí mucho. Capaz que jugué un poco menos que otros, quizás no estaba todo el día pensando en estrategias y eso puede que me haya jugado en contra, pero a la vez creo que por eso mismo hubo gente que me quiso mucho. Yo siento que me sacaron en una etapa en la que estaba por empezar a jugar más fuerte, éramos menos en la casa, y ya sabía hacia donde ir junto a las “súper poderosas”. Con ellas éramos más calladas, pero las tres nos divertíamos, jugábamos y apuntábamos hacia un mismo lugar. Nosotros sabíamos que los demás iban a ir por nosotras, pero yo terminé cayendo por una sanción. Y por todo esto, es que me gustaría volver a entrar.

-¿Qué sentís cuando ves lo mucho que Rosina lloró tu salida?

-Eso me mató. Ayer me levanté llorando de la ansiedad de no poder abrazar a Rosi y decirle: “Tranquila, estoy bien”. Cuando estás adentro y se va alguien, sentís que esa persona se muere. Pero lo que se vive afuera es increíble y desde adentro no lo dimensionás.

-Te preguntaron mucho si estabas enamorada de Rosina, ¿cómo pensás que a tu novia le puede caer eso?

-Ella se ríe de esos shippeos. Yo estoy de novia hace tres años y hay mucha confianza en nuestra relación. De hecho, antes de entrar en la casa, nosotras hablamos de estos temas.

-De tu familia y de las personas con las que te vas a ir reencontrando afuera, ¿a quién querés abrazar más?

-A mi hermana gemela, que ya lo pude hacer. A mi novia también, pero ahora ella está de viaje y todavía no pude sentir ese abrazo... ¡y a mi mamá! Pero el que más espero, es el abrazo de mis cinco sobrinos, ellos son muy chicos y son una recarga de energía increíble.

-Sobre tu familia: ¿cómo está conformada y qué rol jugás en tu grupo de hermanos?

-Yo tengo una familia privilegiada. Somos diez hermanos. Nosotros somos una familia muy unida, a mí me encanta eso. Soy una persona familiera y por eso en la casa no me costó convivir porque estaba acostumbrada al lío y al desorden. De todos mis hermanos, yo medio que soy la oveja negra, pero creo que las ovejas negras vienen a cambiar a las familias y siento que al entrar en la casa yo cambié mucho a mi familia. Ahora se están hablando temas que tanto no se podían hablar, cosas buenas y malas.

-Adentro de Gran Hermano hablaste sobre la relación con tu papá y las diferencias que tuvieron, ¿cómo está ese vínculo hoy?

-Nosotros siempre tuvimos una relación distinta en comparación a la que él tuvo con todos mis hermanos. Como te dije, yo siempre fui la oveja negra, teníamos una relación de amor/odio, yo era su preferida, pero a la vez era quien más lo hacía renegar. Nosotros nos debemos una charla, pero sé que no estoy tan preparada para eso. Cuando salí de Gran Hermano, me preocupaba que él no estuviera bien y cuando me dieron un teléfono lo primero que hice fue tener una videollamada con mi papá. Y lo vi bien, sonriendo, la verdad es que el amor entre los dos está siempre.

-¿Cómo es tu relación con tu hermana gemela, Jacinta?

-Nosotras somos muy unidas, pero a veces un poco distantes, Nos ves y somos muy parecidas, pero nuestras personalidades son muy diferentes . Yo siempre era la que se mandaba todas las macanas y aunque tenemos diferencias ideológicas y de religión entre otras cosas, nos reímos de eso, la verdad es que tenemos una relación muy linda. Cuando le conté que iba a entrar en el reality, me dijo: “¿En qué te estás metiendo!”, pero a pesar de eso me acompañó. Yo sabía que por dentro quizá no le gustaba mucho el asunto, pero me bancó.

-Durante su infancia y a medida que crecías, ¿qué lugar ocupó tu mamá?

-Mi infancia fue tremenda, mi papá tenía formas que capaz no me gustaban, él era muy estricto . Pero mi mamá es la persona más buena del mundo. Para criar diez hijos... ¡Imaginate si no tenés que ser buena! Ella nos dio todo, nunca nos faltó nada. Mi mamá es alguien que tiene el cielo ganado.

-¿Es verdad que tu papá habló con el padre de Marcos Ginocchio, antes de tu entrada a la casa?

-Cuando mi papá se enteró que iba a estar en el juego, estaba muy preocupado, pero ellos hablaron y el papá de Marcos lo dejó muy tranquilo con respecto al programa. Eso pasó durante los últimos días, no sé cómo hablaron, pero sé que él le dio consejos y dejó a mi papá tranquilo. A Marcos lo conozco de la infancia , pero de pasada, nos seguimos en Instagram, pero acá nos conocemos todos porque Salta es pueblo chico.

-¿Qué te gustaría decirle a un chico o a una chica, que quizá está viviendo su sexualidad con angustia, debido a un entorno que no acepta su realidad?

-Yo siempre digo que el amor lo puede todo. Si tenés amor por alguien, sea del sexo que sea, no te reprimas, que nada te impida disfrutar de ese sentimiento. Me pasó decir “no quiero que me guste una chica, quiero que me guste un varón y que mi vida sea más fácil”, pero el amor lo puede todo. Yo sentía tanto amor que no podía evitarlo y si a alguien le pasa eso, no lo eviten, no se etiqueten, si una persona llegó y vos sentís amor, eso es así.

-A través de la pantalla te vemos segura, pero me imagino que habrás pasado momentos difíciles...

-Fue re difícil por temas religiosos. Yo pensaba “esto que me pasa es pecado” y me cuestionaba por qué sentía tanto amor por una persona si no lo iba a poder aplicar. Pero después me dije: “Ya está, el amor es lo importante”. Y ahora el amor más grande es mi actual novia, ella fue mi primera relación seria. Antes tuve amores que me ayudaron a darme cuenta de que me gustaban las chicas y no los hombres.