Lucas Fridman: el “desaire” de Pergolini, el sorpresivo consejo de su madre actriz y los proyectos de Olga en medio de la guerra con LuzuTV
“No sé si soy de los medios , empecé a trabajar en cosas que me gustaban, como la música. Luego llegó la producción en radio y, más tarde, la conducción. Siempre se me presentaron desafíos nuevos que fui aceptando”.
Lucas Fridman es el coequiper de Migue Granados en Soñé que volaba, la nave insignia del canal de streaming Olga, el espacio que lo confirmó como una “cara pública”, algo que no termina de digerir del todo. No se trata de incomodidad, sino de lo novedoso de la experiencia. Cambio de paradigma.
A los 37 años, forma parte del fenómeno que se instaló en la pandemia y no para de crecer. Mezcla de tele y radio con formas propias que, lejos de convertir a la nueva modalidad en un híbrido, le da sostén y ADN propio.
“Me saludan por la calle y mi primera reacción es preguntarme de dónde conozco a esa persona”, reconoce instalado en una sala de recepción del amplio estudio vidriado que da a la esquina de Humboldt y Gorriti, donde se emplaza el canal fundado por Granados y los hermanos Bernarda y Luis Cella y donde él, además, es el productor general que sobrevuela toda la grilla.
Hijo de un ingeniero civil y de la actriz, dramaturga y directora Gabriela Izcovich, mamó desde muy chico los estímulos por la apetencia cultural. Es alto, corpulento y de ojos levemente rasgados. Más serio y concentrado de lo que se percibe de él cuando ejerce su rol de streamer, entre las 10 y las 13, donde se impone la lógica de comunicar para un público determinado cuyo promedio no supera los 40 años.
-Una constante de tu carrera es no plantearte objetivos a largo plazo.
-Cuando, charlando con mi novia, ella me pregunta qué quiero hacer a futuro, nunca sé qué responderle.
Hay que creerle, pero no tanto. Si bien no es de organizar líneas de llegada muy lejanas, no pasa por alto aquellas propuestas que le resultan atractivas, guiado, posiblemente, por olfato, instinto y la búsqueda del placer en el ejercicio de sus tantas vocaciones: “Cuando apareció la posibilidad de sumarme a Olga, no lo dudé, me tiré de cabeza” .
Estando en la producción del programa Últimos cartuchos, en Vorterix, permanentemente impartía directivas a Migue Granados, algunas tan divertidas que el conductor motivó a que saliera al aire. “Se dio naturalmente. No sé si tengo el objetivo de hacer una carrera en la conducción , sólo sé que me interesa hacer aquello que me desafía y me divierte”. A esa primera experiencia le siguió Queridos humanos, espacio donde terminó de consolidarse frente a los micrófonos, junto a Homero Pettinato.
La guerra del streaming
“En Olga hay contenidos” , dice determinado. Patadita para la vereda de enfrente, en este caso LuzuTV, el exitoso proyecto creado por Nico Occhiato. “Olga creció mucho y se me dificulta estar encima de todos los programas, así que para el año próximo la idea es formar equipo”, explica Fridman, quien reconoce que la grilla 2025 se encuentra en una instancia top secret , aunque ya trascendió que nombres como el de Nacho Elizalde se sumarán importados de LuzuTV.
Occhiato se atragantó con la noticia y arremetió con todo: su programa Nadie dice nada dejará de competir con la dupla Granados-Fridman y ocupará la franja de 21 a 24, cuando Olga no cuenta con programación en vivo. Marti Benza es otro de los nombres que recorrerán el camino de LuzuTV hacia Olga y Paula Chaves sería una de las figuras que contrataría la compañía de los Cella y Granados. “Veo lo que sucede en otros canales, trato de estar atento a lo nuevo y me fijo mucho qué sucede afuera” .
