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Música en serie: After Life ancla su dolor en el mejor rock clásico, de Joni a Bob, y de Rod a Todd

Ricky Gervais en Afterlife, cuyas tres temporadas están disponible en Netflix
Ricky Gervais en Afterlife, cuyas tres temporadas están disponible en Netflix

Más que comedia dramática, habría que decir de After Life que es una historia amarga insuflada de acidez por el humor corrosivo de Ricky Gervais, quien aquí le pone el cuerpo a Tony, un viudo que atraviesa el duelo por su mujer Lisa (la luminosa Kerry Godliman). Al mismo tiempo, la discreta producción la convierte en un anti-espectáculo entre las series del streaming, con una radiografía de supuestos perdedores en un pueblo de ficción que parece salido de una vieja guía inglesa de Bed & Breakfast y la rutina de una redacción vecinal. El espíritu de Lisa y el dolor de Tony están anclados en un soundtrack de rock clásico que se renueva en la tercera temporada Lo que sigue son diez canciones que dan el tono del duelo y la pérdida bajo el particular estilo Gervais.

“Both Sides Now” (Joni Mitchell, 1969)

En la nueva temporada de After Life sabemos que Joni era (o es, dada su omnipresencia) la cantante favorita de Lisa y que esta canción acústica –que forma parte de Clouds, el segundo disco del ícono folk– sonó en la boda con Tony. Este clásico de la cantautora canadiense define el tono austero de la serie y establece desde la memoria pop el vínculo profundo sobre el que gira toda la historia. Mitchell la compuso tras la lectura de la novela Henderson the Rain King, de Saul Bellow, durante un viaje en avión. Uno de los personajes de la novela miraba, como ella, las nubes desde un avión lo que la movió a pensar que “habiendo visto las nubes desde los dos lados, como ninguna generación hizo antes, uno debería poder aceptar su muerte con facilidad”. El problema, como muestra Gervais, son los que quedan mirando las nubes desde los dos lados.

“Mandolin Wind” (Rod Stewart, 1971)

El tercer álbum solista de Rod Stewart puso la vara demasiado alta y, más allá de su proyección a la fama a fines de los 70 y su conversión en cantante de standards en las últimas décadas, lo que dejó grabado en Every Picture Tells a Story nunca fue superado y solo puede medirse con lo mejor que haya grabado junto a The Faces. Un disco rústico en el que canciones propias y ajenas se funden en un ambiente ancestral dominado por la energía celta. “Mandolin Wind”, escrita por el mismo Stewart, fue el lado B del primer simple del disco y esta casi a la altura de la legendaria “Maggie May”. La gran paradoja es que el ejecutante de mandolina no fue acreditado en el álbum y ni siquiera Stewart se encargó de aclarar su identidad. Hay que llegar al último capítulo para escucharla sonorizando una feria de pueblo.

Un groso: Cat Stevens dándole a la guitarrita
Un groso: Cat Stevens dándole a la guitarrita


El estilo intimista de Yusuf, antes conocido como Cat Stevens

“The Wind” (Yusuf/Cat Stevens, 1971)

El estilo intimista de Cat Stevens (luego Yusuf dada su conversión al Islam) resulta particularmente apropiado para After Life, cuyo impacto radica en lo emocional puro como si se tratase de una ficción unplugged. “Estoy escuchando el viento de mi alma” canta Stevens en esta joya de apenas un minuto y cuarenta y tres segundos. Como muchas otras de la canciones que se dejan oír a lo largo de las tres temporadas funcionan como apéndices del rumor desdichado de Tony. Así, es también el quien canta “Me he sentado a ver el sol en el ocaso y nunca, ni una sola vez pedí agua”.

“The Things We Do for Love” (10 cc, 1977)

Uno de los grandes rescates del soundtrack y la primera canción pop que se escucha en la temporada 3 es esta canción que 10 cc compuso para Deceptive Bends, álbum encadenado al éxito de la balada “I’m Not in Love” (1975) con una portada surrealista a cargo del estudio Hipgnosis (Led Zeppelin, Pink Floyd). Equidistantes del pop progresivo de Supertramp y la new wave (Squeeze), los 10 cc son como un apéndice del estilo McCartney: melodistas meticulosos en busca de la canción perfecta. El clasicismo de esta canción es tal que podría haber sido compuesta como música original de la serie en 2020 sin que se notara la diferencia. El nombre del grupo se relaciona con el humor más escatológico de After Life, ya que diez centímetros cúbicos es la cantidad promedio de semen durante una eyaculación. Aquí se puede rastrear la raíz pop del humor ácido de Gervais.

