Matthew Perry no quería que lo recordaran por ‘Friends’ después de su muerte

La muerte de Matthew Perry tiene al mundo de la cultura con el corazón en un puño. Desde los fans de Friends a las estrellas de Hollywood, la noticia de su repentino fallecimiento nos sorprendió a todos por igual, reflejando el cariño eterno que ganó interpretando a Chandler desde el primer episodio en 1994. Sin embargo, aunque su legado haya sido enorme a nivel cultural a través del personaje más sarcástico pero carismático de la serie, el actor tenía claro que no era una prioridad en su historia de vida. Que no quería ser lo primero que el mundo recordara cuando ya no estuviera entre nosotros.

Y es que el actor fallecido a los 54 años el pasado 28 de octubre sabía muy bien cómo quería que lo recordáramos a partir de ahora.

Lo reveló en una entrevista de 2022 durante la promoción de sus memorias Amigos, amantes y aquello tan terrible, haciendo un ejercicio de honestidad brutal. Porque básicamente rompía el hilo imaginario que lo mantenía atado a los fans a través de la figura de Chandler, dejando a un lado su figura artística para exponer su verdadero propósito como ser humano.

Porque Matthew Perry no quería que lo primero que nos viniera a la mente tras su muerte fuera su trabajo en Friends (como está sucediendo), sino sus esfuerzos personales por ayudar a personas que sufrían adicciones.

Y es que Matthew Perry conocía el profundo abismo del alcoholismo y la dependencia a los analgésicos. Lo vivió en sus propias carnes durante la época de éxito de Friends, cuando su neblina mental era tan borrosa a raíz de la adicción que no tenía recuerdos de las grabaciones. Básicamente desde la temporada tres a la seis.

“He tenido muchos altibajos en mi vida, pero lo mejor de mí, sin excepción, es que si un alcohólico o drogadicto se me acerca y me dice: '¿Me ayudas?' siempre diré 'Sí, sé cómo hacer eso. Lo haré por ti, aunque no siempre pueda hacerlo por mí mismo’. Así que lo hago siempre que puedo. En grupos o uno a uno”, contaba en el podcast Q with Tom Power frente a la audiencia que lo aplaudía (vía Mirror).

Pero entonces el presentador le preguntó: “¿cómo te gustaría ser recordado?” Y Matthew lo tuvo claro. “Me gustaría ser recordado como alguien que vivió bien, amó bien, fue un buscador. Y lo más importante, que su mayor propósito, es que quiere ayudar a la gente…”, explicaba para entonces detallar su trabajo más preciado.

Como, por ejemplo, la ‘Casa Perry’, un centro de convivencia para hombres que buscan la sobriedad y que fundó transformando su propia casa en Malibú. Además, escribió una obra titulada The End of Longing, “que es un mensaje personal para el mundo, una forma exagerada de mí [persona] como borracho”.

Y entonces, como si estuviera pronosticando el futuro y lo que precisamente estamos viviendo ahora tras la noticia de su muerte con miles de titulares y homenajes recordando su trabajo en la exitosa sitcom, dijo claramente: “Cuando muera, sé que la gente hablará de Friends, Friends, Friends. Y estoy contento por eso, feliz de haber hecho un trabajo sólido como actor, así como de haberle dado a la gente múltiples oportunidades de burlarse de mis luchas en internet”.

“Pero lo dije muchas veces, cuando muera, no quiero que Friends sea lo primero que se mencione", continuaba. "Quiero que eso sea lo primero que se diga [su trabajo ayudando al prójimo] y voy a vivir el resto de mi vida demostrándolo", sentenciaba con un halo de esperanza íntimo y personal.

LA DICOTOMÍA ENTE EL ÉXITO Y LA LUCHA PERSONAL: LA LABOR DE MATTHEW PERRY

El actor formó parte del fenómeno de Friends desde los 24 a los 34 años pasando de ser un actor desempleado a uno de los más exitosos de Hollywood. Los seis intérpretes comenzaron cobrando $22.500 por capítulo durante la primera temporada, para disfrutar de un aumento de sueldo que subió a los $75.000 con la tercera y luego $1 millón cada uno en las últimas dos tandas. Sin embargo, ni la fama, el dinero o el reconocimiento lo libraron de sufrir una etapa personal muy delicada.

“Desde fuera parecía que lo tenía todo. Pero en realidad fue un período muy solitario para mí porque sufría de alcoholismo”, dijo a la revista People en 2013 (vía Today). Más tarde, aseguró a BBC Radio 2: “No recuerdo tres años [de la serie]. Estaba fuera de mí en aquel entonces, en algún punto entre las temporadas tres y seis”.