Si el lector de esta entrevista peina algunas canas, conviene explicarle que hoy los entuertos entre divos no se dan en los pasillos de los canales de televisión abierta, en los paneles de los programas o tras los bastidores de los teatros. Las vedettes son una especie en extinción o extinguida que ya no aportan la pimienta del caso. Ahora, la comidilla se da en las plataformas y en las redes sociales. Y los canales que se “roban” figuras son los del streaming, vocablo nuevo que hubo que incorporar rápido. Hoy la guerra se declara entre streamers, otra palabrita para manejar al dedillo. La Real Academia Española no da abasto para incorporar tanto cambio y estar a tiro con los tiempos que corren.
-¿Cómo se vive hoy el mundo del streaming en mercados internacionales?
-No sé si está tan impuesto como acá. En general, se trata de radios que incluyeron la imagen y montaron unos estudios increíbles donde llegan a hacer grandes shows de música. Es una evolución con respecto a la televisión y la radio.
-¿A qué atribuís el fenómeno?
-Hay una generación que encontró su lugar en internet, un espacio que no hallaba en otros medios. Por otra parte, los que habitamos internet no podríamos hacerlo en medios más tradicionales.
-Sin embargo, las radios convencionales hace rato que sumaron la visualización de sus estudios, pero ven migrar parte de su público al streaming.
-Si, sucede, pero hay público para todos, es una locura pensar que le podés gustar a todo el mundo .
-En el amplio universo del streaming, algunas propuestas se asemejan a una charla de amigos sin ningún tipo de preproducción. ¿Compartís esta sensación?
-Nosotros mostramos un canal de streaming basado en contenidos, no es la charlita de cuatro amigos.
De fondo se escuchan a dos amigos. Elizabeth Vernaci y Humberto Tortonese están a cargo del aire al momento de esta entrevista. Y, si bien el tono es de una euforia descontrolada, está claro que se trata de dos reconocidos profesionales, aunque, por momentos, les rige la informalidad furiosa, una general de la ley.
“En todas las grillas, los productores buscan contenidos”, se ataja Fridman y, como ejemplo, explica: “Hoy estuvo Juan José Campanella charlando una hora y luego vino una pianista; incluso, en algunos programas, hay columnas de medicina”.
Pergolini, el jefe
-¿Cómo resultó trabajar con Mario Pergolini en Vorterix?
-Fue una buena experiencia. Creo que hice bien en plantarme con carácter desde el principio, siento que fue algo clave.
-¿Por qué?
-Él es un tipo con mucho carácter y, si no sos claro y ordenado desde el principio, no encontrás tu espacio, por eso, como fui concreto y le blanqueé todo, siempre tuve un muy buen diálogo con él.
-Sin carácter durás poco en ese ecosistema.
-Pero yo tenía muy claro qué quería hacer.
-¿Discutían mucho?
- Hemos tenido algunas discusiones o intercambios de mails, pero rescato de él su frontalidad , algo que puede ser muy difícil, pero también resulta fácil si uno es claro. Recuerdo que, cuando arrancamos con Últimos cartuchos, nos dijo: “No sé qué van a hacer, confío en ustedes, en diciembre hablamos” y recién era febrero.
-Les dio un crédito de todo un año, cuando podría haber dicho: “Hablamos en un mes y medio”.
-Algo que no mucha gente te da.
-¿Generaron amistad?
-No. Parece que cocina muy buenas pastas y, en una oportunidad, le dije, en broma, que nos invitara a probarlas a su casa, pero se negó rotundamente. Separa mucho el trabajo de lo social .
La negativa inesperada
Por falta de horas libres, reconoce que le toma tiempo terminar de leer los libros que inicia, “pero no los abandono, siempre tengo uno dando vueltas”.
En su casa natal se escuchaba música, pero no había instrumentos. Fue la madre de un amigo -que tocaba la guitarra- quien lo introdujo en ese mundo: “Me parecía buenísimo, ella me enseñó los primeros acordes, la, re y mi. Cuando volví a casa, les comenté a mis viejos que quería aprender a tocar”. En ese momento llegó la epifanía, su padre le contó que tenían guardada, como diría el Martín Fierro, una vieja vihuela.
