Michael J. Fox y la escena de Leonardo DiCaprio que lo ayudó a tomar una importante decisión
Michael J. Fox no quiere que le tengamos lástima. Más bien todo lo contrario. Ha pasado por un verdadero infierno personal entre tragedias familiares y el declive inevitable de su salud a raíz de la enfermedad de Parkinson, pero sigue manteniéndose como la viva imagen de la aceptación y el optimismo frente a las adversidades de la vida. En los últimos años perdió a su madre, su suegro, su perro y pasó por el hospital más veces de las que podemos contar con una mano. Pero sigue adelante exponiendo su viaje personal, compartiendo su mensaje e historia a través de una película documental que estrena en Apple TV+.
A pesar de recibir el diagnóstico en 1991 cuando estaba en la cresta de la ola y con apenas 29 años, la estrella de Volver al futuro se mantuvo en nuestro radar artístico a través de diferentes series, recibiendo premios y liderando la batalla contra la enfermedad con su propia fundación. Siguió trabajando a pesar de todo, entre tratamientos, medicamentos y la lucha constante con su cuerpo, hasta que tuvo una revelación cuando veía una película nominada al Oscar: Había una vez… en Hollywood.
Y es que fue mientras veía la película de Quentin Tarantino inspirada en el Hollywood de los años 1960s, que se sintió reflejado para considerar retirarse de la actuación. Así lo describió el propio actor durante una entrevista con la revista Empire (vía Screen Rant), revelando la conexión que sintió con una escena protagonizada por Leonardo DiCaprio.
“Pensé en Había una vez… en Hollywood. Hay una escena donde el personaje de Leonardo DiCaprio ya no se acuerda sus frases. Vuelve a su camerino y se grita a sí mismo en el espejo. Es una locura” explica Fox. “Tuve ese momento cuando me estaba mirando al espejo y pensé ‘ya no puedo recordarlo. Bueno, sigamos adelante’” se dijo así mismo, viviendo una revelación que lo habría ayudado a tomar la decisión de retirarse. “Fue algo pacifico”.
En la cinta de 2019 que estuvo nominada a 10 premios Oscar pero solo ganó dos estatuillas (Mejor actor de reparto para Brad Pitt y Diseño de producción), Leonardo DiCaprio interpretaba a Rick Dalton, un actor venido a menos que veía cómo su carrera caía en picado tras el paso del tiempo y sus problemas con el alcohol. Y precisamente la escena a la que se refiere Michael J. Fox representaba la lucha entre el ego y la vulnerabilidad del personaje cuando, durante la grabación de una serie, le costaba recordar su diálogo frente a una niña de 8 años como coprotagonista. La filmación se interrumpía varias veces por su culpa, derivando en un colapso nervioso que transpiraba la humillación del personaje. Y si bien en la película, Dalton conseguía recuperarse tras gritar frente al espejo, dando una actuación sublime que le ayudaba a recuperar su confianza, en el caso de Michael J. Fox supuso un momento de autorreconocimiento que le habría ayudado a sentirse identificado y tomar la difícil decisión de despedirse de la interpretación.
Fox se retiró en 2020 ante las dificultades que tenía para aprender sus frases, después de llevar 20 años siendo un rostro constante de nuestra televisión a través de series como Scrubs, La esposa ejemplar y El show de Larry David. Y cuando los doctores le habían advertido en 1991 que solo le quedaban 10 años para seguir trabajando. Pero Michael J. Fox desafío al diagnóstico y la enfermedad moldeando la aceptación y positividad en torno a su realidad. Aunque no fue fácil. Al principio cayó en el abuso del alcohol como remedio para acallar el dolor, pero como revela en sus memorias Lucky Man y en su nuevo documental, decidió comenzar un camino de sobriedad cuando su esposa le dejó claro que no tenía intenciones de criar a sus hijos con alguien fuera de control.
Fox mantuvo su enfermedad en secreto hasta 1998, triunfando en los ratings televisivos con Sin City pero sin que el mundo supiera las dificultades que se vivían detrás de cámaras. Por ejemplo, el actor necesitaba tomar sus medicamentos para controlar los temblores antes de cada grabación, lo que suponía que los responsables del show debían organizar la agenda diaria en torno a sus circunstancias.
Fundó la Michael J. Fox Foundation en 2000, siendo en la actualidad la organización líder en torno al Parkinson habiendo recaudado más de $1.5 mil millones; y a sus 61 años es dueño de una trayectoria ejemplar como símbolo de resiliencia y aceptación. El pasado mes de abril admitió que “cada día es más duro” a raíz del avance de la enfermedad. “No te mueres de Parkinson, mueres con el Parkinson. Así que he estado pensando mucho en la mortalidad. No voy a llegar a los 80” dijo a CBS Sunday Morning.
“He ganado más premios y tenido más nominaciones desde que anuncié mi diagnosis” dijo Fox en una reciente entrevista para Variety. “Puede que sea porque la gente se siente mal por mí, pero prefiero verlo como un reconocimiento por haber continuado teniendo una carrera legítima”. Y claro que la tuvo. No solo se enfrentó al avance inevitable de una enfermedad que no pide permiso, sino que siguió trabajando, haciéndonos reír y emocionándonos con sus trabajos televisivos. Pero mientras continuaba su batalla personal, lidiando con cada hueso roto, cada cirugía y los síntomas de Parkinson durante las tres décadas que siguió interpretando personajes. Al final, habría sido una escena en la aclamada película de Quentin Tarantino lo que hizo que finalmente se sintiera reflejado y optara por colgar la actuación de una vez por todas. Pero sin rendirse ni bajar los brazos.
STILL: una película sobre Michael J. Fox ya está disponible en Apple TV+.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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