A su vez, Matthew Perry dijo en otra ocasión a The New York Times que la sensación de éxito le duró unos ocho meses para luego darse cuenta de que “no llenaba los agujeros de su vida”. Así comenzó su dependencia al alcohol para en 1997, a tres años del inicio de la serie, caer en la adicción al Vicodin (un opioide compuesto por hidrocodona y paracetamol) tras recibir prescripción médica por un accidente de jet-ski. “No era mi intención tener un problema [con la droga]. Pero desde el principio, me gustaba cómo me hacía sentir y quería más”, dijo en 2002 a People.

Por ese motivo su cambio físico fue tan evidente para los que seguíamos la serie, viéndolo extremadamente delgado durante algunas temporadas. Su primer paso por rehabilitación fue en 1997 cuando siguió el programa de 28 días del centro de Betty Ford en Minnesota, pero perdió la batalla poco después y ni siquiera la pancreatitis casi letal que sufrió en el año 2000 le abrió los ojos. En total, entró y salió unas 15 veces de rehabilitación. Como dijo a People a raíz del lanzamiento de su biografía, llegó a tomar 55 pastillas de hidrocodona (opioide) y había bajado hasta los 58 kilos.

Sin embargo, durante esos años, siguió grabando la serie mientras el éxito creaba una fachada externa que no tenía nada que ver con sus demonios internos. Recuerdo, por ejemplo, una de las confesiones que nos dejó en el episodio especial del reencuentro en HBO, donde confesó que solía sufrir sudoración y pánico cuando la audiencia que asistía en vivo a las grabaciones no se reía de sus bromas. “Sentía que iba a morir si no se reían” y que “lo sentía cada noche”, contó como reflejo de una etapa de baja autoestima, dudas y demonios personales.

Sin embargo, un buen día dio la vuelta a su vida. Después de miles de reuniones de alcohólicos anónimos, de pasar dos semanas en coma y cinco meses en el hospital por una perforación gastrointestinal en 2018, de someterse a 14 cirugías de estomago, sintió que había llegado el momento del cambio. No quería volver a pasar por lo mismo. Además, las cicatrices que le quedaron en el cuerpo después de tantas operaciones, se convirtieron en souvenirs oscuros del pasado, describiéndolas como “un montón de recordatorios para seguir sobrio. Solo tengo que mirar ahí abajo”, dijo a People.

Desde entonces, Matthew Perry utilizó su experiencia para ayudar a otros transformando su propia mansión en un centro de ayuda donde se ofrecen programas de meditación y seminarios de los 12 pasos. Si bien lo vendió en 2015, siguió ayudando, consciente de que su batalla es “un proceso diario”, como dijo a la publicación.

EL LEGADO DE FRIENDS QUE NO QUISO VOLVER A VER

Matthew Perry sufrió tanto sus adicciones que no volvió a ver Friends. No se sabe si llegó a ver la serie de nuevo en los últimos meses antes de su muerte, pero en el podcast mencionado de 2022 dijo que no había podido todavía porque, verse en cada escena, le recordaba aquella etapa de su vida.

“Me veía tomando opioides, tomando cocaína, podía darme cuenta cada temporada por mi aspecto. No creo que nadie pudiera verlo pero yo sí puedo. Y por eso no quiero verlo, porque eso es lo que noto cuando lo veo”, explicaba en 2022.

“Pero creo que voy a empezar a verlo porque, para empezar, fue un viaje maravilloso, pero, también porque ha sido increíble verlo tocar los corazones de diferentes generaciones. Se convirtió en una cosa significante e importante”, sentenciaba dejándonos un año después con la duda de si habrá llegado a hacer las paces definitivas con ese pasado que llegó a tantos espectadores del mundo.

En principio, el deseo personal de Matthew Perry no se ha cumplido del todo. Su legado haciendo reír a generaciones de espectadores con el personaje más sarcástico de Friends, ese que utilizaba el humor como mecanismo de defensa pero se desarmaba por completo cuando estaba enamorado, es demasiado grande como para que no tome el protagonismo en los miles de homenajes que circulan en redes.

El mundo entero quiere compartir la huella que dejó en sus vidas, sin embargo, no dejemos que le haga sombra a lo que verdaderamente le importaba. Ese trabajo personal ayudando a personas con adicciones, utilizando su experiencia para escuchar y tender una mano a quien lo necesitara para salir adelante.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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