Sin embargo, cuando les blanqueó a sus padres que su vocación estaba vinculada al arte, se encontró con un panorama sorpresivo: “Pensé que, en mi madre actriz, hallaría el refugio del artista, pero me respondió: ´Yo sufro mucho la profesión, los ingresos económicos no son buenos, no la vas a pasar bien, ¿por qué no estudiás una carrera?, música vas a poder hacer toda la vida´ ”.
-Una respuesta inesperada.
-Me acuerdo que le dije: “Ma, no me podés decir esto”.
-Tu papá, que es ingeniero civil, ¿opinó lo mismo?
-Todo lo contrario, me dijo: “Lucas, hacé lo que quieras”. Ahí me contó que, de joven, había querido estudiar composición y que su papá no lo había dejado.
-Existía un ADN musical en la familia...
-Al principio no lo tenía claro y, cuando comencé a desempolvar, apareció.
Sin profesar esa religión estudió composición musical en la Universidad Católica Argentina: “Era el único lugar donde se podía lograr un título universitario siguiendo esa carrera, lo tomé como un espacio donde podía cumplir, de cierta manera, con el mandato familiar y social de tener el diploma”.
Ale, su hermano menor, toca bien el piano, pero es arquitecto. “Mis decisiones no siempre acompañaron el beneficio económico . Una vez me ofrecieron dirigir una radio, iba a ser la primera vez que hubiese ganado plata de verdad, pero no acepté. Sentía que era un camino que no me iba a llevar a un camino de felicidad, no era una radio que me interesara. Las decisiones arriesgadas las tomé muy conscientemente. Tenía la posibilidad económica de poder elegir y debía hacerlo, porque mucha gente no puede tomarse esa libertad para optar”.
-¿Qué valor le das al dinero?
-Si pienso en las familias de mis padres, una parte le daba un uso problemático a la plata, embarraba todo, no se disfrutaba, era para dividir y acumular. Pero, hubo otra ala de la familia que me enseñó que el dinero es para compartir y disfrutar. Estoy volcado a esa escuela. Quiero vivir bien y darle un uso positivo a lo que gano, sino no tiene sentido.
Aunque forma parte del curso natural de la existencia, la muerte de sus abuelos fue el dolor más profundo que le tocó transitar. “Fui el primer nieto, tuvimos un gran vínculo, de mucha charla”.
-¿Te imaginás padre?
-Tengo ganas de ser papá .
-¿Es un proyecto con Paula, tu pareja?
-Sí, aunque yo le llevo seis años y estamos en momentos distintos, así que seremos padres cuando los dos tengamos las mismas ganas.
Su novia, con quien reconoce que tiene “mucha piel” es licenciada en ciencias ambientales. “Está buenísimo que se dedique a otra cosa, así no quedo enroscado en los temas de los medios todo el día”.
-¿Te podés “desenchufar”?
-Últimamente sí, me lo exijo para no terminar quemado.
Casa llena de plantas, vocación inculcada por Paula. “Puedo pasarme una hora sin celular, porque estoy plantando un limonero”.
Entre Migue y Messi
“Con Migue (Granados) nos une la música, el mismo humor y los placeres gastronómicos. Nos gusta hacernos compañía. Quizás terminamos la semana puteándonos por algo de trabajo, pero, el sábado llega el llamado de alguno de los dos para organizar una cena con nuestras parejas, existe una disociación sana, aunque, también durante el fin de semana puede pintar la charla sobre laburo, lo llevamos bastante bien”.
Fridman y Granados viven cerca y suelen compartir salidas con sus respectivas parejas. “Esta noche vamos a ver la obra Suavecita”, adelanta y agrega: “Me hice un mapa de lo que es Migue (Granados) y me di cuenta que es un ´loco´ muy completo”.
-¿Es cierto que la entrevista a Lionel Messi la habías conseguido vos y, sin saberlo, en simultáneo, también la estaba tramitando Migue Granados?
-Si, él le escribió directamente a “Lio”. Esa entrevista fue un tremendo desafío.
-Tengo entendido que, en ese momento, lloraste.