“Can We Still be Friends?” (Todd Rundgren, 1978)

Otro prodigio del soft rock pero ahora en la genealogía de Brian Wilson, el arquitecto sónico de los Beach Boys. Aunque hay que decir que Rundgren es genio por cuenta propia (García lo versiona en Influencia) en esa escuela de componer a partir del estudio de grabación. Incluida en el álbum Hermit of Mink Hollow, la canción espeja la relación entre Tony y Emma (Ashley Jensen) en la letra; los sentimientos complejos que los acercan y alejan al mismo tiempo parecen replicados en los arreglos. Con muy pocos elementos, Rundgren consigue un simulacro de orquestación polifónica y eleva el sonido ambiente de la serie.

“Not Dark Yet” (Bob Dylan, 1997)

El Dylan tardío le queda mejor a After Life que el estridente bardo de Greenwich Village. El tono crepuscular de “Not Dark Yet” acompaña el final del segundo capítulo de la temporada 3 y suena a todo lo que se ve: un hombre, una perra fiel y una ausencia. “No se hizo la noche todavía pero está llegando”, canta Dylan ya en el comienzo de su larga “fase Goyeneche” donde despieza las palabras con la fruición de un depredador. El momento cumbre de su alianza con el productor Daniel Lanois en el álbum Time Out of Mind.

Thom York, de Radiohead
Koury Angelo para Rolling Stone


Thom York, de Radiohead (Koury Angelo para Rolling Stone/)

“Let Down” (Radiohead, 1997)

Vía Tony, Gervais da cuenta de su criterio como connaisseur pop. Durante un viaje en auto junto a su cuñado y jefe Matt (Tom Basden) revisa los CDs del auto y descarta (Michael Bublé, Susan Boyle) hasta que encuentra uno de Radiohead. “Esto es bueno” dice y se escucha este mid tempo de OK Computer, el álbum que los consagró como la banda de culto más grande del mundo. Antes del volantazo de Kid A/Amnesiac, lo que se escucha en el camino que atraviesa un bosque es el viejo testamento de Radiohead. Una música demasiado etérea para el brit pop pero todavía reconocible en el formato canción tras una cortina de guitarras. Frente a lo que vino después, esto es casi el easy listening de la Generación X.

“I Will Follow You Into the Dark” (Death Cab for Cutie, 2005)

La puesta al día del intimismo acústico de los 70 con la sensibilidad indie del nuevo milenio. Una canción que sigue el estilo despojado de la serie a cargo de esta banda de Washington cuyo nombre es todo un trabajo de arqueología pop: aparece en la película Magical Mystery Tour (The Beatles, 1967) en el nombre de una canción tocada por los satíricos Bonzo Dog Dooh Dah Band que a la vez lo tomaban de una novela pulp de los años 50. Y así termina más de medio siglo después sonando en el streaming, algo que en la era dorada del pulp ni siquiera se hubiera asomado a las especulaciones de la ciencia ficción.

“I Love You” (Charlie Dée, 2010)

La holandesa Renée van Dongen (1977) conocida como Charlie Dée, es una intérprete a medida del streaming. Se la había escuchado en la ficción hospitalaria New Amsterdam y aparece aquí en la última temporada de After Life con un registro que podría empezar a calificarse como “apto para series”. Acaso haya influido que sea una reconocida vocera de Joni Mitchell, a quien homenajeó en la gira “A Case of You” y el EP A Tribute to Joni. Parte del álbum Husbands and Wives, es música que parece concebida en un set de filmación, como si la partitura fuera un acto de sinestesia pura donde el pentagrama es reemplazado por fotogramas de la historia del cine y la televisión.

“Back to the Beginning” (Aaron Espe, 2017)

Entre artistas esenciales como Mitchell, Dylan o Stewart, el soundtrack deja que se escuchen nuevas voces siempre en ese registro acústico apenas salpicado por trucos de estudio y cuerdas sobrias. Aaron Espe es un cantautor con base en Nashville donde, según su propia bio en Spotify, vive con Heidi. No es otro chiste de Gervais, no. Su mujer se llama Heidi, tienen cuatro hijos y una granja. Su canción “Making All Things New” tiene 54 millones de clics en la plataforma. Muy apto para series también.