-Sí, cuando salimos de su casa. Fue un momento increíble, de no poder creer. Hubo dos “shocks”.
-¿Cuáles?
-El primero fue cuando ingresamos a la casa. Me anuncié ante la persona de seguridad diciendo “I´m Lucas, we are going to Messi´s house” y nos dijeron “adelante”. Ahí me pregunté si era realidad o ficción lo que estaba viviendo. Cuando salimos fue un alivio total, sabíamos que la nota había salido bien, pero no paraba de preguntarles a los técnicos si se había grabado bien, si el audio había sido bueno. Ellos me respondían mientras desarmaban, nos teníamos que ir rápido.
-¿Qué te sorprendió de la intimidad familiar de los Messi?
-Me asombró la lógica de lo sencillo de la familia Messi. Uno le carga un manto de complejidad que no es. Antonella (Roccuzzo) hablaba de ir a buscar a los chicos.
-Finalmente, te sacaste la foto con Messi.
-Se la agradezco a Migue (Granados). Mi perfil bajo hacía que yo no se la pidiera y resultó un “fotón”.
-Pensando en nombres de masividad extrema, la entrevista al Papa Francisco, ¿es el próximo objetivo?
-Estaría bueno, pero no sé cómo es la logística. Me tiraste la idea y me lo hacés pensar. Quién te dice que no suceda en 2025. Si se puede hablar libremente, sería lindo.
-Se trata de un pontífice bastante abierto y que suele sorprender con algunas decisiones en su vínculo con la prensa.
-Si sale, te sumo a los créditos.
-Obviamente, no me revelarás el nombre, pero ¿existe alguna figurita difícil que estés buscando para entrevistar en Olga?
-No, el foco para el año que viene lo tengo puesto en producciones especiales.
-Proyectos más conceptuales al estilo de los “days” en homenajes a grandes músicos.
-Exacto, me gustaría, con los conductores que ya están en Olga, organizar contenidos que vayan más allá de sus programas diarios.
Fridman se siente muy satisfecho con las entrevistas que Migue Granados realiza en el marco de La cruda, un formidable espacio de charlas, y anhela potenciar ese tipo de propuestas que se apartan del aire del vivo de YouTube para ir en busca de una audiencia “on demand” . “Me gustaría mucho que pudiéramos hacer algunos documentales”, adelanta.
Si bien, comenzaron a trascender algunos nombres, lo cierto es que la grilla 2025 de Olga por ahora no está terminada de diseñar y algunas “sorpresas” se sumarán en las próximas semanas. Mientras tanto, es un hecho la presencia de la señal en Helena Beach, el balneario del sur marplatense, desde donde se emitirán algunos programas y se realizarán varios recitales públicos durante el próximo mes de enero.
-¿Imaginás un espacio de Olga en Telefe?
-Estoy reacio a todas las ideas que parten desde el formato.
-Que no germinen desde lo conceptual.
-Exacto. Puedo pensar en Olga en Telefe, pero ¿haciendo qué? Últimamente, siento que mucha gente quiere hacer un programa en streaming, pero no sabe sobre qué quiere hablar. Cuando escucho que me dicen “podemos hacer un programa que se transmita desde un helicóptero”, enseguida respondo, “¿para hablar sobre qué?”. Estoy a favor de todas las fusiones, pero siempre pensando en un por qué.
-¿Pasará mucho tiempo hasta que te acostumbres a ser una “figura pública”?
-Cuando estoy en “situaciones random” y alguien me saluda, no termino de asumir que tengo un trabajo público. Ayer bajé a ver algo en el motor de mi auto, salí en chancletas, con una remera que me iba muy apretada, bien dominguero, y alguien me dijo “Lucky te ayudo”, lo primero que pensé es que era un compañero de la primaria que no recordaba. En ese tipo de situaciones me suceden muy seguido. Cuando eso pasa, me doy cuenta del tipo de actividad que realizo.
-Vuelvo a lo charlado en el inicio, se te percibe muy abierto a los designios del destino sin demasiadas expectativas con respecto al futuro.
-Nunca sé qué quiero hacer mañana.